Viena busca revitalizar su mercado
Los dirigentes del mercado austriaco se afanan en aumentar la capitalización y la liquidez de una plaza dominada de forma mayoritaria por valores cíclicos
La historia reciente de la Bolsa de Viena se resume como una lucha por la supervivencia. El que fuera uno de los mercados más importantes de Europa durante el siglo XIX, en pleno apogeo del Imperio Austro-Húngaro de los Habsburgo, vivió durante los años noventa un periodo muy difícil. El proceso de internacionalización y consolidación de los mercados, acelerado por las novedades tecnológicas, hizo que surgieran serias dudas sobre el futuro a medio plazo del mercado austriaco. Los inversores y las grandes firmas de Bolsa internacionales desplazaron a esta plaza a un oscuro segundo plano debido a su falta crónica de liquidez. Además, muchas compañías locales que debutaban en Bolsa preferían hacerlo en otros mercados más prestigiosos y visibles, como el cercano y potente Neuer Markt alemán.
El peligro de ser absorbida por una gran plaza europea o quedar como una Bolsa residual hizo que los responsables de la Wiener Börse tomaran cartas en el asunto, iniciando un profundo programa de reestructuración para rejuvenecer el mercado austriaco. El primer paso se dio en 1999 con la introducción del sistema electrónico de contratación usado por la Bolsa alemana, el Xetra. Esta decisión facilitó que 26 bancos de inversión internacionales se convirtiesen en miembros de la Bolsa de Viena.
El segundo hito en este lavado de cara llegó en octubre de 2000 y también tuvo en la Bolsa alemana un estrecho colaborador. Ambos mercados decidieron crear una plataforma de contratación para los valores de los países ex comunistas del Centro y del Este de Europa, el New European Exchange (Nemex), donde actualmente cotizan más de 100 compañías, y que tiene su sede central en Viena. El lanzamiento del índice Viena Dynamic Index (VIDX), para los valores relacionados con la nueva economía, y la introducción del capital flotante o free float como criterio principal para fijar los pesos de los miembros del ATX han sido otras de las medidas tomadas recientemente para dotar de mayor atractivo a este mercado.
Sin embargo, todos estos cambios no han impedido por el momento que la Wiener Börse siga siendo un mercado bastante ilíquido y que su capitalización sea la más pequeña de todas las Bolsas de los países del área euro, exceptuando el mercado de Luxemburgo. El valor conjunto de las 20 compañías que componen el índice ATX es de tan sólo unos 19.400 millones de euros, un tercio de la capitalización de Telefónica, por ejemplo. Además, otro dato que deben tener en cuenta los interesados en entrar en este mercado es que tres compañías (la financiera Erste Bank, la petrolera OMV y la operadora Telekom Austria) tienen un peso conjunto del 46,5% del ATX y acaparan casi la mitad del volumen de contratación diario del mercado.
'La decisión de adoptar el sistema de contratación alemán fue una decisión estratégicamente correcta, ya que promociona el mercado a nivel internacional e incrementa su transparencia. Sin embargo, la creación de la plataforma para las compañías del Este de Europa no acaba de funcionar. Es un mercado con poco volumen y la contratación de estos valores se sigue realizando de forma mayoritaria en sus mercados de origen', explica Michael Sieghart, de DWS, la gestora de fondos del Deustch Bank.
Los expertos definen la Bolsa austriaca como un mercado de pequeña capitalización, con poca liquidez y dominado por valores de carácter cíclico e industrial. Debido a la iliquidez de la mayoría de las compañías, los analistas señalan que la selección de valores cobra gran importancia si se desea entrar en este mercado, ya que el inversor puede encontrar dificultades para desprenderse de los títulos.
El ATX fue el único índice del área euro que terminó en terreno positivo en 2001, revalorizándose un 6,25% a pesar del contexto tan adverso al que tuvo que enfrentarse la renta variable en ese ejercicio. Los expertos señalan que esta subida se debió fundamentalmente a la revalorización experimentada en este periodo por alguno de sus pesos pesados, como el Erste Bank. En lo que llevamos de año, el principal índice austriaco sigue estando entre los mejores de Europa con una subida del 8%. Este buen comportamiento hace que los analistas estén divididos sobre el potencial de la plaza centroeuropea a corto y medio plazo. Algunos opinan que ya está correctamente valorada y otros señalan que, debido a la supremacía de los valores cíclicos, la Bolsa de Viena aún tiene potencial en función de la recuperación económica prevista para mediados de este año.
West AM es una de las firmas que ve poco atractivo en este mercado. 'La valoración de la Bolsa austriaca está muy ajustada. Los beneficios de las compañías están entre los más débiles. Además, sólo hay dos valores [OMV y Erste Bank] de este país incluidos en los índices Dow Jones Stoxx, con un peso conjunto que no llega al 0,12%. Por eso, y por la poca liquidez de este mercado, no tenemos ningún valor austriaco en nuestra cartera modelo', explica su gestor de renta variable europea.
Birgit Kuras, jefe de análisis del Raiffeisen Centrobank (RCB), uno de los principales intermediarios austriacos, cree, por contra, que la tendencia alcista de la Bolsa de Viena continuará en 2002. En su opinión, la desaceleración económica ha servido para que las compañías realicen profundas reestructuraciones para mejorar su productividad. RCB sitúa el objetivo del ATX a 12 meses en 1.270, un 3% más que su nivel actual. 'Los beneficios de las compañías austriacas crecerán en torno a un 40% este año, un ritmo muy superior al de otros mercados. La mejora de los resultados permitirá que la Bolsa de Viena siga ofreciendo una atractiva valoración, pasando de un PER [relación precio-beneficios] de 19,2 en 2001 a uno de 13,7 en 2002, más barato que el PER que estimamos para el Euro Stoxx, 18,5, o para el Dow Jones, 20,5', explica Kuras.
'Los inversores deben centrarse ahora en industrias primarias y en valores industriales. A lo largo del año, también esperamos que vuelva el interés por las compañías financieras', señalan desde el RCB en su último informe de estrategia. Los valores preferidos de esta firma a corto plazo son tres: el fabricante de motores Pankl, que a pesar de la desaceleración económica logró incrementar un 11,5% su beneficio por acción en 2001; la compañía acerera Voestalpine, que según RCB está muy barata respecto a sus homólogos europeos y que este año se beneficiará de la mejora de la actividad económica, y la papelera Mayr-Melnhof, cuya valoración es 'bastante atractiva'. Esta firma de Bolsa mantiene una recomendación de comprar para Mayr-Melnhof y Voestalpine y de neutral para Pankl.
Michael Sieghart, de DWS, también cree que la Bolsa austriaca todavía tiene potencial de revalorización. 'A medida que las economías de la mayoría de los países se recuperen, las compañías cíclicas serán las preferidas por los inversores. Por lo tanto, en función de la composición del mercado austriaco, dominado por valores cíclicos, industriales, energéticos y de materias primas, el panorama para el ATX en 2002 sigue siendo positivo', señala. Los valores favoritos de la gestora de fondos del Deustche Bank son el fabricante de cervezas BBAG, el banco Erst Bank y Vienna Airport, compañía que explota el aeropuerto de la capital austriaca. 'Respecto a BBAG nos preguntamos si será capaz de sobrevivir de forma independiente en un sector caracterizado por la consolidación a escala internacional. Erst Bank nos gusta, a pesar de la revalorización que acumulan sus acciones en los últimos meses, porque está haciendo importantes mejoras en su división de banca minorista. Por lo que se refiere a Vienna Airport, los países del Este de Europa están cobrando cada vez más importancia y Viena es el aeropuerto natural para el que quiera viajar a estos lugares', argumenta Sieghart.