Análisis de Coyuntura: Mal año para el empleo y la industria española
La actividad nacional ha agudizado su desaceleración en el último tramo del 2001: la construcción ha frenado su crecimiento y, aunque sigue siendo el sector más dinámico, ha comenzado a perder ritmo; el sector servicios se ha resentido notablemente tras los acontecimientos de septiembre, mientras que la industria continúa sin levantar cabeza desde que comenzara su fuerte recesión a finales de 2000.
Con relación a este sector, los últimos datos del índice de actividad industrial (IPI) de noviembre-diciembre vuelven a ser muy negativos y corrigen, como esperábamos, la mejoría experimentada en el trimestre agosto-octubre. Terminó el año pasado cayendo un 4,5% interanual en diciembre, por encima de lo esperado, y acumuló un descenso del 1,2% en todo el 2001, su tasa acumulada más negativa. Por tipo de bienes, todos sufrieron importantes caídas, pero la más destacada se dio en la producción de bienes de equipo, con un descenso del 3,5% en todo el año (un 9,4% en el último trimestre del año), seguido de la producción de bienes de consumo y de intermedios. La producción de los bienes intermedios había mejorado ligeramente a finales del segundo trimestre, pero los datos de noviembre-diciembre la han hecho retomar una senda desaceleradora. La cartera de pedidos españoles de enero, según las encuestas elaboradas por la UE, han vuelto a empeorar. Por todo, mantenemos el pesimismo para la industria nacional en el primer tramo de 2002 y aún esperamos caídas en sus niveles de actividad para los tres primeros trimestres del año. Prevemos que estos descensos se moderen a partir del segundo trimestre y que incluso repunten a finales de año. Con este perfil, esperamos un crecimiento próximo al nulo para el conjunto de 2002.
Fiel reflejo de la crisis de la actividad nacional es la agudización en el deterioro del mercado laboral. En los últimos meses, el paro registrado permaneció prácticamente estancado en diciembre mientras que en enero aumentó considerablemente. El aumento es fruto de la corrección estacional debido a la contratación temporal que se produce en diciembre en el sector servicios. Sin embargo, nuestra previsión era de un aumento de 50.000 parados, bastante por debajo de la cifra publicada de 76.900 personas. Con estos últimos datos, el número de parados se eleva a los 1,65 millones.
Continúa la debilidad del crecimiento alemán
En Alemania, la tasa de paro creció en enero hasta el 10,4% (la máxima desde marzo de 2000). Es previsible que durante los próximos meses observemos una evolución similar que no hará sino confirmar la debilidad del mercado laboral germano (afectando negativamente al consumo privado durante el presente año). Los pedidos totales mostraron en diciembre un comportamiento ligeramente peor del esperado al decrecer un 9,3%. La mala evolución de los pedidos de bienes de consumo (duradero y no duradero) ensombrecieron la buena evolución de los pedidos de bienes de capital (que frenaron su ritmo de decrecimiento). En conjunto, los pedidos totales terminaron el año 2001 mostrando un decrecimiento 2,8%.
En Francia, la encuesta trimestral industrial de enero muestra expectativas favorables de producción y demanda futura, pero las expectativas de empleo futuro siguen siendo malas y la tasa de utilización de la capacidad productiva es la más baja en los dos últimos años. La confianza de los consumidores en enero se resintió ligeramente por el empeoramiento de las expectativas de empleo. Pero las expectativas sobre la situación financiera personal o al nivel de vida en Francia están en máximos desde abril y julio, respectivamente.
En Estados Unidos, los pedidos totales de manufacturas superaron en diciembre nuestra previsión y continúan ofreciendo signos de freno en su deterioro. Con el dato de diciembre se cierra el cuarto trimestre con un retroceso trimestral del 0,3% (muy inferior a las caídas del tercero y segundo trimestre).
La producción industrial en el Reino Unido cerró el año decreciendo un 2,2% (frente al 1,7% del 2000). En diciembre creció conforme a lo previsto, por primera vez en los últimos meses.
En Brasil, las exportaciones en enero fueron bastante inferiores a nuestra previsión por cuarto mes consecutivo, por la mala situación internacional y, sobre todo, la crisis argentina. Mientras, las importaciones reflejan que la demanda interna no se ha reactivado con intensidad suficiente para impulsar las compras en el exterior.
En cualquier caso, el saldo volvió a ser positivo en enero, aumentando su flujo móvil anual como viene ocurriendo desde abril de 2001.
Llega el final de la deflación a la economía argentina
La economía Argentina se encuentra en recesión desde 1999, agravada por la caída continuada de los precios al consumo, lo que ha desincentivado la actividad productiva y el empleo. En 2001 el IPC retrocedió un 1,5% después de sendas caídas del 0,9% y 1,2% en 1999 y 2000.
La devaluación del peso argentino invertirá previsiblemente dicha tendencia: el encarecimiento de las importaciones presionará al alza los precios de producción y en última instancia los de consumo. Esta hipótesis a priori resulta apoyada por el fuerte aumento que en enero se ha registrado en algunos indicadores de precios. Los precios de producción que cerraron el cuarto trimestre de 2001 con una caída intertrimestral del 3,4% han aumentado en enero un 6,7%. Los precios al consumo también han repuntado pasando de una caída del 0,9% en el cuarto trimestre de 2001 a un crecimiento del 2,3% en enero.
El paso a una situación de inflación se presenta inicialmente como positiva para la economía argentina.