Una moneda que ha conservado más valor que el franco y la lira italiana
La peseta ha conservado más valor que monedas de relevancia internacional, como el franco francés y la lira italiana, después de casi siglo y medio de historia.
La rubia ha sabido sobrevivir a los avatares del tiempo mejor que muchas grandes divisas. Es cierto que ha perdido valor si se compara con el dólar o la libra esterlina, pero ha aguantado el tipo frente a otras divisas más fuertes. Los catedráticos José Luis García Delgado y José María Serrano recogen este hecho en el libro Del real al euro, publicado recientemente por el servicio de estudios de La Caixa como homenaje a la peseta.
Ambos especialistas resaltan que en 1868 el valor inicial de la peseta era prácticamente el mismo que el que tenía el franco francés y la lira italiana. Más de un siglo después, cuando las tres divisas se han integrado en el euro, la peseta es la que más valor ha conservado. Si en 1868 con una peseta se compraba un franco o una lira, en el año 1999 -fecha de implantación del euro y de acuerdo con los tipos de conversión irrevocables- con una peseta se podrían comprar 11,6372 liras o 3,9424 francos (de los de 1868 pues en 1958 se creó el franco nuevo, multiplicando por 100 el valor del antiguo).
No obstante, la historia de la peseta ha estado muy ligada a los problemas de la Hacienda pública española, enfrascada en un endeudamiento crónico y con importantes procesos inflacionistas, sobre todo a partir de la Guerra Civil.
Los peores momentos de la peseta fueron la guerra de Cuba, a finales del siglo XIX, y ya en el siglo pasado, la Guerra Civil y la crisis de los años setenta. Los mejores, los años de la neutralidad en la I Guerra Mundial (en la que alcanzó su máximo valor) y los últimos noventa, cuando se decidió su incorporación al euro tras un periodo de disciplina interior en precios y costes.
Entre medias quedan otras muchas etapas en las que la divisa se midió con las circunstancias políticas y económicas del país.