El alto déficit y la dependencia agrícola lastran el crecimiento de Marruecos
Un creciente déficit fiscal, potenciado por la proximidad de las elecciones, y una excesiva dependencia de la agricultura, con ningún avance en los otros sectores, amenazan la economía marroquí.Así lo recoge un informe de la agencia Moody§s, que revisó a la baja la perspectiva de su deuda en diciembre.
La principal razón esgrimida por Moody§s para rebajar la calificación de su deuda soberana en moneda extranjera a un nivel de Ba1, que define la incertidumbre de los bonos, es el empeoramiento del balance de las cuentas públicas del Estado.
En los últimos dos años Marruecos ha sufrido crecientes desajustes presupuestarios. En 2001 el déficit fiscal alcanzó el 7,3% del PIB, pero en términos de caja esa cifra fue del 10,4%. ¢Aunque el aumento del déficit reflejó algunos factores excepcionales, como el gasto relacionado con la sequía y las inversiones realizadas por el Fondo Hassan II [destinado a las infraestructuras y a la lucha contra la pobreza], el déficit estructural, incluso descontando estas partidas, alcanzó el 4,9% en 2001, frente al 4,2% de 2000¢, afirma Sara Bertin-Leveq, analista de Moody§s y autora del informe.
El aumento del déficit refleja tanto una subida del gasto como una contracción de los ingresos, debido, esto último, a ¢las exenciones impositivas concedidas para contrarrestar la pérdida de competitividad y a la reducción de los aranceles aplicada para cumplir con lo estipulado en el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea¢, que entró en vigor en marzo de 2000.
Al mismo tiempo el gasto aumentó, sobre todo, en la partida dedicada al pago de salarios para los funcionarios, que se elevó un 16,1% el año pasado, lo que representa un 12,6% del PIB. Y no fue por un aumento de los salarios, sino por la contratación de 15.000 nuevos empleados. Mientras crecen los despidos en las empresas privadas, parece que la absorción de parados por parte del Gobierno continuará.
¢Los efectos negativos de la desaceleración mundial sobre la economía local, la creciente afluencia de personas al mercado laboral y las próximas elecciones [parlamentarias] de octubre, el Gobierno puede estar tentado de continuar jugando el rol de empresario de último recurso¢, apunta Bertin-Leveq.
Moody§s subraya además la excesiva rigidez del Presupuesto del Gobierno marroquí, porque los salarios y el pago de intereses absorbió el 81% de los ingresos por impuestos en 2001, frente al 75% entre 1997. El déficit fiscal estuvo en parte financiado en los últimos años por las privatizaciones, pero ahora ¢será difícil por la debilidad de los mercados bursátiles de todo el mundo¢, dice el informe.
El clima manda
Sobre Marruecos pesa, además, la presión de tener que crecer a un ritmo anual mínimo del 6% durante los próximos 10 años para poder absorber el aumento de la fuerza laboral, ¢lo que bajo las presentes condiciones es extremadamente difícil de conseguir¢.
Según estimaciones, el año pasado se cumplió ese objetivo, pero las previsiones para éste apuntan a sólo un aumento del 4% del PIB. La economía lleva el lastre de depender demasiado de agricultura, o lo que es lo mismo, del clima. En la última década la sequía ha hecho estragos en la agricultura, perjudicando las exportaciones de productos frescos y la demanda interna, ya que el sector absorbe el 40% de la fuerza laboral. Además el resto de los sectores ha empeorado ¢debido a la falta de dinamismo de la economía¢.
¢Aunque el Gobierno continúa comprometido con su programa de privatización y el plan de reformas en las áreas de política social, educación y Gobierno, estas reformas aún no se han traducido en el porcentaje de crecimiento suficiente para generar el empleo necesario¢, afirman desde Moody§s.