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Investigación

El regulador bursátil cruza la contabilidad de Qwest y Global Crossing

El regulador bursátil de EE UU (SEC, en sus siglas en inglés) está estudiando con rapidez el caso de la suspensión de pagos de Global Crossing y sus presuntas irregularidades contables. Este organismo de regulación de los mercados abrió su investigación la semana pasada y ayer solicitó a la operadora Qwest algunas pruebas documentales que permitan comprobar si los libros de Global Crossing son adecuados.

La empresa, que no es el centro de la investigación, ha anunciado que entregará inmediatamente sus cuentas, elaboradas sobre los estándares de contabilidad generalmente aceptados (GAAP, es sus siglas en inglés).

En concreto, la SEC quiere comprobar con las cuentas de Qwest si las transacciones realizadas entre las dos compañías el año pasado (básicamente la compraventa de capacidad de transmisión en sus respectivas redes de telecomunicaciones ) se contabilizaban de manera distinta por ambas. Las cuentas de las dos compañías estaban auditadas por Andersen, que ya está en el ojo del huracán por ser la auditora de Enron.

Según algunos analistas, la forma en la que Global Crossing, una empresa fundada en 1997 por Gary Winnick y con sede en Bermudas, contabilizaba algunas de sus operaciones puede despertar algunas dudas sobre los ingresos. Precisamente por ello la SEC y el FBI han abierto la investigación. El hecho de que el FBI esté sobre Global Crossing no es usual, pero en los últimos meses la agencia federal de investigación también está presente en las diligencias que se practican en Enron.

Todas estas investigaciones se abrieron la semana pasada cuando un antiguo vicepresidente de la empresa, Roy Olofson, remitió una carta a la SEC acusando a la empresa de Winnick de inflar los ingresos de una compañía que no ha dado beneficios en su corta existencia. Olofson fue despedido el 30 de noviembre en la última reducción de plantilla de la empresa para bajar costes.

El portavoz de Global Crossing aseguraba ayer que las cuentas de la empresa se habían hecho conforme a los GAAP.

La apariencia de legalidad no hace más que evidenciar las dudas de analistas y académicos en el sistema cuya imagen ya está bastante deteriorada por el caso Enron.

Según The New York Times, los trabajadores de Global Crossing también han perdido la mayor parte de las pensiones con la caída de la compañía y los prestamistas tienen pocas posibilidades de recuperar su dinero cuando ejecutivos como Winnick se han enriquecido tras realizar importantes plusvalías.

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