Bush exige Arafat una condena explícita del terror y duda de la reunión con Powell
"Al presidente le preocupa mucho lo que ha ocurrido esta mañana", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, sobre un atentado en Jerusalén que causó por lo menos seis muertos y más de 50 heridos. Bush "espera que Arafat denuncie el ataque, y que dé la cara y muestre su carácter de líder", añadió el portavoz. Powell, quien llegó a Jerusalén dos semanas después que Israel invadió los territorios palestinos, ya se reunió con el primer ministro Ariel Sharon y, según confirmó Fleischer, tiene programada una reunión el sábado con Arafat.
Pero Powell "tiene toda la flexibilidad que necesita" y decidirá si ha de reunirse o no con Arafat según vea la situación directamente en el terreno, explicó Fleischer. El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, dijo en Jerusalén que Powell "estudia la situación tomando en cuenta el atentado y todo lo demás", y sobre esa base tomará una decisión sobre su encuentro con Arafat.
La Casa Blanca renovó hoy su llamamiento a la responsabilidad por ambas partes, para que los palestinos y los países árabes frenen el terrorismo y a quienes lo incitan, y a Israel para que retire a sus tropas de Cisjordania. Pero desde que Israel envió sus tropas a los territorios palestinos y sitió a Arafat en el cuartel general de la Autoridad Palestina en Ramala, la Administración Bush culpa de la violencia a los terroristas palestinos. Sin embargo, ha pedido con más parsimonia la retirada de las fuerzas del estado judío.
Cuando anunció la misión de Powell, Washington sugirió que no insistiría, como antes, en que hubiese primero una cesación de las hostilidades para que pudieran iniciarse conversaciones sobre los temas políticos del conflicto del Oriente Medio. El gobierno de Sharón, que continúa sin apenas pausa su allanamiento militar de localidades palestinas y muestra menos premura por retirarse, sostiene que Arafat es directamente responsable por los atentados de los terroristas suicidas.