Berlín logra apoyos para evitar la amonestación sobre su déficit
Alemania contaba anoche con el apoyo necesario para eludir la amonestación oficial que la Comisión Europea quiere hacerle por su galopante déficit público. Gran Bretaña, que no pertenece a la zona euro, es su principal aliado en una batalla institucional en la que Bruselas ha empeñado su credibilidad como guardián del Pacto de Estabilidad. Los ministros de Economía de la UE buscaban anoche una solución de compromiso que pasa por pactar con Alemania un suave reproche, pero al margen del pacto.
ABerlín le sobran votos para batir a su rival, el comisario europeo de Asuntos Económicos. Pedro Solbes sólo contaba ayer con el respaldo de un puñado de socios (Finlandia, Holanda, Bélgica, Austria), pero muy lejos de sumar la mayoría cualificada (62 votos) que necesita para sonrojar al gigante alemán.
Berlín, en cambio, se aprestaba para la batalla de hoy en el Consejo de Ministros de Economía (Ecofin) con el apoyo decidido de Reino Unido y tácito de Francia, Italia y Portugal. Entre los cinco países suman 46 votos, 20 más de los precisos para dinamitar la propuesta de admonición de Solbes.
El ministro español, Rodrigo Rato, que preside la reunión, no se ha decantado públicamente por ninguno de los dos bandos. No obstante, Rato fue ayer tajante respecto a la necesidad de que se cumpla el Pacto de Estabilidad y aseguró que 'el mayor riesgo que puede asumir la economía occidental es un aumento de tipos de interés a medio y largo plazo' que, a su juicio, se produciría si aumenta el déficit público, informa Patricia Colino.
En el encaje diplomático de las últimas horas para resolver el pulso institucional todas las soluciones pasan por una marcha atrás, más o menos digna, de la Comisión. Para salir de la encrucijada se trata de desligar el deterioro nominal del déficit alemán del objetivo comunitario de equilibrio fiscal a medio plazo. Esta hipótesis quiere que la Comisión se contente con un compromiso de Berlín para lograr el déficit cero antes de 2006 y una declaración, supuestamente contundente, en contra del déficit alemán. Todo ello sin aplicar el sistema de alerta rápida previsto en el Pacto de Estabilidad, que abre el camino hacia sanciones de hasta el 0,5% del PIB.
El ministro británico, Gordon Brown, no será tan contemporizador. Londres se opone radicalmente a la Comisión, a la que acusa de hacer 'la interpretación más estrecha posible' del Pacto de Estabilidad. Para Brown, los expertos de Solbes pecan de un sesgo político que desdeña la importancia de la inversión pública e ignora la influencia del ciclo económico en la evolución presupuestaria de cada país. Solbes defendía anoche la validez de sus argumentos económicos para alertar a Berlín sobre el déficit público. La Comisión, que también desea amonestar a Portugal (cuyo déficit puede alcanzar este año el 1,8%), duda que se pueda aplicar en el futuro el pacto a otro país si el Consejo se niega a hacerlo ahora con Alemania. El ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, se había mostrado partidario de aceptar la admonición como un mero aviso administrativo, dirigido más a las alegrías presupuestarias de Edmun Stoiber, el rival electoral de Gerhard Schröder, que a la política fiscal seguida por el Gobierno socialista. Pero Eichel llegaba a la reunión de anoche maniatado por las agrias declaraciones que el canciller, al que espera una reválida electoral en septiembre, ha lanzando contra Bruselas desde que la Comisión alertara sobre el deslizamiento del déficit (2,7%) hacia el límite del 3% fijado por el pacto.