Enron amplía su ofensiva para conservar parte de la plantilla
Enron quiere mantener en pie su negocio de intermediación de energía y está dispuesta a pagar por ello, a pesar de que la empresa está en suspensión de pagos desde el pasado 2 de diciembre. El que fuera el gigante energético de Houston (Tejas) dijo ayer que está negociando un plan para retener a algunos de los empleados clave que siguen en la compañía. Las negociaciones no están muy avanzadas y tiene que acordar los términos con el comité de acreedores, por ello la empresa ha declinado comentar cuánto invertirá en este plan.
Este programa se suma a otros pagos parciales que Enron ha acordado con otros empleados. De hecho, 75 empleados especializados en el negocio de intermediación recibieron el mes pasado pluses por 50 millones de dólares (9.300 millones de pesetas), mientras negociaba su venta con Dynegy. Además, otros 55 millones de dólares más (10.230 millones de pesetas) se abonaron a otros 500 empleados apenas días antes de la suspensión de pagos.
Enron quiere que estos empleados se queden en la empresa, pese a todo, para proceder al saneamiento del negocio de intermediación de gas y electricidad. El objetivo final es que esta filial se mantenga a flote y tras una reorganización pueda ser la fuente de recursos que ayude a Enron a salir de la suspensión de pagos. Y ya se están produciendo algunos movimientos para el cambio en este negocio.
Por otro lado, ayer, The Wall Street Journal aseguraba que Citigroup y UBS están terminando de dar forma a dos propuestas separadamente para entrar en esta filial de intermediación de la energética. JP Morgan Chase también estudia esta posibilidad, aunque su posible propuesta no está tan adelantada como la de sus dos competidores.
Lo que se espera es que uno de los bancos tome una posición de control en una reorganizada compañía de intermediación. Enron mantendría una participación minoritaria que ganaría en valor si el negocio en Internet, Enron Online, vuelve a tomar la fuerza que perdió tras la suspensión de pagos.
El negocio de intermediación de energía de Enron llegó a controlar un cuarto del mercado. El crecimiento de esta área de negocio permitió a la compañía duplicar los beneficios el año pasado. Ahora, aunque las cuentas de Enron están siendo más que cuestionadas, este negocio sigue siendo su "joya".
Venta complicada
La venta de otras divisiones de la compañía que no pertenecen al negocio principal de la compañía no se podrá producir antes de finales de año como la propia Enron quería. La empresa contaba con vender activos por valor de 800 millones de dólares pero ayer confirmó que la complicación del proceso de suspensión de pagos demorará estas operaciones.
Pero mientras algunos empleados reciben extraprotección, Mark Palmer, portavoz de la empresa energética, confirmaba que se producirán más despidos. Enron ya ha reducido un 60% la plantilla de 7.500 empleados de su sede en Houston y ha despedido también a 1.100 trabajadores del Reino Unido. Antes de su caída, la plantilla de Enron era de 21.000 empleados en todo el mundo.
La caída de Enron ha generado una crisis de confianza con respecto a otras compañías del sector. Ayer las acciones del grupo energético Calpine cayeron casi un 17% ayer como reacción a un artículo de The New York Times que aseguraba que la situación financiera de "Enron y Calpine se parece más cada día". Al final de la jornada, Calpine convocó una reunión con analistas