Las dudas sobre los beneficios empañan el final del trimestre
Nada dura para siempre. Ni la crisis ni la recuperación. Aún me-nos duran las cosas que no terminan de estar justificadas, como una subida bursátil que a punto estuvo de borrar las pérdidas del Ibex en el año. La Bolsa cayó en la semana porque se concretó algo que no ha sido una sorpresa: el deterioro en los resultados empresariales del cuarto trimestre.
Suena un poco a broma que el mercado se sorprenda de los malos resultados teniendo en cuenta todo lo que ha pasado hasta el momento. Es decir, estallido de la burbuja tecnológica, recesión, aumento del paro y, al final, un ataque terrorista que ha mitigado la propensión al consumo de EE UU.
De hecho, sólo la magnitud de la respuesta monetaria y fiscal sirve para darse cuenta de lo grave de la crisis. Dar por hecho, en este entorno, que los beneficios van a repuntar es llamarse a engaño.
Ocurre, no obstante, que el mercado tiene ganas de subir. La crisis, además de profunda, ha sido muy prolongada. Los fondos llevan demasiado tiempo dedicándose a la operativa a corto y manteniendo mucha tesorería. De este modo, a pocas noticias positivas que lleguen, el mercado empieza a subir. Empezó la recuperación como un mero rebote técnico tras un retroceso que había llegado demasiado lejos. Luego encadenó con las previsiones optimistas del algunas empresas de referencia del Nasdaq y el Ibex regresó a niveles de enero.
El balance de año se ha maquillado en gran medida. Gustosamente, los gestores de fondos dejarían los niveles de las Bolsas tal y como están, para poder vender mejor entre sus clientes. Aunque nadie está convencido de que esta sea la subida buena, todos quieren aprovecharse de ella.
El mercado ha perdido algo de su capacidad para encajar noticias negativas según éstas han arreciado. Para regresar a los niveles más altos del año, deberá cambiar el sesgo de las revisiones de beneficios o, como es más verosímil, deberán llegar indicios de que la recuperación será en el segundo trimestre y no en el tercero o cuarto. De lo contrario, no se justifica una subida bursátil tan prematura.
Una visión estándar para 2002
Recuperación en el segundo semestre, cautela y un año bursátil mejor que éste. Los expertos están, por lo general, de acuerdo en sus previsiones para el año que viene en el que, esperan, las economías toquen fondo y empiecen a recuperarse. Las rebajas de tipos de interés tardan tiempo, alrededor de un año, en calar. La expansión fiscal prevista por Estados Unidos tampoco tiene efecto inmediato. Y el consumidor debe enterarse de la crisis antes de dejarla pasar, de modo que habrá que aguantar uno o dos trimestres antes de tocar fondo.
Tal y como es el ciclo económico, los beneficios empresariales mejorarán en el primer trimestre del año que viene, comentan los expertos. Aunque, claro está, la Bolsa siempre se anticipa. O, al menos, trata de hacerlo. El mercado empezará a recuperar posiciones cuando los datos económicos den fe de que lo peor ha pasado. La eventual subida bursátil (si es que la actual no es la buena) vendrá en el mismo trimestre en que la economía toque fondo.
Fuera de este pensamiento estándar, todo son incertidumbres. Son demasiados los factores que pueden desestabilizar la situación. En este contexto, es razonable que los inversores y operadores estén pendientes de cualquier cosa antes que de la política monetaria.