La propuesta de recortar prestaciones por desempleo levanta escollos en Alemania
La propuesta del responsable de empleo alemán, Florian Gerster, de recortar las prestaciones a los parados ha encontrado fuerte críticas en Alemania. La medida se engloba dentro de un marco de reformas de la normativa sobre el empleo en Alemania después de la subida de paro.
La iniciativa de Gerster, que prevé recortar ayudas a los parados de más edad y a aquellos considerados como ¢crónicos¢, se presenta en tiempo de pre-campaña electoral, los comicios generales se celebrarán en septiembre, en una sociedad altamente sensibilizada con el tema del empleo.
Gerster se pronunció, además, a favor de que, transcurridos los primeros 32 meses sin trabajo, los parados pasen al auxilio social, en lugar de entrar, como hasta ahora, en la categoría intermedia de perceptores de ayuda contra el desempleo. Sus planes incluyen, asimismo, el recorte de los gastos en cursos de recapacitación y formación profesional permanente.
Estas declaraciones tuvieron una primera reacción del ministerio de Trabajo, cuyo secretario de estado, Gerd Andres, "recordó" a Gerster que no debe inmiscuirse en competencias propias del legislativo. En la misma sentido se pronunció el secretario general del Partido Socialdemócrata (SPD), Franz Müntefering, quien dijo que la labor de Gerster se limita a "proponer", no a "tomar decisiones".
El presidente del co-gubernamental partido Los Verdes, Fritz Kuhn, calificó de "errónea" e inaceptable para su partido proponer recortes de estas características.
A esos toques de atención siguieron las críticas de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), cuya vice-presidenta, Ursula Engelen-Kefer, indicó, en tono irónico, que si lo que pretende es la confrontación "no tiene más que propagar nuevos recortes".
Schroeder defendió a Gerster y dijo que lo considera la persona apropiada para un cargo donde no se necesita a "funcionario administrador", sino a un político.
Pero el jefe del grupo parlamentario conservador, Friedrich Merz, cuestionó las posibilidades de éxito del futuro presidente de la Oficina de Empleo.
Gerster, del SPD y aún ministro de Asuntos Sociales de Renania-Palatinado, fue nombrado hace apenas dos semanas para sustituir al cristianodemócrata Bernhard Jagoda, quien llevaba más de nueve años al frente del departamento. El revelo se produjo a raíz de las irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas en las tramitaciones de empleo, tras revelarse que en varias delegaciones se "embellecía" la estadística de las mediaciones exitosas de puestos de trabajo.
Schroeder anunció una profunda reforma de la Oficina Federal de Empleo. Los objetivos de la reforma serían descentralizar sus estructuras, hacerla más ágil y a estrechar la cooperación con las empresas de colocación para que el organismo deje de ser un mero "administrador" de las cifras del paro y gestione de puestos de trabajo.
La crisis en la Oficina Federal de Empleo se desata en un momento de gran preocupación política y social por el persistente aumento del desempleo, que en enero superó la barrera psicológica de los 4 millones y se espera que siga aumentado en febrero. El persistente aumento del paro es un tema especialmente delicado para Schroeder, quien al empezar la actual legislatura dijo que el éxito o fracaso de su Gobierno se mediría en función de los resultados alcanzados en la lucha contra el paro.