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Balance

Telefónica baja resultados por primera vez desde 1992 por la ausencia de plusvalías

Telefónica no ha podido evitar que el año 2001 pase a la historia como uno de los escasos ejercicios en los que la mayor compañía española por valor en Bolsa ha presentado caída de beneficios.

La falta de plusvalías, la crisis argentina, la debilidad de las divisas latinoamericanas y la tormenta económica mundial han sido una combinación demasiado potente y el resultado neto se ha resentido. Telefónica ha ganado un 15,9% menos, 2.106,8 millones de euros, en lo que supone el primer retroceso del beneficio consolidado desde 1992, según los datos de las auditorías de Telefónica registradas en la CNMV.

Los resultados, con todo, no pueden considerarse malos, y más si se compara a Telefónica con sus homólogas europeas. La parte alta de la tabla muestra todavía fortaleza y la baja se resiente menos que la de sus comparables, porque la operadora ha estado dos años (1999 y 2000) usando las sustanciosas plusvalías contables de las salidas a Bolsa de Terra y Telefónica Móviles para sanear el balance.

Aun así, la compañía presidida por César Alierta ha tenido que echar mano de todos los recursos contables y financieros para aguantar las cuentas. æpermil;ste es el aspecto más criticado por los analistas, recriminan a la operadora por no haber provisionado una peseta para cubrir futuros riesgos en Argentina.

Todas las filiales aportan. La marcha operativa de las principales filiales del grupo ha sido un bálsamo para Telefónica y ha permitido que los ingresos crezcan un 9%. Todas las participadas aportan algo, aunque en el caso de las más relevantes para el resultado final, Telefónica de España y Latinoamérica, esta contribución se haya limitado a mantener el tipo. Para encontrar crecimiento hay que irse a Móviles y a filiales más pequeñas, como Data y Admira, que poco a poco van ganando en relevancia.

A pesar de los intentos por controlar el gasto, el Ebitda (flujo de caja operativo) crece menos que los ingresos y muestra ya el contundente efecto del impacto del tipo de cambio de las divisas latinoamericanas y de las mayores provisiones por insolvencias.

Empieza la caída. A partir de la línea del Ebitda empiezan las malas noticias para Telefónica. Las pérdidas de las empresas asociadas, sobre todo las del negocio de medios, se disparan, y lo mismo hacen los resultados financieros, por el aumento de la deuda y la devaluación del peso argentino, que aporta 528,8 millones de euros negativos. Por último, el crecimiento de años anteriores y las compras realizadas por Terra Lycos, Admira y Data también pasa factura en la amortización del fondo de comercio, a pesar de que la filial de Internet ha duplicado el plazo de cancelación.

Llegados a ese punto, Telefónica empieza a buscar oxígeno para compensar la caída, pero la ausencia de resultados extraordinarios lo pone difícil. La operadora contabilizó 3.907,2 millones de atípicos en 2000, una hazaña imposible de repetir en un año como 2001, con los activos devaluados y sin compradores dispuestos a pagar el precio solicitado. Aun así, consiguió 302,1 millones de plusvalías el ejercicio pasado, gracias a Latinoamérica y a la reversión de provisiones de Telefónica de España.

Otro apoyo importante para minimizar la caída del beneficio han sido los impuestos. Bajan un 18,2%, ya que Telefónica se ha acogido a las deducciones impositivas por reinversión de plusvalías. El efecto ha sido tan contundente, que en el último trimestre la contribución de los impuestos es positiva.

Latinoamérica sorprende. La crisis de las economías latinoamericanas ha supuesto un fuerte varapalo para Telefónica. La crisis económica de unos países se ha unido a la depreciación de divisas en otros y el resultado es una caída del 2,3% en los ingresos, acelerada por un cuarto trimestre nefasto. El efecto en la cuenta de resultados de la devaluación del peso argentino ha sido de 369 millones de euros y mucho peor parado ha salido el balance, contra el que se cargan 1.424,1 millones. A este hecho se ha unido la devaluación del real y la entrada en pérdidas de la filial de Perú.

Sorprendentemente, sin embargo, el beneficio de Telefónica Latinoamérica crece un 185%. La zona está en recesión, las divisas son devaluadas y todas las partidas de la cuenta de resultados están en franco retroceso, pero el resultado crece de forma espectacular. La explicación hay que buscarla en los impuestos (esta vez, son positivos) y en los extraordinarios procedentes de la venta de Cablevisión y de la regularización del ejercicio fiscal de Telefónica de Argentina.

Y España también. Si sorprendentes son los resultados de Telefónica Latinoamérica, lo son más los de la filial de telefonía fija en España. Afectada por la competencia y la rebaja de tarifas, los ingresos suben un tímido 0,4%, pero los beneficios se disparan un impresionante 397,6%. Otra vez los extraordinarios son la explicación, con 1.093 millones de diferencia entre un año y otro. Telefónica rehusó ayer explicar de dónde proceden estos atípicos, aunque fuentes del mercado aseguran que está revirtiendo provisiones excesivas de años pasados.

Telefónica no ha podido hacer lo mismo con otras dos filiales, Data y Admira, que siguen en pérdidas. La primera ha multiplicado por 10 sus números rojos, debido al lastre de la compañía alemana Mediaways y a la expansión internacional.

En la filial de medios, Antena 3 da muestras de debilidad, con una fuerte caída del beneficios, y Vía Digital eleva sus pérdidas. Sin embargo, la contribución de Endemol (su Ebitda es superior al de todo Admira) y los extraordinarios consiguen que las pérdidas se reduzcan casi a la mitad.

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