La capacidad eólica europea ha aumentado un tercio en un año
El informe anual de la Asociación Europea de Productores de Energía Eólica (EWEA) ha ratificado otro año de fuerte expansión para la industria que explota la generación de electricidad mediante esta energía renovable. La capacidad instalada en Europa aumentó un 35% el año pasado, con 4.500 megavatios adicionales. Mientras que la patronal española (APPA) sostiene que España es el segundo productor europeo (y mundial) desde 2000, EWEA mantiene que la plaza la consiguió el año pasado.
Para la Asociación de productores europeos, que recoge la información sobre España del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE), España tenía 2.235 megavatios de energía eólica instalada en 2000. En cambio, la patronal española aumenta esta cifra hasta 2.502 megavatios.
Afortunadamente, ambas coinciden en que, al término del año pasado, los 200 parques eólicos españoles sumaban una potencia total de 3.337 megavatios.
El caso es que, mientras que los productores españoles se quejan de una ¢desaceleración en la implantación de esta tecnología¢ en el país en 2001, la potencia instalada aumentó un 33,3%, mientras que en 2000 ascendió un 69,5%, los industriales europeos miran con admiración la fuerza del mercado español en Galicia, Navarra, Aragón y las dos Castillas.
EWEA estima la capacidad eólica mundial en 24.000 megavatios, de los que el año pasado se instalaron unos 6.000. Europa tiene el control indiscutible tanto de la producción como de la tecnología, puesto que, según la mis-ma asociación, el 90% de los fabricantes de las turbinas de los aerogeneradores son europeos, cuya cifra de negocio anual conjunta asciende a 1.000 millones de euros.
Los más de 17.000 megavatios instalados en Europa suponen una capacidad suficiente para satisfacer el consumo eléctrico de 10 millones de hogares y, además, evitan la emisión de 24 millones de toneladas de anhídrido carbónico al año, que contaminarían la atmósfera si hubiera que sustituir la producción de las centrales eólicas por cualquier otra fuente de energía convencional.
EE UU contraataca
Alemania mantiene una supremacía mundial en cuanto a generación de electricidad mediante esta energía, con una capacidad próxima a 9.000 megavatios.
La mayor apuesta por esta energía se ha producido en Estados Unidos, que en un so-lo año ha instalado 1.700 megavatios, porque los agricultores y granjeros de California, Minnesota, Iowa, Te-jas y Wyoming han descubierto en ella una sustanciosa fuente de ingresos adicionales y es-tán favoreciendo la instalación de aerogeneradores en sus terrenos. Este au-mento es considerable, teniendo en cuenta que el año pasado se incrementó en todo el mundo la capacidad de energía nuclear en 1.700 megavatios.
En Alemania, Dinamarca y Holanda, los agricultores están aprovechando el abaratamiento de la tecnología para invertir de forma directa en centrales eólicas, unidos en cooperativas, a fin de disfrutar de los pingües beneficios de la venta de la energía producida, que las compañías eléctricas están obligadas a comprar en su totalidad.
En septiembre del año pasado, EWEA revisó sus previsiones de capacidad eólica instalada en Europa para 2010, que se sitúan en 60.000 megavatios, lo que representa un abastecimiento eléctrico suficiente para 75 millones de personas.
El Plan de Fomento español ha establecido que para ese mismo año la potencia eólica instalada será de 8.974 megavatios.
300 millones en compensaciones a las renovables
El apoyo de la Administración al desarrollo de la tecnología se plasma en la existencia de las llamadas ¢primas a la electricidad de origen renovable¢, que deben pagar las compañías eléctricas sobre el precio fijo establecido para la producción eléctrica. Así, si en la actualidad el kilovatio/hora de energía eólica tiene un valor de 0,06 euros (10,45 pesetas), la compañía eléctrica paga además una prima de 0,03 euros (4,82 pesetas). El Ministerio de Economía no ha variado apenas la tarifa respecto a la vigente el año pasado.
El importe medio de las primas para las energías renovables se sitúa por debajo de las cinco pesetas por kilovatio/hora de producción eléctrica, salvo en el caso de la solar fotovoltaica, que llega hasta 60 pesetas.
La patronal de productores españoles (APPA) considera que estas primas son ¢compensaciones¢ en concepto del ahorro en costes medioambientales que supone la producción eléctrica mediante fuentes de energía renovables respecto a las convencionales.
Manuel Delas, secretario general de APPA, afirma: ¢El importe de estas compensaciones no llegó a los 50.000 millones de pesetas [300 millones de euros] en 2001, algo más del 2% de la factura eléctrica del país. Un 2% por evitar la emisión de 6,1 millones de toneladas equivalentes de anhídrido carbónico; un 2% en un sector en el que las ayudas, compensaciones o subvenciones para las tecnologías convencionales se contabilizan por centenares de miles de millones de pesetas vía Presupuestos del Estado¢.