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Los gastos indirectos encarecen un 10% la compra de un piso

Adquirir una vivienda conlleva, además del precio pagado a la promotora o al anterior propietario en el caso de los inmuebles de segunda mano, unos gastos adicionales de alrededor del 10% del valor del piso.

Gran parte de este importe (el 7,5%) se destina al pago de los impuestos y otro 0,5% al pago de la notaría y la gestión. Además, a ello hay que sumarle los gastos derivados de la contratación de la hipoteca, de la constitución de la comunidad de vecinos, del pago de plusvalías y del alta de los suministros básicos (agua, luz, gas y teléfono), que en su conjunto suelen sumar otro 2%.

Así, por ejemplo el comprador de una vivienda de 240.000 euros (unos 40 millones de pesetas) tendrá que abonar aproximadamente unos 17.000 euros (2,8 millones de pesetas) al pago del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) o al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (que oscila entre el 6 y el 7% dependiendo de la comunidad autónoma) si el piso es de segunda mano. A ello tendrá que añadirle el abono del impuesto de actos jurídicos documentados, unos 1.200 euros (200.000 pesetas) y el pago de las plusvalías municipales (el incremento del valor de los terrenos en las viviendas de segunda mano), aunque en este caso el desembolso, que varía en función del municipio, suele correr a cargo del vendedor.

Notario y costes de gestión

A esta cifra también hay que sumarle la factura del notario, de aproximadamente 540 euros (90.000 pesetas) y los gasto del registro de la vivienda (en el Registro de la Propiedad) que suponen aproximadamente otros 400 euros (66.554 pesetas). Posteriormente, a ello habrá que añadir los gastos de gestión, por parte de la gestoría o entidad financiera que intermedia la operación, que ronda los 180 euros (30.000 pesetas).

Gastos de la hipoteca

Los desembolsos no acaban aquí. Normalmente, la gran mayoría de las personas que adquieren una vivienda suelen contratar un crédito hipotecario, lo que incrementa aún más los gastos de la compra. Entre los principales desembolsos inmediatos a los que obliga la titularidad de la hipoteca se encuentran la tasación de la vivienda (cuando es de segunda mano), la comisión de apertura del préstamo (que normalmente oscila entre el 0,5% y el 2%).

Así en un crédito hipotecario de 150.253 euros (25 millones de pesetas), esta comisión supone una cuantía de entre 751 euros (125.000 pesetas) y 3.005 euros (500.000 pesetas). Algunas entidades no cobran esta comisión, pero lo trasladan a la comisión de cancelación (que suelen rondar el mismo porcentaje). Sin embargo, otras prefieren ofrecer gratuitamente la comisión de cancelación y cobrar una comisión de apertura.

A todo ello se une el coste del seguro de vida y del seguro de incendio que la mayoría de las entidades incluyen como parte de su oferta hipotecaria. El coste de seguro de vida puede oscilar entre los 15 euros (2.500 pesetas) anuales por millón en personas de edad aproximada 30 años (en ambos sexos) hasta los 21 euros (3.500 pesetas) anuales por millón contratado para personas de sexo masculino cuya edad rondan entre los 38 y los 40 años (en el caso de las mujeres de esta edad se abarata en aproximadamente 4,21 euros -700 pesetas- por millón y por año). Por su parte, el seguro de incendio suele tener un coste de entre 60 y 90 euros anuales (entre 10.000 y 15.000 pesetas anuales) aunque depende de las características de la vivienda.

Otro detalle al que hay que prestar muchísima atención a la hora de suscribir el crédito hipotecario, en el caso en que sea a tipo variable, es al diferencial que el banco carga sobre el índice de referencia (normalmente el Euribor), ya que condiciona de forma importante el precio final de la hipoteca a lo largo de la vida del crédito. En estos momentos, el diferencial que ofrecen las entidades oscila entre el 0,5% y el 1%.

Gastos de los suministros básicos

Otro gasto que no conviene perder de vista es el certificado de levantamiento de la carga de la hipoteca, que se entrega en el registro mercantil. Este documento -que garantiza que se ha liquidado la totalidad del crédito hipotecario- lo facilita la entidad financiera a la que se le solicita el crédito hipotecario- y suele rondar los 43 euros (7.000 pesetas). Asimismo, existen otros gastos menores a los que hay que hacer frente tras la compra del piso, como los fondos para la constitución de la comunidad de propietarios -que varía en función del número de vecinos- y la contratación de los suministros básicos, como el agua, teléfono, la luz y el gas, que pueden ascender conjuntamente a los 360 euros (60.000 pesetas).

El coste de la instalación del gas es de unos 6,03 euros (11.004 pesetas). En el caso de la línea de telefonía fija el gasto del alta ronda los 131 euros (21.800 pesetas). Por su parte, dar de alta el suministro de agua ronda los 120 euros (20.000 pesetas) y el de la luz los 90 euros (15.000 pesetas) para aquellas viviendas nueva y unos 6 euros (1.000 pesetas) si la vivienda ya tenía contratado anteriormente el servicio.

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