Israelíes y palestinos negocian el alto el fuego pese a un atentado integrista
Un nuevo atentado suicida reivindicado por la guerrilla integrista Yihad Islámica puso ayer en peligro las renovadas esperanzas de paz en Oriente Próximo. Murieron siete israelíes y al menos otras 34 personas resultaron heridas. Sin embargo, las autoridades israelíes y palestinas reafirmaron ayer su compromiso de llegar a un acuerdo de alto el fuego.
El presidente estadounidense, George Bush, se mostró ayer 'esperanzado' ante la idea de que israelíes y palestinos lleguen a un acuerdo de alto el fuego, pese al nuevo atentado. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, afirmó que el atentado era la prueba de que el presidente palestino, Yasir Arafat, 'no está dispuesto a abandonar su política de terrorismo'.
Israelíes y palestinos decidieron reforzar su compromiso con el alto el fuego. El ejército hebreo anunció que no respondería al atentado y la reunión programada para ayer por la noche con oficiales palestinos y con el mediador estadounidense, Anthony Zinny, siguió adelante. Se esperaba que en ella se detallasen las condiciones del alto el fuego, paso previo a las negociaciones de paz.
El ministro de Asuntos Exteriores, Simon Peres, expresó, no obstante, su convicción de que Arafat acudirá a la cumbre de la Liga Árabe en Beirut, donde se discutirá el plan de paz propuesto hace semanas por Arabia Saudí.
Sharon había condicionado el viaje de Arafat al cese total de la violencia y aún mantiene esta reserva para permitir el regreso del líder palestino. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) se apresuró a condenar el atentado y emitió un comunicado exhortando a los radicales islámicos a 'no atacar más a los civiles israelíes'. Más de 1.400 personas han muerto en 18 meses de conflicto, un tercio de ellas, palestinas.