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Cañas y Tapas recrea una tradición muy española

En junio de 1999 nació el primer establecimiento de Cañas y Tapas en Madrid. En la actualidad son 40 las tabernas repartidas por Madrid, Marbella, Gijón, León, Burgos, Tenerife, Santander o Valencia, por ejemplo, y las previsiones apuntan a que se abrirán 200 más durante los próximos cuatro años.

Cañas y Tapas, que pertenece al Grupo Zena de Restauración, ha sido capaz de reinventar la más pura tradición española de las tabernas: la de acompañar la bebida con una tapa. Dicen que la costumbre se remonta a los tiempos de Alfonso X el Sabio, quien ordenó que en los mesones no se sirviera vino si no se acompañaba de algo de comida.

Era la forma de evitar que la bebida se subiera demasiado rápido a la cabeza y, al tiempo, era una buena forma de evitar que las moscas cayeran al interior del vaso, ya que la tapa (una loncha de jamón, lomo o queso, por ejemplo) se depositaba encima de la jarra.

Sea cierto el origen del tapeo en la época de Alfonso X o no, lo cierto es que la tradición de ofrecer algún alimento junto a la bebida es una de las más arraigadas tradiciones españolas.

Cañas y Tapas se ha adaptado a los tiempos para mantener y modernizar esta costumbre de tomar un pincho mientras se bebe una cerveza. Pero también es una alternativa más a los restaurantes de comida rápida.

Al margen del tapeo, que puede llegar a sustituir a la comida, dependiendo de la cantidad y variedad de los pinchos, la cadena ofrece menús con los más típicos platos españoles. Desde los callos con garbanzos a las albóndigas con patatas, pasando por las judías blancas con chorizo, el pisto con huevo, el revuelto de setas o los calamares en su tinta con arroz blanco.

Los bares tradicionales están dejando paso a este tipo de cadenas temáticas, cuyos pioneros en España fueron los pub irlandeses. Más tarde llegaron los cafés y ahora parece haberle tocado el turno a bares y tabernas. La mayoría de estas cadenas funciona en régimen de franquicia. También es el caso de Cañas y Tapas, que busca franquiciados por 10 años, con locales con una dimensión óptima de entre 200 y 250 metros cuadrados y cuya inversión media es de 50 millones de pesetas. Las previsiones de facturación de la cadena para el presente año rondan los 7.800 millones de pesetas.

Como es lógico, la cadena mantiene una imagen corporativa común para todos sus establecimientos. También comparten la misma carta, iguales precios, los mismos sistemas de gestión y los mismos proveedores.

Reservas a través de Internet

La tradición de servir tapas y cañas no está reñida con los avances técnicos. La página web de la cadena de restauración permite realizar reservas a través de Internet en cualquiera de sus restaurantes en toda España. Las reservas se mantienen hasta 15 minutos después de la hora señalada.

Y además de la información que se ofrece en la página web de la compañía, las cartas de los restaurantes cumplen la doble función de enumerar los platos que se pueden degustar e informar sobre curiosidades, anécdotas y crónicas periodísticas de otros tiempos. La carta-periódico de los establecimientos de Cañas y Tapas se edita con carácter trimestral.

Reinventar la tradición del tapeo ha permitido a la cadena Cañas y Tapas, que nació en 1999, tener en estos momentos 40 restaurantes en régimen de franquicia, facturar unos 4.300 millones de pesetas (26 millones de euros) anuales y disponer de una plantilla que ronda los 800 trabajadores. El número de establecimientos no tardará en crecer.

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