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Alemania anuncia el envío de 3.900 soldados a la campaña afgana

EE UU está logrando grandes e históricos apoyos en su ofensiva contra Afganistán. Alemania anunció ayer el envío de 3.900 soldados a la campaña, la primera decisión de este tipo tras la II Guerra Mundial. Los avances en el frente son escasos, sin embargo, y el Pentágono anunció que duplicará sus tropas en la zona. Kabul, mientras, asegura haber derribado un helicóptero estadounidense.

El canciller alemán, Gerhard Schröder, anunció ayer una decisión histórica: Alemania movilizará 3.900 soldados para la campaña contra Afganistán, en respuesta a una solicitud de EE UU, aunque de momento no se unirá a las incursiones aéreas ni a las operaciones en tierra. Esta decisión supone el primer despliegue de tropas alemanas fuera de Europa desde la II Guerra Mundial y constata los deseos de Schröder de que Alemania juegue un papel más destacado en el escenario internacional.

Para que el despliegue sea efectivo, la medida deberá ser aprobada por el Parlamento, aunque la oposición ya ha respaldado la presencia militar alemana en la ofensiva. "El Gobierno confía en que este paquete respaldará efectivamente la lucha contra el terrorismo y cumplirá los compromisos de nuestra alianza", dijo el canciller.

El anuncio de Alemania coincide con nuevas presiones de EE UU a sus socios para que adopten un papel más activo en la ofensiva. "Con el tiempo será importante que las naciones sepan que serán consideradas responsables de su inactividad", dijo el presidente de EE UU, George Bush. "O están con nosotros o están contra nosotros en la lucha contra el terrorismo", puntualizó.

Bush aseguró que el principal sospechoso de los atentados del pasado 11 de septiembre, Osama Bin Laden, intenta hacerse con armas biológicas, químicas y nucleares, y advirtió que si lo consiguieran amenazarían a todas las naciones del mundo y a la civilización misma.

La amenaza de la guerra química se está convirtiendo en otra de las prioridades del Gobierno estadounidense. Bush cree que Bin Laden también podría estar detrás de los envíos de cartas contaminadas con la bacteria del carbunco, que han causado ya cuatro muertes en EE UU y están sembrando el pánico en todo el país. El temor se extiende a todas las esferas de poder. El fin de semana se detectaron esporas en el Pentágono. El miedo empieza a contagiarse al resto del mundo. Ayer se confirmaron nuevos casos en los consulados de EE UU en Lahore (Pakistán) y en Yekaterimburgo (Rusia).

En el frente militar, la confusión es la nota dominante. El Pentágono anunció ayer que doblará el número de efectivos desplazados a la operación de castigo en Afganistán, el problema es que no se puede valorara el alcance de esta medida porque se desconoce el número de soldados estadounidenses que participan en la operación.

Las fuerzas de la Alianza del Norte, opositoras al régimen de los talibanes, anunciaron ayer nuevos progresos en su ofensiva. Uno de los comandantes de la Alianza informó que sus tropas se han hecho con las áreas de Zari Bazar, Baluch y Wayemar. Con este movimiento, los rebeldes están más cerca de conquistar la estratégica ciudad de Mazar i Sharif, lo que supondría un golpe moral y táctico contra los talibanes. La ciudad serviría de base para las tropas estadounidenses, que podrían intensificar sus ofensivas aéreas y crear un corredor para el esperado ataque terrestre.

Por otra parte, la guerra informativa también crece. Los talibanes aseguran haber derribado un helicóptero con cuatro soldados estadounidenses, que habrían fallecido al estrellarse el aparato al suroeste de Pakistán. Sin embargo, EE UU lo niega todo.

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