Biomecánica pone el sello FIFA al césped artificial
La FIFA ha autorizado al Instituto de Biomecánica de Valencia a certificar terrenos de juego con hierba artificial ante la posibilidad de permitir partidos de alto nivel en esta superficie.
En una pasada eliminatoria de la Copa del Rey de fútbol el Deportivo de La Coruña se negó a jugar en el campo de césped artificial del Hospitalet. La normativa de la Federación Española de Fútbol limita la disputa de partidos oficiales sobre esta superficie a las categorías inferiores del balompié español. Sin embargo, esta circunstan-cia podría cambiar en el futuro.
La FIFA (Federación Inter-nacional de Fútbol Asociación, en sus siglas en inglés) está estudiando la posibilidad de que en la próxima fase clasificatoria para los mundiales algunos partidos de las primeras fases se puedan jugar sobre esta superficie. Las características climáticas de algunos países, especialmente los africanos, dificultan el mantenimiento de estadios con césped natural y, por tanto, impiden la práctica del deporte rey. Pero para poder llegar a este punto hay que homologar los terrenos de juego se-gún la normativa establecida por el organismo internacional, algo que sólo realizan en todo el mundo tres organismos. Uno está en Holanda -y depende del comité olímpico de aquel país-, otro privado en Francia y el tercero en Valencia.
El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), perteneciente a la red de institutos tecnológicos de la Generalitat Valenciana, ha si-do acreditado por la FIFA para poder dar la certificación de este organismo a estos terrenos de jue-go. Para conseguir esta vitola de calidad, el estadio deberá pasar una serie de pruebas.
Según responsables del Instituto de Biomecánica de Valencia, los requisitos más importantes que deberán ensayarse para conseguir la homologación FIFA se pueden clasificar en dos categorías: lo que necesita el jugador para sentirse cómodo y estar protegido (absorción de impactos, deformación, tracción y deslizamiento) y lo que se necesita para que el balón tenga un comportamiento similar al que tiene en un campo de hierba natural. Según Juan Vicente Durá, investigador del grupo de biomecánica deportiva del IBV, "en España no hay ningún campo homologado, pues supone un cos-te que tienen que asumir las empresas propietarias de los terrenos de juego". Sí se han homologado ya algunos es-tadios en Francia y Holanda.
La hierba artificial se desarrolló en los años sesenta y en 1966 se instaló el primer césped artificial de la Liga de fútbol americano en el estadio de Houston (Tejas). Fue la utilización del césped artificial para el hockey en los Juegos Olímpicos de Montreal (1976) lo que le dio un impulso muy importante.
Diferentes estudios en varios deportes muestran que algunas lesiones aumentan cuando se juega en césped artificial, lo que posiblemente haya contribuido a las reticencias de los deportistas a jugar en esta superficie. Quemaduras en la piel por abrasión, lesiones por fijación del pie como esguinces de rodilla y tobillo son algunas de ellas. "El objetivo es eliminar estos riesgos en campos homologados", señala Durá.
æscaron;ltimamente se han realizado grandes avances en la hierba artificial. El más reciente es la hierba artificial con relleno de gránulos de caucho, cuyas fibras son más largas. "Esta clase de césped permitirá celebrar partidos oficiales de fútbol, ya que su comportamiento es similar a la hierba natural", augura.