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Comercio

Japón estudia represalias por el acero al fracasar el diálogo con Washington

La visita a Japón del representante estadounidense de Comercio, Robert Zoellick, no sirvió para amainar la tormenta comercial, y el país asiático ya estudia represalias. El agravamiento del conflicto coincide con el lanzamiento de una campaña mundial de la ONG Oxfam en la que denuncia el proteccionismo de los países ricos, del que el acero es buen ejemplo. Desde la OMC, el director general, Mike Moore, ya ha respondido defendiendo los acuerdos alcanzados en Doha.

Japón, al igual que el resto de los países afectados, quiere compensaciones por los daños económicos que le ocasiona la imposición de aranceles de hasta el 30% a la importación de acero en EE UU. Pero Washington no parece muy dispuesto a ello. La visita de Zoellick a Tokio que concluyó ayer no ha servido más que para añadir más leña al fuego.

El Gobierno japonés, que ya se ha adherido a la denuncia formal de la UE contra EE UU por estos aranceles, amenazó ayer con responder a Washington y aprobar represalias para compensar las adoptadas por el Gobierno de George Bush.

'Si decide continuar con las medidas de salvaguarda [medidas para proteger un mercado amenazado], queremos que nos den una respuesta positiva en forma de compensaciones. Si no, tendremos que preparar medidas de represalia', dijo el ministro japonés de Comercio, Takeo Hiranuma, a su homólogo estadounidense.

Por su parte, Zoellick afirmó que su Gobierno es 'inflexible sobre el hecho de que no corresponde a ningún país hacer una interpretación unilateral de la OMC' y añadió que dar pasos hacia una represalia implicaría un 'peligroso panorama para la OMC'.

La decisión de EE UU ha desatado una oleada de proteccionismo internacional cuyo segundo protagonista ha sido la UE, que a finales del mes pasado aprobó su propias medidas de salvaguarda para protegerse del acero proveniente de terceros países que no consiga entrar en el mercado estadounidense. Japón ya ha protestado por ello.

El temor ahora es que otros países imiten el proteccionismo de EE UU, poniendo en peligro el lanzamiento de la ronda liberadora acordada en noviembre en Doha.

Hipocresía en el Norte

La organización no gubernamental Oxfam denunció ayer mismo que el asunto del acero no es más que otro ejemplo de la hipocresía de los países ricos, que 'imponen por medio del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial la apertura de los mercados del Sur mientras cierran los propios', afirma José María Vera, director del departamento de estudios de Intermón Oxfam.

Vera hizo esas declaraciones en Madrid con motivo del lanzamiento de una campaña a nivel mundial en favor de un Comercio con Justicia. Según apuntó el director general de esta ONG, Ignasi Carreras, con sólo un 1% más de cuota en el comercio mundial para los países en desarrollo, 128 millones de personas saldrían de la pobreza.

El estudio Cambiar las Reglas, publicado por Oxfam, denuncia que los mercados más proteccionistas son Japón, EE UU y la UE, cuya apertura es la mitad de la de muchos países en desarrollo como Zambia, Uganda, Mozambique, Colombia o Perú y cuatro veces menos que la de otros como Haití o Chile. Por ello, piden que se permita un 'proteccionismo selectivo' en los países más pobres. La ONG internacional se muestra a favor de los subsidios, pero critica la forma en que actualmente se reparten y su elevada cuantía en los países ricos, de unos 1.000 millones de dólares (1.300 millones de euros) al día en agricultura.

El informe obtuvo una inmediata respuesta desde la OMC. Su director general, Mike Moore, reconoció que 'las críticas a las barreras a las importaciones de los países pobres por parte de los países ricos son completamente justas', pero puntualizó que la nueva ronda estudia el medio de acabar con ellas.

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