Rato y Calzada anuncian más vigilancia a las firmas auditoras
El ministro de Economía, Rodrigo Rato, y el presidente de la CNMV, Blas Calzada, anunciaron hoy que incrementarán las medidas de vigilancia de las empresas auditoras, después de que su labor fuera ineficaz para detectar recientemente los problemas de Gescartera y de Enron.
Rato se mostró a favor de separar cada vez más de forma "eficaz y clara" las labores de auditoría y consultoría por parte de las empresas que se dedican a estos cometidos, en el Foro Financiero organizado por ABC, la consultora Ernst and Young y HP.
Calzada advirtió, por su parte, que a partir de ahora vigilará estrechamente el trabajo de las firmas de auditoría, de las que dijo que nunca fue muy partidario y a las que aconsejó que realicen sus trabajos con más diligencia porque hasta ahora "estaban relajadas".
Estas afirmaciones se producen después de que se conociera que el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) ha impuesto una multa de 540.000 euros a Deloitte and Touche por sus fallos en la supervisión a Gescartera, sanción que Calzada calificó de "aviso a navegantes".
En su intervención en las jornadas, Rato se refirió también a la crisis financiera argentina al señalar que las medidas anunciadas "van en la dirección adecuada" pero que todavía deben aclararse "cuestiones esenciales" en las relaciones financieras y sobre la responsabilidad del sector público.
El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, alabó la actuación de las entidades españolas con presencia en Argentina y señaló que "es necesario recuperar" la confianza en el sistema financiero de ese país.
Pese a que Rato se mostró optimista ante la cercanía del final de la desaceleración económica mundial, Caruana alertó de los "riesgos a futuro" de la economía española, que pueden afectar al empleo, al crecimiento y a la competitividad.
A su juicio, hay que combatirlos con reformas en el mercado de trabajo y un mayor grado de liberalización para determinados sectores, al tiempo que en la Unión Europea se lleven a cabo cambios estructurales para tener la flexibilidad y competitividad de Estados Unidos.
A este respecto, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José Luis Leal, se mostró a favor de las medidas solicitadas por el presidente del SCH, Emilio Botín, para asimilar las normas de contabilidad europea a las estadounidenses, aunque destacó que es un asunto que debe abordarse desde la Comisión Europea.
Leal anunció también que el coste total que la banca española ha tenido que asumir por la entrada en circulación del euro desde 1999 es de 600 millones de euros (casi 100.000 millones de pesetas), inversión que, a su juicio, no les reportará ningún beneficio hasta que se consiga un mercado financiero único en Europa.
Para conseguir este objetivo, según el consejero del Banco
Central Europeo (BCE) Eugenio Domingo Solans, es necesario el esfuerzo y la colaboración de las autoridades nacionales y europeas para acabar con las diferencias legislativas, las "insuficientes" iniciativas del sector privado y las actuaciones nacionalistas.
Domingo Solans apuntó que "urgen avances", como la articulación de una ley europea de fusiones y adquisiciones bancarias y que se impulse la homogeneización de la fiscalidad y el derecho mercantil, "para que todos los participantes del mercado jueguen con las mismas normas".
El vicepresidente tercero del Santander Central Hispano, Matías Rodríguez Inciarte, también se refirió a las barreras existentes actualmente para lograr un sistema unificado y consideró que las operaciones de adquisición y fusión transfronterizas no parecen factibles por las diferencias regulatorias existentes.
Para Rodríguez Inciarte, la banca española choca en la Unión Europea contra diferencias normativas y culturales, al tiempo que en España "muy poco puede hacer" en los procesos de concentración porque la mayor parte de la cuota de mercado está en manos de las grandes entidades.