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Enron pagó 9.300 millones para retener a 75 ejecutivos clave

Enron, la mayor empresa estadounidense de energía que presentó suspensión de pagos hace una semana, pagó 50 millones de dólares (9.300 millones de pesetas, 55,9 millones de euros) para retener a 75 ejecutivos clave mientras mantenía negociaciones de venta con su rival Dynegy, que se frustraron el mes pasado.

La empresa tejana quiere asegurarse la permanencia de estos empleados porque son los que controlan la venta de energía eléctrica y gas natural, un negocio que Enron considera vital para sobrevivir a la suspensión de pagos.

El pago a este colectivo se extrajo de los los 55 millones de dólares que Enron iba a destinar para conceder primas a unos 500 empleados antes de suspender los pagos a sus accreedores el pasado 2 de diciembre, según un portavoz de la compañía.

El periódico The Houston Chronicle ha publicado que en torno al 26% de esas primas han ido a parar a 11 altos ejecutivos, entre los que se incluían al menos dos de la división de comercialización de energía, Enron Americas.

Los bancos estadounidenses, Citigroup y J. P. Morgan & Chase (los acreedores más afectados por la paralización del pago de las deudas), y el banco suizo UBS han intentado hacerse con una participación mayoritaria en esta división, según fuentes cercanas a esta operación. Citigroup y J.P Morgan Chase ya han otorgado a Enron un crédito de 1.500 millones de dólares (279.528 millones de pesetas, 1.680 millones de euros) para ayudarla a afrontar las deudas.

Según el citado periódico estadounidense, para el presidente de Enron Americas, John Lavorato, se habría destinado el 9% de los 55 millones de dólares reservados a pluses (cinco millones de dólares, 930 millones de pesetas), mientras que para el Louise Kitchen, el responsable de la división de trading en Internet, EnronOnline, había previstos dos millones de dólares (372 millones de pesetas).

Esta noticia ha provocado las iras de los trabajadores, sobre todo entre los 4.500 de la división de trading de Enron que fueron despedidos la semana pasada.

El Departamento de Trabajo del Gobierno estadounidense ya ha abierto una investigación sobre la crisis de Enron, ya que considera que los trabajadores han sido los más afectados por el súbito colapso de la compañía.

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