<i>Todo fluye</i>
Los próximos dos meses suponen quizá el periodo más interesante de los últimos tiempos del asesoramiento financiero. Santiago Satrústegui imagina que los clientes seguirán siendo lo más importante.
Los aficionados al baloncesto llaman "minutos de la basura" (trash minutes en la NBA, la liga profesional de Estados Unidos) a los momentos finales de un partido en los que el resultado ya está decidido y los dos equipos están deseando que el tiempo termine. Si además el equipo que va a ser derrotado ha perdido por lesión a sus dos principales jugadores, dos pívots llamados twin towers, tendrá la excusa perfecta para justificar el resultado, por muy raquítico que éste sea.
Por mucho que todo mejore en los próximos meses de noviembre y diciembre, no creo que el año 2001 vaya a pasar a la historia de la gestión empresarial por los resultados conseguidos, pero es probable que sea en estos dos meses cuando una gran parte de las organizaciones van a jugarse su destino.
Si centramos un poco el tiro y nos fijamos solamente en nuestro mercado financiero, nos encontramos que a la incertidumbre y a la falta de ideas generales se suma un contexto bastante peculiar que convierte este periodo en uno de los más difíciles, pero quizás el más interesante de los últimos tiempos en lo que respecta al asesoramiento financiero.
Estrategias de negocio que eran hasta hace pocos meses dogma de fe como la banca on-line, o la venta de fondos por Internet, empiezan a ser seriamente cuestionadas. Ya no está muy claro si a futuro va a ser más importante la marca que el asesoramiento o el producto que el servicio. Yo imagino que, en todo caso, los clientes, sin distinción de tamaño o color, seguirán siendo lo más importante.
Al mismo tiempo, en los dos últimos años, muchas brújulas han cambiado de manos. Los procesos de fusión de muchas entidades financieras, junto con las adquisiciones de prácticamente todas las casas independientes nacionales por bancos de inversión extranjeros, han supuesto en algunos casos el cambio de los equipos ejecutivos que venían tomando las decisiones y, en otros, simplemente el proceso de toma de decisiones o la definición de la estrategia han pasado a depender directamente de Londres o Nueva York.
Con este panorama, el año 2002, además de ser un bonito capicúa, será un ejercicio importante para las empresas y los profesionales del sector financiero. Las claves de por dónde van a ir los tiros las van a marcar la elaboración de los Presupuestos del próximo año que hay que afrontar las próximas semanas.
Heráclito dijo que "todo fluye" y verdaderamente fluidez y oportunidades no van a faltar en nuestro querido mercado en los próximos años. Hay que moverse, aunque en muchos casos no se sepa muy bien hacia dónde (Heráclito esto no lo dijo).
El futuro de los proyectos depende ahora no sólo de saber orientar la brújula en la dirección adecuada, sino también de su capacidad de ilusionar y de generar oportunidades a profesionales que sean capaces de transmitir esa ilusión a unos clientes que ahora mismo están muy necesitados de ella.
Los minutos de la basura de este año van a dirigir la tendencia, y el que no sea capaz de jugarlos a tope, estará cambiando de deporte más pronto que tarde.