EE UU señala a Somalia como objetivo "potencial" de la guerra antiterrorista
Somalia podría ser el próximo objetivo en la guerra antiterrorista librada desde Estados Unidos, según indicó ayer el jefe del Estado mayor, el general Richard Myers, en Bruselas. Somalia ha sido en los últimos días el país con más opciones junto a Yemen y Sudán para continuar la cruzada iniciada en Afganistán.
El Gobierno de George Bush ya ha anticipado en numerosas ocasiones que la guerra no terminará con la toma de Afganistán, pero entre los países con más papeletas para ser el próximo objetivo del ejército estadounidense destacó ayer el nombre de Somalia. El general Myers, jefe militar de Estados Unidos, declaró, en una rueda de prensa celebrada en Bruselas, que éste es "un país potencial, igual que otros, de una acción diplomática de reforzamiento de la ley o de una potencial acción militar".
Las palabras de Myers confirmaron así las declaraciones de un alto funcionario alemán, presente en la reunión de la OTAN celebrada en Bruselas, quien afirmó que EE UU probablemente atacará Somalia. "Cualquiera que excluya a Somalia es un tonto", y añadió que "no es una cuestión de si [atacarán], sino de cómo y cuándo".
No obstante, el general no quiso "especular" sobre cuál será la próxima acción militar. Sí afirmó que hay países que preocupan a Washington porque "apoyan activamente y albergan" a terroristas, pero que saben que hay también conexiones de la red de Bin Laden, Al Qaeda, en Europa y en EE UU, por lo que la batalla tiene que darse en muchos frentes, entre ellos el financiero.
Myers insistió en que queda un largo camino por recorrer y que la lucha emprendida "es una guerra global cuyos objetivos siguen siendo los terroristas y sus redes, aquellos que los apoyan y aquellos que buscan hacerse con armas de destrucción masiva con fines terroristas".
Somalia sirve de base para la organización Al-Itihaad al-Islamiya (Unidad del Islam) que Washington incluyó en su lista negra y ha vinculado con Al Qaeda. Además, informes oficiales de EE UU apuntaron a este país como base de operaciones de los atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania, ocurridos en agosto de 1998.
En cuanto a Afganistán, Myers dijo que la campaña "no está terminada" porque quedan "bolsas de resistencia" y dirigentes de Al Qaeda por capturar.
El presidente del Gobierno interino, Hamid Karzai, que asumirá el poder el próximo día 22, afirmó ayer en Roma que "ningún talibán podrá permanecer en el país".
Al menos 13 personas murieron ayer cuando prisioneros talibanes y miembros de Al Qaeda iban a ser devueltos a Afganistán desde la vecina Pakistán. El incidente tuvo lugar en Alizai, en una región fronteriza entre ambos países, cuando los prisioneros intentaron revelarse contra los soldados que les llevaban a su país.
13 muertos
Entre tanto, los aliados de Estados Unidos discutían ayer la formación de la fuerza internacional que llegará el próximo día 22 a Kabul. Las diferencias surgieron porque Alemania se niega a que la fuerza esté bajo el mando de los efectivos estadounidenses que lideran la guerra. "Debe haber una estricta separación entre las operaciones militares estadounidenses en marcha y la fuerza de la ONU", dijo el ministro alemán de Defensa, Rudolf Scharping, en Bruselas, donde asistió a la reunión de la OTAN. Reino Unido, que liderará la fuerza los tres primeros meses, había sugerido esta alternativa por razones prácticas, pero Berlín ha condicionado su participación a que esta idea no se lleve adelante. Ayer no se conocía aún la composición final de las fuerza, que, según el ministro británico de Defensa, Geoff Hoon, estará formada por entre 3.000 y 5.000 efectivos, de los que unos 1.500 serán británicos. España ha ofrecido 700 soldados.