Un siniestro aéreo en Nueva York reaviva el temor de los inversores en el mundo
Un avión de pasajeros de American Airlines se estrelló ayer sobre una zona residencial del barrio neoyorquino de Queens. Las autoridades "no ven indicios" de que se trate de un ataque terrorista. Pero la noticia sacudió momentáneamente los mercados mundiales y volvió a sembrar el caos en la ciudad de Nueva York.
Dos meses y un día después de la ofensiva terrorista del 11 de septiembre, un avión de pasajeros de American Airlines se estrelló ayer sobre una zona residencial del barrio neoyorquino de Queens.
Las autoridades se apresuraron a decir que "no ven indicios" de que se trate de un atentado terrorista, pero por ahora no descartan ninguna posibilidad.
La noticia sobre el siniestro sacudió momentáneamente los mercados de todo el mundo y sembró de nuevo el caos en la ciudad de Nueva York, que empezaba a recuperarse lentamente del golpe sufrido en septiembre.
Bloqueo total
Las autoridades locales declararon estado de máxima alerta en la ciudad, bloquearon todos los puentes y túneles que acceden a la isla de Manhattan. Además, cerraron temporalmente los tres aeropuertos de la zona: el John F. Kennedy, que es de donde despegó el avión; La Guardia, en el barrio de Queens, y Newark, en el vecino Estado de Nueva Jersey.
La sede de Naciones Unidas, donde está celebrándose la 56 Asamblea General, fue bloqueada temporalmente y el Empire State Building fue desalojado.
En Wall Street, los inversores respondieron al siniestro desplomando de inmediato el precio de las acciones. Las más afectadas fueron las de compañías aéreas, hoteles y empresas de turismo, que son las que más han sufrido desde los atentados de septiembre.
Conforme avanzó la jornada, los precios recuperaron buena parte del terreno perdido. Pero la fuerte reacción inicial puso en evidencia que los inversores siguen con los nervios a flor de piel, preocupados tanto por los signos de recesión como por la guerra con Afganistán y el temor permanente a que se produzcan nuevos atentados terroristas.
El clima de emergencia permanente que reina en el país está dañando la ya débil confianza de los consumidores y, con ello, el nivel de consumo privado.
El índice Dow Jones, que el viernes había conseguido cerrar por encima del nivel que tenía antes del 11 de septiembre, bajó ayer un 1,8% en sólo media hora de negociación. Pero poco antes del cierre había recuperado parte del terreno cedido y bajaba sólo un 0,6%.
El índice S&P perdía a esa hora un 0,27% y el Nasdaq subía un 0,37%. El mercado de bonos estaba cerrado por la celebración del Día de los veteranos.
El temor y el nerviosismo también se dejaron notar en el resto de los mercados mundiales. En Madrid, el Ibex perdía un 6% a primera hora de la tarde. En Londres, el Footsie 100 cerró perdiendo un 1,9%. El Cac 40 de París bajaba un 3,9% a media mañana. El índice de Filadelfia del oro y la plata subió un 2,6% por la mañana y ganaba un 1% a media sesión, porque los metales preciosos suelen considerarse como valores refugio en momentos de crisis.
El vuelo 587 de American había salido de Boston con 246 pasajeros y nueve tripulantes. El aparato hizo escala en el aeropuerto JFK de Nueva York y partió poco antes de las 9.15 de la mañana con destino a Santo Domingo (República Dominicana).
Cuatro minutos más tarde, la torre de control perdió contacto con el aparato, que no emitió ningún mensaje de emergencia antes de su siniestro.
El aparato se estrelló en el distrito Rockway del populoso barrio de Queens, una zona de clase media-baja donde viven las familias de muchos de los bomberos fallecidos en el atentado contra las Torres Gemelas.
El alcalde Rudolph Giuliani dijo que "no hay motivos" para pensar "que no se trate de un accidente". Pero la Casa Blanca no quiso descartar ninguna posibilidad y el FBI estaba investigando las noticias sobre una explosión en el aparato que al parecer separó uno de los reactores del resto del fuselaje justo antes de que se estrellara el avión.
La investigación está siendo liderada por el Consejo de Seguridad del Transporte Nacional (NTSB), y esto indica que por ahora se considera oficialmente como un accidente. Pero en la investigación también participan funcionarios de la Agencia Federal de Aviación (FAA), la nueva Oficina de Seguridad Nacional y el FBI.
Explosión
Testigos presenciales indicaron que habían escuchado una explosión antes de que el avión cayese a tierra y que había fuego en uno de los reactores. Las autoridades están intentando dirimir si dicha explosión se produjo y si se trató de un fallo mecánico o un acto de sabotaje.
Al cierre de esta edición no había cifra oficial de víctimas, pero Giuliani había declarado que no esperan encontrar supervivientes entre los pasajeros y la tripulación.
La psicosis se adueña del rumbo de la economía
o sucedido ayer en Nueva York constata el estado de psicosis en que vive la economía mundial tras los atentados del pasado 11 de septiembre. La noticia del accidente aéreo en Nueva York conmocionó las Bolsas de todo el mundo ante el temor de que se tratara de un nuevo ataque terrorista. La cotización del barril de crudo brent cayó de inmediato por debajo de los 21 dólares y el euro se benefició en un principio de la caída del dólar, para perder más tarde su ganancia. En clave más local, el temor a un colapso del espacio aéreo provocó que el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, suspendiera ayer los actos programados por la tarde en Asturias y regresara de inmediato a Madrid.
Uno de los sectores más afectados es el turístico. Un informe de la Organización Mundial del Turismo (OMT) subrayaba ayer la crisis sin precedentes que atraviesa el sector a raíz de los atentados del 11-S, cuyo impacto sobre la industria turística ha sido mayor que cualquier otra crisis en los últimos años. Una tendencia que, sin duda, acentuará el accidente aéreo de ayer en Nueva York.
Los analistas de Wall Street calculan que este hecho puede empañar el optimismo generado entre los consumidores tras las rebajas de tipos de interés aprobadas la semana pasada en Estados Unidos y en Europa.
"La reacción [del mercado ante el accidente] constata el tiempo de alto riesgo que vivimos y demuestra que este proceso no ha terminado aún", aseguraba Adolf Rosenstock, de Nomura International. De la misma opinión es Giles Keating, economista jefe de Credit Suisse. "Este tipo de eventos minan la respuesta de los consumidores a un entorno de bajos precios y de recortes de los tipos de interés".
A su juicio, el accidente de ayer añade incertidumbre al actual escenario, lo que facilitará nuevas rebajas de tipos en Estados Unidos.
La ONU bloqueó los accesos pero mantuvo su Asamblea
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) mantuvo ayer la celebración de su 56 Asamblea General, a pesar de que los responsables de seguridad bloquearon temporalmente los accesos al edificio poco después de que se conociera el siniestro aéreo
El ministro español de Exteriores, Josep Piqué, recibió la noticia mientras participaba en una reunión en la vecina misión española ante la ONU y se trasladó de inmediato a la sede del organismo, donde tenía previsto realizar dos intervenciones ayer por la tarde.
Piqué consiguió entrar en el edificio principal de la ONU justo antes de que se ordenara su bloqueo y también pudo celebrar las entrevistas previstas con los cancilleres de Argelia, Libia, Irak y Chile.
La Asamblea General se está celebrando este año en medio de medidas extremas de seguridad porque la ONU es considerada como posible objetivo de atentados terroristas, sobre todo después de que el saudí Osama Bin Laden se refirió a su secretario general, Kofi Annan, como "criminal".
El Consejo de Seguridad había convocado para ayer una reunión de ministros de Exteriores para debatir la lucha contra el terrorismo, pero al cierre de esta edición seguía sin conocerse si se mantenía porque algunos de los convocados seguramente estaban fuera del edificio.
Intervención de Piqué
Piqué iba a intervenir ayer tarde en la conferencia sobre la prohibición de ensayos nucleares, donde pensaba apoyar plenamente el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares.
Además, el ministro iba a pronunciar un discurso ante la Asamblea General apoyando plenamente la lucha coordinada contra el terrorismo y el papel jugado por la ONU tras los atentados de septiembre. El ministro español pensaba pedir que se impulsasen de nuevo las negociaciones de paz en Oriente Próximo y una reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que permita hacerlo más representativo y transparente.