Duisenberg sugiere que la época de las bajadas de tipos ha llegado a su fin
El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, lanzó ayer una señal clara a los mercados cuando dijo que los tipos de interés europeos están 'al nivel adecuado para garantizar la estabilidad de precios a medio plazo'. Es decir, que no cree necesario seguir abaratando el crédito, en un momento en el que la economía europea empieza a dar señales de mejora y existe riesgo de presión inflacionista. Por lo pronto, el BCE mantuvo ayer los tipos oficiales en el 3,25% y el Banco de Inglaterra los dejó en el 4%.
Duisenberg está convencido de que 'los fundamentos económicos de la zona euro son sólidos' y 'no existen grandes desequilibrios' que pongan en peligro la reactivación económica. El ritmo y alcance de la mejora aún son 'inciertos', pero 'existen razones de peso para esperar un retorno a niveles de crecimiento en línea con nuestro potencial hacia finales de año'.
Según las previsiones de Bruselas, la economía europea crecerá un 0,4% en el primer trimestre del año. Y Duisenberg dijo ayer que 'existen nuevas señales de que la actividad económica tocó suelo a finales del año pasado' y el repunte económico será robusto en la segunda mitad del año. Parte de la esperanza de mejora procede del exterior. En concreto, del repunte registrado en los indicadores económicos de EE UU. Según Duisenberg, 'la creciente confirmación de que la actividad económica fuera de la zona euro está repuntando' debería llevar 'a un reforzamiento de la demanda externa para productos y servicios de la zona euro'.
A los signos de mejora económica se suma la prudencia. El BCE no quiere correr riesgos innecesarios en materia de inflación. Aunque el banquero central está convencido de que el IPC de la zona euro bajará del 2% (objetivo oficial) 'a lo largo de los próximos meses', por ahora el indicador de precios está muy por encima de esa barrera. El IPC de enero fue del 2,7% y en febrero se calcula que se colocó en el 2,5%.
Masa monetaria
Algunos analistas no ven la situación en materia de precios con tanto optimismo como el BCE, y avisan que el fuerte aumento de la masa monetaria representa un importante riesgo inflacionista.
La masa monetaria (M3) ha estado creciendo a un ritmo anual del 8% entre noviembre de 2001 y enero de 2002. La autoridad monetaria lleva meses afirmando (y ayer volvió a hacerlo) que esto es debido exclusivamente a que en momentos de incertidumbre sobre la situación económica y financiera, los inversores suelen recurrir a activos más líquidos. Y la incertidumbre ha sido la nota dominante en los mercados desde la ofensiva terrorista que azotó a EE UU el pasado mes de septiembre.
Aquel episodio fue el desencadenante de un frenazo brusco en la demanda global y las autoridades monetarias de los países desarrollados respondieron a la crisis poniendo en marcha una bajada de tipos coordinada que ahora parece llegar a su fin.
El BCE abarató el precio del dinero en cuatro ocasiones durante el año pasado. La última rebaja fue dictada el pasado 8 de noviembre. Y los últimos sondeos entre analistas indican que el próximo movimiento de tipos será al alza. Existen discrepancias, sin embargo, sobre si la subida se producirá este año o el próximo.
El recorte monetario fue mucho más agresivo y acelerado al otro lado del Atlántico. La Reserva Federal estadounidense ha recortado el precio del dinero en 11 ocasiones, llevándolos del 6,5% al 1,75%.
Una política que ha empezado a dar frutos mucho antes de lo que auguraban los expertos. Los últimos datos de PIB y productividad publicados en EE UU son tan robustos que muchos aseguran ahora que esta economía no ha llegado a caer en recesión.
Algo que no puede decir Alemania, cuyo ciclo recesivo se hizo oficial en el último trimestre.
Los 18 miembros del consejo del BCE debatieron, además, la sucesión del vicepresidente del banco, el francés Christian Noyer, que abandonará el cargo el próximo 31 de mayo.
Los candidatos oficiales por ahora son el gobernador del Banco de Grecia, Lucas Papademos, y el senador y economista belga Paul de Grauwe. Papademos ha recibido elogios públicos del ministro de Economía español y actual presidente del Ecofin, Rodrigo Rato, y del titular alemán de Finanzas, Hans Eichel. Muchos esperaban una decisión final para el Consejo de Barcelona, que se celebra la semana próxima, pero Rato reconoce ahora que seguramente habrá que esperar hasta abril.