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Mercado de trabajo

El enfriamiento de la economía destruyó 17.400 empleos el último trimestre de 2001

La reducción del paro registró también un fuerte frenazo, ya que en 2001 el número de desempleados se redujo sólo 88.400 personas frente a las 268.600 que abandonaron el paro en 2000. Pero el auténtico descalabro del mercado laboral se produjo en el último trimestre, cuando no sólo se frenó el empleo, sino que se destruyeron 17.400 puestos de trabajo.

Las cifras de la encuesta de población activa (EPA) del último trimestre de 2001 reflejan el claro empeoramiento del mercado laboral. El pasado ejercicio se cerró con 14.866.900 ocupados y 2.213.400 parados, tras haberse creado 256.000 nuevos empleos y reducirse el paro 88.400 personas.

Esto supone que el año pasado se creó la mitad de empleo que en 2000 y que el paro sólo se redujo la tercera parte que en el ejercicio precedente. De esta forma, 2001 terminó con una tasa de paro sobre la población activa del 12,9%, dos décimas por encima de la previsión del Ejecutivo, incumpliéndose el objetivo por primera vez desde que el PP llegó al Gobierno.

Pero fue en el cuarto trimestre del año cuando realmente empeoró el mercado laboral. Se destruyeron 17.400 empleos y el desempleo aumentó 33.900 personas. Este mal comportamiento del mercado de trabajo es consecuencia, según todos los analistas, de la desaceleración general de la economía, agravada por los acontecimientos del 11 de septiembre en Estados Unidos.

En España este deterioro de la economía, que repercute lógicamente en el mercado laboral, viene registrándose a lo largo de todo el año 2001. Prueba de ello es el continuo deterioro de uno de los indicadores más significativos de la actividad económica: el índice de producción industrial. Este ha caído todos los meses del año pasado (salvo agosto) y ha tenido su reflejo en el mercado de trabajo. Así, la mayor destrucción de empleo del último trimestre se registró en la industria, donde desaparecieron 48.500 puestos de trabajo, más que en todo el año en este sector, donde el número de empleos se redujo 44.500.

Más empleo en servicios

En el sector servicios se destruyeron 11.400 empleos en el cuarto trimestre, aunque el saldo anual fue positivo, con la creación de 234.000 puestos de trabajo, la mayoría de todos los empleos creados. La construcción creó 93.100 empleos en todo el año, de los cuales sólo 9.000 se crearon en el último trimestre. En la agricultura se registró una mejora entre octubre y diciembre con la creación 33.500 nuevos puestos de trabajo, aunque el balance anual refleja una destrucción de 26.500 empleos en el sector.

La calidad del mercado de trabajo también se resintió: del total de nuevos asalariados, el 68% tenían contrato indefinido (166.200) frente al 32% con contrato temporal, cuando entre el 80% y el 90% del empleo que se creaba en los últimos años era fijo.

La tasa de temporalidad se redujo una décima en el último trimestre, al 31,7%, si bien esto no fue porque se crearan más contratos indefinidos en detrimento de los eventuales, sino porque la desaceleración del mercado hizo que los empresarios ajustaran plantillas prescindiendo de los trabajadores temporales, ya que estos apenas tienen coste de rescisión. Así, entre octubre y diciembre se destruyeron 33.700 empleos temporales.

El empleo femenino se comportó mejor que el masculino en 2001 -se crearon 167.600 empleos para las primeras y 88.500 para los hombres- y el paro se redujo también más entre las mujeres, -54.300 paradas menos frente a una reducción de 34.000 desempleados varones-; todo esto no fue suficiente para acortar la distancia entre la tasa de paro femenina (18,6%) y la masculina (9%).

En el último trimestre de 2001 también creció un 1,8% el número de hogares en los que todos sus miembros están en paro, hasta 502.000 familias. Si bien este colectivo se redujo en 26.700 hogares en todo el año. Este empeoramiento del cuarto trimestre se reflejó igualmente en el aumento de la tasa de paro del cabeza de familia al 6,5% y la de los hijos al 20%.

Del total de desempleados, el 67% aceptaría un empleo que supusiera un cambio de ocupación, el 54% con una categoría inferior a la esperada, el 49,3% con ingresos más bajos adecuados a su cualificación y sólo el 22,4% aceptaría un trabajo que le hiciera cambiar su lugar de residencia.

Cataluña, la región más damnificada

 

 

 

 

 

 

 

 

La comunidad autónoma de Cataluña, una de las más industriales, ha sido la que peor parada ha salido en 2001, ya que fue donde más empleo se destruyó (43.900 puestos de trabajo menos) y donde más creció el paro (6.000 desempleados más). Mientras que, por el contrario, la región española que más empleo creó el pasado año fue Andalucía, con 102.400 nuevos empleos, seguida de Madrid, donde se crearon 95.600 empleos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En términos anuales se destruyó empleo en otras cinco comunidades: Extremadura (-6.600 empleos), Asturias (-4.500), Murcia (-2.300), Galicia (-2.300) y Baleares (-800).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Siguiendo esta tendencia, las comunidades más perjudicadas en el tercer trimestre por el enfriamiento de la economía fueron también Cataluña, donde entre octubre y diciembre el número de ocupados se redujo en 52.600; Baleares, con 21.100 empleos menos, y Asturias (-11.400).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, Andalucía y Extremadura siguen siendo las regiones con las tasas de paro más altas: 22,3% y 22%, respectivamente. Así, un total de siete comunidades registraron tasas de paro por encima de la media nacional.

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