Los talibanes aceptan la entrega de Kandahar al nuevo Gobierno afgano
Los talibanes acordaron ayer la entrega de su último bastión, Kandahar, con el nuevo primer ministro, Hamid Karzai, según confirmaron ambas partes. El pacto incluye la inmunidad a los talibanes, y la garantía de que la vida de su líder, el mulá Omar, será respetada. En Washington, sin embargo, el Pentágono rechazó de plano un acuerdo con condiciones.
De cumplirse, los talibanes entregarían hoy las armas, cedien-do el último bastión bajo su poder, Kandahar, al mulá Naqibulá, un líder tribal del sur del país y antiguo comandante muyahidín, además de las provincias limítrofes de Helmand y Zabul. La noticia fue confirmada por el ex embajador talibán en Islamabad, el mulá Abdul Salem Zaif. "Mañana los talibanes empezarán a entregar sus armas", anunció el diplomático. "El mulá Omar ha tomado esa decisión por el bienestar de la población, para evitar víctimas y salvar la vida y la dignidad de los afganos", justificó.
Zaif indicó que el pacto alcanzado entre ambas partes garantiza "el respeto" de la vida del mulá Omar y que se le permitirá vivir "con dignidad" en Kandahar. "Es un muyahidín, ha trabajado por el pueblo de Afganistán y no es culpable", dijo Zaif.
Sin embargo, Karzai, con quien se ha negociado el acuerdo, declaró ante la cadena CNN que se había acordado la inmunidad para los talibanes "de a pie", y que la seguridad de Omar quedaba condicionada a una renuncia previa al terrorismo. "Debe denunciar claramente el terrorismo y dejar explícito que el terrorismo ha sido brutal para la sociedad afgana y ha destruido el país", exigió Karzai.
Rechazo del Pentágono
EE UU, sin embargo, se opuso tajantemente a cualquier acuerdo que descarte un juicio a Omar. La portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, se apresuró a aclarar que el presidente George Bush "cree firmemente que aquellos que dan refugio a los terroristas deben ser llevados ante la justicia".
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ratificó el rechazo de su Administración. "Una salida negociada es inaceptable para EE UU", dijo el jefe del Pentágono, quien subrayó que "no cabe la menor duda sobre cuál es nuestra posición: los responsables por actos de terrorismo serán castigados". Rumsfeld rechazó de plano la condición para entregar las armas de que el líder talibán pueda "vivir con dignidad".
El jefe del Pentágono advirtió a los futuros gobernantes de Afganistán que "en la medida en que se frustren nuestras metas, y haya oposición a nuestros planes, obviamente preferiremos trabajar con otra gente que no se oponga a ellos".
Karzai encabezará el Gobierno interino que tomará las riendas del país el próximo día 22, según acordaron los cuatro grupos afganos asistentes a la Conferencia de Bonn el pasado miércoles.
Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, respaldó el rechazo estadounidense a negociar la rendición, asegurando que los talibanes sufren en "el colapso final".
A pesar de la entrega de Kandahar, el jefe del Pentágono afirmó que la campaña militar de EE UU en Afganistán no terminará y proseguirá hasta que sean "castigados" los jefes talibanes, quienes acusan de haber refugiado a Osama Bin Laden, y a los militantes de Al Qaeda.
Por el contrario, las fuerzas antitalibanes anunciaron un alto el fuego al conocerse el acuerdo, mientras los aviones americanos continuaban asediando los alrededores de Kandahar. Ayer murió un afgano de las fuerzas antitalibanes por la bomba que erróneamente cayó sobre las fuerzas de EE UU el miércoles, lo que eleva a seis los muertos por fuego amigo.