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España es el país de la UE que menos dinero destina a fomentar la natalidad

Demografía y mercado laboral. La creciente incorporación de la mujer al mercado laboral, el descenso de la natalidad y el envejecimiento progresivo de la población están provocando importantes cambios sociales, a los que los Gobiernos europeos tratan de dar respuesta desde hace años. Países como Francia, Alemania, Suecia, Holanda o Noruega han sido tradicionalmente pioneros en la aplicación de políticas de natalidad y de apoyo a la conciliación de la vida laboral y familiar. España, por el contrario, pese a ostentar desde hace años la tasa de natalidad más baja del mundo (1,1 hijos por mujer), continúa siendo uno de los países de la UE que menos dinero dedica a las familias.

El gasto social ha sido tradicionalmente una de las partidas más importantes de los Presupuestos en todos los países comunitarios. Según las cifras aportadas por Eurostat con los datos de las cuentas de 1998, España es uno de los países que menos porcentaje de su producto interior bruto (PIB) destina a gasto social con el 15%, entendiendo en este apartado lo presupuestado para desempleo, ayudas a discapacitados y asistencia social general. Sólo Irlanda (9,1%) y Portugal (13%) destinan menos recursos que España a dichas políticas, cuando el promedio de la UE alcanza el 18,2%.

No obstante, es difícil comparar las cantidades totales que destina cada país al fomento de la natalidad y el apoyo integral a las familias, porque como ayuda a los hogares se computan los recursos a la enseñanza o la vivienda en muchos casos.

Esfuerzo presupuestario

Para 2002, el Ministerio de Hacienda español calcula que los créditos destinados a mejorar la situación de las familias alcanzarán los 4,13 billones de pesetas (casi 25.000 millones de euros).

Aun así, el plan del Gobierno para mejorar la calidad de vida de las familias españolas durante el próximo cuatrienio deberá hacer un esfuerzo presupuestario e imaginativo para superar la brecha en asistencia que aún separa a España de otros países de la Unión Europea.

Ya en 1995, última fecha en la que se dispone de datos homogéneos de los Quince, la prestación por hijo a cargo que recibían los españoles con ingresos anuales de poco más de un millón de pesetas era de 19 ecus al mes, aumentándose un 15% por cada vástago. En Francia, esta ayuda era de 100 ecus al mes con dos hijos, sin límite económico, en Holanda 62 ecus por hijo, en Reino Unido 57, o 64 en Bélgica. Sólo Portugal y Grecia poseían subvenciones más exiguas que la española.

La mayor parte de los países comunitarios ya introdujeron el año pasado numerosas innovaciones en sus programas de apoyo a la maternidad y al bienestar familiar, según ha constatado la Comisión Europea en el informe de septiembre de 2001. Bruselas destaca "el deseo de los Estados de ajustar los beneficios estrechamente a las necesidades individuales" en cada país.

Desde Bélgica, que ha triplicado el reembolso por la compra de unas gafas graduadas para un hijo menor de 12 años (hasta 22,75 euros, casi 3.800 pesetas), hasta Portugal, que otorga un subsidio durante 30 días a las familias donde un hijo adolescente (hasta 16 años) haya procreado, los ejemplos de medidas ad hoc no faltan entre los miembros de la Unión Europea.

Como tendencia general, la Comisión señala un incremento en las ayudas en metálico destinadas a asegurar un ingreso mínimo a las familias, así como una relajación en los criterios para acceder a los programas asistenciales.

Los hogares europeos se benefician, además, de modo creciente, de exenciones fiscales que aumentan su poder adquisitivo. Y otra convergencia: el concepto de familia prescinde ya, en la mayoría de los países, de connotaciones sexuales.

El Reino Unido sigue siendo, a juicio de la Comisión, uno de los países que mayor protección concede a las familias. Acaba de ampliar de 14 a 18 semanas el periodo de permiso remunerado por maternidad, con la posibilidad de que la trabajadora pueda prorrogar ese plazo (aunque renunciando al sueldo) siempre que lleve al menos un año en la empresa. El Gobierno laborista de Tony Blair también ha aumentado las deducciones fiscales para las familias y ofrece desde 1998 un programa de asistencia (ayuda en la búsqueda de trabajo, guardería y apoyo financiero) a todos los hogares uniparentales. Todas las familias reciben más de 16.000 pesetas mensuales (192.000 anuales) por el primer vástago y casi 11.000 por los siguientes. En España, la ayuda más cuantiosa es la otorgada por el tercer hijo a las rentas más bajas, que asciende a 75.000 pesetas anuales, aunque en 2002 se incrementará más del 50%.

Francia también ha remozado sus planes de promoción familiar, introducidos hace más de una década ante la alarmante caída de la natalidad. Las últimas novedades incluyen una compensación económica, durante un máximo de un año, para el padre o la madre que reduzcan su jornada laboral para atender a un hijo gravemente enfermo. La ayuda oscila entre 1.566 francos por mes (casi 40.000 pesetas), si se reduce la jornada en un 50%, hasta 3.134 francos (78.350 pesetas), cuando se renuncia voluntariamente al puesto de trabajo. Italia introdujo durante 2000 un programa similar al francés.

Ayuda fiscal y laboral

En Alemania las ayudas han llegado por la vía fiscal. La Comisión estima que las familias figuran entre las mayores beneficiadas por la reducción en la presión impositiva prevista de 1999 a 2005.

Los países nórdicos apuestan por facilitar la vida laboral a los padres para incentivar una natalidad en mínimos desde los noventa.

En Suecia, la mayoría de los hogares ingresa ya dos salarios, una situación que Estocolmo se propone mantener con largos periodos, remunerados o no, de baja maternal o por cuidado de los hijos. Dinamarca acaba de aprobar un subsidio de más de 80.000 pesetas anuales por cada menor de 18 años.

 

Más incentivos para evitar perder población

Las comunidades autónomas han comenzado a aplicar novedosas ayudas para evitar pérdidas de población, tal y como ya ocurre en algunos países europeos.

Cataluña ha previsto destinar a estos subsidios unos 40.000 millones de pesetas. El Gabinete de Pujol apuesta por la concesión de ayudas de 80.000 pesetas anuales a las familias con hijos menores de tres años y cuyos ingresos no superen los seis millones de pesetas, además de otras prestaciones a las familias numerosas, deducciones fiscales y reducciones en el tipo del impuesto sobre transmisiones patrimoniales, informa P. Abril.

La Generalitat Valenciana apuesta por deducciones adicionales para las familias numerosas y para las amas de casa, siempre con unos mínimos de renta, informa J. Alfonso.

El plan de natalidad de Castilla y León incluye ayudas directas a las familias por nacimiento o adopción, de 100.000, 200.000 y 300.000 pesetas por uno, dos o tres hijos, respectivamente, para las rentas inferiores a 3.500.000 pesetas, informa M. Rodríguez.

Los padres vascos tendrán mayores facilidades para lograr excedencias y reducción de jornada. La subvención anual a los progenitores que se acojan a una excedencia, por un máximo de tres años, es de 400.000 pesetas para las mujeres y de 500.000 pesetas para los hombres, informa J. Vadillo.

Andalucía ultima una ambiciosa batería de ayudas, con especial atención a los colectivos más desfavorecidos o de alto riesgo, informa D. Salado.

 

Las familias de tres hijos caen el 12% desde 1996 y las de cuatro, un 40%

En 1994, coincidiendo con la proclamación del Año Internacional de la Familia por parte de Naciones Unidas, el Gobierno español modificó la legislación relativa a las familias numerosas. A partir de entonces se consideran como tales a las que tienen tres hijos o más y dos si uno de ellos padece alguna minusvalía. Los últimos datos correspondientes a 2000 estiman que en España sólo existen 235.530 familias numerosas, cifra que no ha dejado de descender desde la reforma. Desde 1996, los hogares con tres hijos han caído de 207.188 a 183.015, un 11,6%.

La caída es más espectacular en los hogares de cuatro hijos, que en el mismo periodo han protagonizado un descenso del 40%. En la categoría de honor (10 hijos o más) sólo hay 177. Los números urgen más reformas.

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