El Parlamento Europeo pide que bancos y cajas abran el 1 de enero
El Pleno del Parlamento Europeo se sumó ayer a la recomendación de la Comisión Europea a los Estados miembros para que pidan a la banca que abra el próximo 1 de enero, con el fin de facilitar la introducción de la moneda. En España aún no se ha tomado una decisión y, a 66 días de la circulación de la moneda, ni siquiera se han iniciado las negociaciones entre el Gobierno, la patronal bancaria y los sindicatos para llegar a un acuerdo.
El Parlamento Europeo pidió ayer a los Estados miembros de la zona euro que autoricen a los bancos a abrir el próximo 1 de enero de 2002 para facilitar el paso a la nueva moneda. El Parlamento se suma así a la recomendación hecha en su día por la Comisión Europea, aunque, de momento, sólo cinco países (Alemania, Luxemburgo, Holanda, Finlandia y Austria) han confirmado que las sucursales bancarias estarán disponibles en esa fecha.
En España, ni siquiera se ha llegado a un acuerdo. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, se comprometió recientemente a cumplir las recomendaciones de Bruselas, máxime cuando España asume el turno de presidencia europea en el semestre en el que se inicia la operación logística de introducción del euro. Pero fuentes sindicales y financieras confirman que ni siquiera se han iniciado las negociaciones para llegar a un compromiso entre las partes implicadas.
Bancos y cajas temen que el ministro de Economía, Rodrigo Rato, decida unilateralmente que las oficinas funcionen. Eso aumentaría el creciente malestar en el sector por cómo se están desarrollando los acontecimientos del cambio de moneda y las campañas de información a los ciudadanos.
Aumenta el gasto
Bancos y cajas se quejan de que asumen más peso y más coste del que les correspondería y creen que ya se han quedado cortas las primeras estimaciones sobre el coste de esta operación para el sector. En principio se habló de un gasto aproximado de un millón y medio por oficina, pero ya piensan que superará los dos millones.
La banca también se queja de haber tenido que asumir el adelanto al 15 de septiembre de este año, tres meses y medio antes de la fecha inicialmente acordada, de la introducción del euro en todas las operaciones que no requiriesen dinero en efectivo y la anticipación de la redenominación en euros de los contratos bancarios, otra de las recomendaciones de Bruselas. Tampoco les gustó la petición de que anticiparan euros a los comercios, sin necesidad de avales o garantías, para que éstos tuvieran monedas suficientes para devolver el cambio.
El sector cree que el 1 de enero, fecha en la que tradicionalmente la banca cierra, no habrá demanda suficiente en España que justifique la apertura de las sucursales bancarias.
España cuenta con una de las redes de cajeros más tupidas de toda Europa y está previsto que antes del 6 de enero, el 85% de los billetes que suministren los cajeros estén disponibles en euros. En todo caso, señalan que lo lógico es que no se obligue a una decisión colegiada, sino que se deje a cada entidad para que calibre la conveniencia de abrir sus puertas el 1 de enero.
El malestar de los sindicatos se suma al de bancos y cajas. Fuentes de Comisiones Obreras y UGT lamentan la falta de previsión de organismos públicos y privados y llevan semanas esperando una reunión con las patronales del sector financiero para discutir los derechos socio laborales de los trabajadores en aspectos como prolongaciones de jornada, planes específicos de formación, seguridad de la plantilla, etc.
En concreto, subrayan la situación que están viviendo los trabajadores del Banco de España a quienes, según UGT, se les ha impuesto la limitación del periodo de vacaciones y se pretende obligarles a realizar horas extra.