La Comisión, inflexible ante el límite del 3% para el déficit
Pese a las presiones derivadas de la creciente desaceleración económica, la Comisión Europea se ratificó ayer en su objetivo de limitar los déficit públicos, como máximo, hasta el 3% del PIB cuando las economías se encuentran en la parte baja del ciclo. Bruselas confía en que los Estados miembros no superarán ese límite, pero el Consejo Europeo de diciembre tendrá la última palabra.
La Comisión se prepara para defender la disciplina fiscal, aceptada hace cuatro años por los países de la eurozona en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. En un informe publicado ayer, la CE defiende los compromisos presupuestarios del pacto y afirma que no existen "defectos en su arquitectura", sino "fallos en la aplicación y en la forma en la que algunos Estados se ajustan al pacto".
La reprimenda de Bruselas va dirigida a Francia, Italia y Portugal, países a los que acusa de no aprovechar su pasada bonanza para sanear las arcas públicas, y especialmente a Alemania. Sería un fracaso para la Comisión que la primera potencia de la UE superase el límite del déficit del 3% del PIB, previsto para los ciclos de recesión.
El canciller alemán, Gerhard Schröder, se enfrenta a enormes presiones para relajar su política fiscal. Oposición y empresarios exigen al Gobierno que impulse el crecimiento adelantando las rebajas tributarias previstas para 2002, lo que supone de hecho romper la disciplina presupuestaria.
La economía alemana es la más afecta del actual ciclo de desaceleración económica mundial. El crecimiento será este año de sólo el 0,6%, mientras que en 2002 apenas superará el 1,25%. El canciller aprovechó el debate presupuestario de ayer para explicar que la desaceleración impedirá cumplir con el objetivo de reducir el número de parados a menos de 3,5 millones.
La situación tampoco es muy positiva en el resto de países de la zona. Ayer se conoció que el crecimiento belga se estancó en el tercer trimestre. Irlanda señaló también que el crecimiento del segundo trimestre fue del 1,6%, frente al 11% registrado en el periodo anterior.
La Comisión también tiene unas perspectivas negativas sobre la evolución económica de la zona euro. La semana pasada rebajó sus previsiones de crecimiento y las situó en el 1,6% para este año y en el 1,3% para 2002.
Según el análisis de la CE, una de las principales causas de este mal desempeño económico es la insuficiencia de la demanda doméstica. De hecho, la Comisión califica de "mediocre" y "decepcionante" respecto a EE UU. Bruselas recomienda más flexibilidad en los mercados de bienes y de trabajo para incentivar así las inversiones.
En cualquier caso, la disciplina presupuestaria es incuestionable. El jefe del departamento de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión, Klaus Regling, lo dejó claro ayer en una rueda de prensa: "El marco básico de los objetivos presupuestarios está pensado en términos nominales". Los analistas especulaban con la posibilidad de que Bruselas aliviase las exigencias presupuestarias para dar más margen de maniobra a los Estados.
Tipos de interés
Regling señaló también que la disciplina fiscal, el control de la inflación, la moderación salarial y los bajos precios de las materias primas darían argumentos al Banco Central Europeo (BCE) para relajar su política monetaria. Los tipos de interés de la eurozona están en el 3,25%, pero los analistas creen que volverá a bajar antes de fin de año.
Francia y España han salido en defensa del rigor presupuestario, pero esta disciplina fiscal será tema de debate en la cumbre europea que se celebrará en la ciudad belga de Laeken los próximos días 14 y 15 de diciembre.
Un euro fuerte para bajar los tipos
Bruselas cree que una apreciación gradual del euro tendría un impacto positivo en los precios y daría margen al BCE para bajar los tipos de interés, según opinó ayer el jefe del departamento de Asuntos Económicos y Monetarios, Klaus Regling.
"Sería muy positivo en términos comerciales. Reduciría los precios de las importaciones. Esto permitiría además que el BCE bajase los tipos de interés", declaró el funcionario de la Unión Europea.
El consenso sobre la necesidad de un euro fuerte crece cada día. El gobernador del Banco Central de Francia y miembro del Consejo del BCE, Jean Claude Trichet, afirmó ayer que la moneda única está "minusvalorada". "Un euro fuerte va en interés de toda Europa", afirmó el que se perfila como futuro presidente del BCE.
Precisamente las malas perspectivas económicas de EE UU permitieron ayer que el euro ganase terreno frente al dólar. La moneda comunitaria pasó a venderse a 0,8869 dólares, frente a los 0,8834 con que cerró el miércoles. El BCE fijó el tipo de cambio oficial en los 0,8831 dólares por euro.