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'Caso Enron'

Estados Unidos procesa a Andersen por "obstrucción de la justicia"

El Departamento de Justicia esperó ayer al cierre del mercado para dar a conocer sus cargos oficiales contra la auditora de Enron. Andersen EE UU fue acusada de ¢obstrucción de la justicia¢ por la destrucción de ¢toneladas de documentos y material electrónico¢ relacionados con el caso, dijo ayer el encargado de la investigación especial sobre Enron, Larry Thompson. La pena máxima para este delito es el pago de 500.000 dólares y cinco años de supervisión judicial.

La pena señalada por la ley es la última de las preocupaciones de Andersen. El problema para la firma presidida por Joseph Berardino, según se explicaba en una carta que los abogados de la firma enviaron al departamento de Justicia el miércoles por la noche, es que la acusación supondría ¢una pena de muerte¢ para la compañía por el daño a la imagen de Andersen y la quiebra que supone para la confianza que se deposita en la auditora por parte de sus clientes.

Pero desde la oficina gubernamental no se ha dudado. Thompson mostró un talante muy duro ayer en la rueda de prensa ofrecida tras anunciar la acusación formal contra la auditora. Según los hechos que maneja este departamento, la destrucción de documentos no se hizo solamente desde una oficina, la de Houston, sino que las órdenes de romper papeles llegaron a Illinois, Chicago, Portland y Londres. ¢Dijeron a los empleados que trabajaran más tiempo si era necesario¢, dijo Thompson.

Este procesamiento es el primero que se produce con relación a la caída de la empresa tejana de energía. Según Thompson, se tenían ya todas las evidencias para proceder contra Andersen.

Estas pruebas obraban en manos de la oficina de Thompson desde principios de mes y desde esa fecha se ha venido negociando con Andersen un acuerdo para que la compañía se declarara culpable antes de llegar a los tribunales. Las conversaciones han sido muy duras. Desde Andersen se ha querido hacer ver al Departamento de Justicia que la responsabilidad de la destrucción de los documentos de Enron era de la oficina de Houston (Tejas) y que no había motivo para pensar que la dirección de la firma actuó de forma ¢corrupta¢ permitiendo que esto ocurriera.

Desde la oficina del Gobierno se tiene otro punto de vista y se aduce que los directivos de Andersen tenían responsabilidad por todo lo que se hacía en todas sus oficinas y por ello la empresa es responsable. A diferencia de las leyes y la jurisprudencia española, en EE UU se puede admitir a trámite una querella contra una entidad jurídica y no sólo contra sus administradores o las personas que hayan sido denunciadas por la acción en cuestión. Oficiales del Departamento de Justicia dijeron que ninguna persona de Andersen ha sido acusada, aunque también señalaron que la investigación continúa, por lo que no se puede descartar.

El departamento de Thomp-son dio a Andersen hasta las nueve de la mañana (horario de la costa este de EE UU) de ayer para declararse culpable, pero la auditora dejó pasar el plazo y ya esta mañana algunos de sus socios tenían en sus contestadores un mensaje de su empresa preparándoles para lo que venía.

Y es que el miércoles por la noche la firma de Berardino había adoptado una actitud más beligerante. Los abogados que les representan, el bufete Mayer, Brown, Rowe & Maw, entregaron en mano una carta el asistente del fiscal general del Estado, Michael Chertoff, en la que se acusaba al Departamento de Justicia de ¢flagrante abuso de poder gubernamental¢.

En esta comunicación de cinco folios se afirma que desde esta oficina del Gobierno ¢no se ha permitido a la firma contar su historia al gran jurado, lo que viola la política de este departamento y los preceptos de fundamental justicia, y todo ello aparentemente sin razón¢. En la misiva se admite que la acción que pende sobre ella puede ¢destruir la firma¢, lo que afectará la vida de ¢miles de empleados y pensionistas de Andersen totalmente inocentes¢.

Los abogados mantienen que la acusación contra Andersen está asentada sobre terreno ¢poco sólido¢. Estos mismos argumentos fueron utilizados ayer por Andersen en el comunicado hecho público poco después de conocerse la decisión de ir adelante con la acusación.

Esta confrontación directa con Justicia se produjo después de que se cerrara para la auditora la posibilidad de ser absorbida por una de las empresas de la competencia. Y es que la eventualidad de heredar algunas de las responsabilidades penales de Andersen, ya no solo con el caso Enron, sino las que se puedan deducir de la crisis de Global Crossing, disuadió a Deloitte & Touche y Ernst & Young, quienes se habían sentado con la empresa de Berardino a discutir esta salida. A última hora de la tarde del miércoles Ernst & Young hacía un comunicado diciendo que no estaba en el interés de sus socios y clientes una operación como ésta y ya de madrugada en España, era Deloitte & Touche la que se retiraba.

En todo este tiempo de negociación ha estado sopesándose la posibilidad de solicitar la suspensión de pagos para organizar la compañía bajo tutela judicial. Ahora la empresa considera acelerar este proceso.

Los competidores, a la expectativa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las deserciones de la lista de clientes de Andersen no han hecho nada más que empezar en Estados Unidos (Merck, Delta, Fedex, entre otros), porque se teme ahora que con el proceso abierto ya por el Departamento de Justicia las compañías se lo piensen muy mucho antes de contratar a la firma presidida por Joseph Berardino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Analistas, ex auditores y académicos, que estos días estudian de cerca la sucesión de noticias relativas al futuro de esta fir-ma, aseguran que, si Andersen desaparece, no será fácil ni para las otras auditoras ni para las empresas auditadas acomodarse a la nueva situación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Según varios analistas citados por The New York Times, las firmas directamente competidoras de Andersen, ahora las Cuatro Grandes (PricewaterhouseCoopers, KPMG, Deloitte & Touche y Ernst & Young) no podrán absorber nuevos clientes rápidamente (Andersen audita en este país a unos 2.300 empresas), ya que además es cuando se cambia de auditora cuando normalmente aparecen los diferentes puntos de vista sobre las prácticas contables, algo que hará dura la transición. ¢Las presentaciones de resultados se pueden retrasar porque el auditor no esté familiarizado con la empresa¢.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por otro lado, la desaparición de escena de Andersen dejaría el negocio en menos manos, por lo que la competencia se vería muy restringida. La firma de Berardino es la más pequeña de las Cinco Grandes en EE UU a gran distancia de la sexta, BDO International, y por mucho que creciera esta o las que estén por debajo de ella con la entrada de algunos de los socios o empleados de Andersen, nunca se llegaría al umbral de las otras cuatro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

BDO ya ha comenzado a contratar a algunos de los empleados de Andersen de Tejas, pero admite que ni así podría hacer frente a una auditoría de una multinacional o una empresa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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