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Vivendi elige difícil pareja de baile en EE UU

Vivendi continúa su gran transformación. La compra de USA Networks y la entrada en el accionariado de EchoStar en las últimas semanas han cerrado el círculo que comenzó a trazar cuando en 2000 se hizo con Seagram por 30.000 millones de dólares (Universal Studios y Universal Music). Con estas compras, su presidente, Jean-Marie Messier, se hace un hueco en el mundo de la distribución por cable y vía satélite de los contenidos elaborados por Universal. Ahora sí, Vivendi puede empezar a plantar cara a AOL Time Warner, Walt Disney y NewsCorp en su propio territorio, EE UU.

El acuerdo ha sido visto por los analistas e inversores como una operación "con lógica". "Obvia" fue la palabra que más utilizó Messier en la presentación oficial de su nueva empresa, Vivendi Universal Entertainment (VUE), nacida de la compra de USA Networks. Vivendi tiene los contenidos y con los nuevos activos cuenta ya con la vía para acercarlos a los hogares, 82 millones en todo el país una cifra que se incrementaría significativamente si las autoridades de la competencia permiten a EchoStar adquirir DirectTV a Hughes Electronics, filial de General Motors. Es la integración vertical que Messier define como su "visión del negocio".

Pero pese a los esfuerzos de Messier, la operación también despierta dudas. La incertidumbres no se centran tanto en el plano financiero, a pesar de que Moody's rebajara la calificación de la deuda a largo plazo de la compañía, sino en el hecho de que el presidente de Vivendi ha elegido unos socios como compañeros de viaje que despiertan el recelo entre los inversores y conocedores de la industria de la televisión en EE UU. Los motivos no son su valía, de la que nadie duda, sino su difícil carácter y su estilo personalista en la empresa.

En concreto, es el propio Barry Diller, de 59 años, presidente de USA Networks, el que más dudas plantea.

Necesitado de la experiencia que no posee, Messier ha acordado que Diller se convierta en el primer ejecutivo de VUE. æpermil;ste no tendrá ni sueldo ni contrato para este puesto. Su vínculo con la empresa que dirigirá son el 1,5% de participación que posee en ella y el 5,4% que ha conseguido USA Interactive (los negocios de Internet de USA Networks que Vivendi no ha comprado) en VUE en virtud del acuerdo de venta. Diller también dirigirá USAI.

Los expertos del sector del entretenimiento consideran que son demasiadas tareas, pero, sobre todo, han destacado las dificultades que puede plantear el carácter de Diller a Messier. Cuando en la presentación del acuerdo se preguntó al francés qué pensaba de ello, éste trató de quitar hierro al tema. Mientras, Diller, sentado a su lado, movía la mano en un gesto que se traducía como "No es para tanto".

Choque de egos

Pero dicen eso los que le conocen. El que fue responsable de la Paramount (con éxitos como Grease y Fiebre del sábado noche) se ha labrado una reputación que se acentuó cuando, tras dejar abruptamente la cadena que ayudó a encumbrar a Rupert Murdoch, la Fox, dijo que no volvería a trabajar a las órdenes de nadie.

Ahora se desdice. Pero a medias. Messier le ha hecho responsable sólo ante él, algo que ha dejado muy satisfecho a Diller. "La gran pregunta es ¿cuánto tiempo durará la coexistencia de Diller y Messier?", se preguntaba Kim Masters, coautor de un libro sobre el capital extranjero en los estudios de cine americano. "Será interesante, porque ambos tienen un ego muy fuerte". Brad Marks, ex productor y ejecutivo del sector del entretenimiento, declaraba a Bloomberg: "En este mundo, la personalidad es lo que más importa".

En el sector existe un cierto temor porque Diller arrincone al siempre diplomático Ron Meyer, presidente de los Estudios Universal y a Stacy Snider, presidenta de la división de cine de la compañía. El tándem Meyer-Snider ha dado a la empresa éxitos como Notting Hill, Erin Brokovich, o Gladiator.

Pero Diller no es la única personalidad fuerte con la que Messier ha entablado relaciones. Charles Ergen, presidente de EchoStar, está también considerado como uno de los ejecutivos más difíciles y personalistas del negocio. Ergen, de 48 años (tres más que Messier) es calificado como "el Ted Turner de hace 20 años". El presidente de EchoStar comenzó vendiendo antenas parabólicas y hoy, según Forbes, tiene una fortuna personal de 7.100 millones de dólares (más de 1.300 millones de pesetas).

En dura pugna con Murdoch, Ergen ha ganado el derecho a comprar DirectTV, pero el problema es que, precisamente él, que ha defendido en Washington la imposibilidad de pactos como el que quiere cerrar ahora, tiene que exponer ante las autoridades de la competencia la validez de un acuerdo que le da el control de la televisión vía satélite en el país.

 

Messier se gana la confianza del mercado

El pasado 6 de septiembre Jean-Marie Messier llegó a Nueva York con su mujer y sus cinco hijos con la intención de quedarse. El presidente de la multinacional francesa Vivendi se instaló en un exclusivo edificio de Park Avenue para poder estar cerca de Wall Street y de uno de sus más deseados proyectos: el negocio del entretenimiento y la televisión.

El objetivo era y es dar credibilidad a los inversores y convencerles del compromiso de la que fuera compañía de gestión de aguas, Général des Eaux, con su nuevo apuesta empresarial.

Los editorialistas del rotativo The Wall Street Journal ya consideran que Messier se ha ganado el título de "profesional del riesgo". Quizá algo que no beneficie mucho su necesidad de ganar la confianza del mercado.

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