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GUERRA AL TERRORISMO

La 'guerra biológica' contra EE UU obliga a cerrar la Cámara Baja

La Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió cerrar sus puertas hasta el próximo martes después de que 29 empleados de la oficina del líder del Senado, Tom Daschle, y dos policías de la capital federal dieran positivo en la prueba de carbunco (ántrax en inglés).

El líder de la Cámara de Representantes, Dennis Haster, comunicó la decisión a media mañana con una alarmista rueda de prensa en la que dijo que se han encontrado restos de la bacteria en la oficina de correos del Senado. Además afirmó que las esporas de carbunco se habían filtrado al sistema de ventilación del Capitolio.

Otros legisladores dijeron más tarde que esto no estaba demostrado "científicamente". Y Daschle comunicó que el Senado tiene previsto continuar con sus sesiones. Pero poco después se comunicó que otros dos empleados del Capitolio, en este caso colaboradores del senador Russell Feingold, también han dado positivo en las pruebas de carbunco.

Ataque a Pataki

También ayer tuvieron que ser evacuadas las oficinas del gobernador de Nueva York, George Pataki, en pleno centro de Manhattan, después de que una de las pruebas diera positivo.

El anuncio de Haster se produjo cuando cientos de personas ocupaban el edificio del Capitolio. Incluido el banquero central, Alan Greenspan, que intervino ante el comité económico conjunto del Congreso.

Al cierre de esta edición habían sido detectados 33 casos de "exposición a la bacteria" en Washington DC. Es decir, que no se había confirmado ninguna "contaminación". Pero las autoridades afirman que el tipo de bacteria enviada a las oficinas del líder del Senado es especialmente "puro y sofisticado", con lo cual es mucho más peligroso.

Los ataques con carbunco habían afectado hasta ahora sobre todo a medios de comunicación (American Media en Florida, NBC y ABC en Nueva York).

Pero los últimos acontecimientos trasladan la amenaza bioterrorista a algunos de los puntales políticos claves del país. Y ello se produce en un momento especialmente crítico. El cerrojazo de la Cámara de Representantes pilla al país en guerra y con el presidente, George Bush, a punto de abandonar el país.

Bush tenía previsto volar ayer hacia China, en su primer viaje al exterior desde los ataques terroristas de septiembre, para asistir a la cumbre de países de Asia y el Pacífico (APEC) que se celebra este año en Shanghai.

El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleisher, dijo a primera hora de ayer que el viaje del presidente no es un problema "porque los teléfonos siguen funcionando" y Bush "estará en contacto permanente con todo el que sea necesario".

Cuando Haster comunicó la decisión de clausurar la cámara del Congreso, otro de los portavoces dijo que Bush "no ha cambiado" su itinerario porque "confía en las agencias federales" que están llevando este asunto.

Bush pensaba aprovechar su viaje para reforzar la campaña a favor de la coalición mundial contra el terrorismo entre los países asiáticos. Algunas de las naciones del APEC han apoyado inicialmente la estrategia, pero afrontan durísimas protestas de sus ciudadanos.

Los miembros del APEC piensan incluir, por primera vez, en su comunicado final una declaración conjunta de condena al terrorismo.

Al cierre de esta edición, Bush estaba todavía en Sacramento (California), donde intervino ante una reunión de líderes de negocios de la región. Y al parecer también mantuvo sin cambios su discurso: un nuevo alegato contra el terrorismo en el que aprovechó para pedir de nuevo medidas de estímulo para la economía. De paso, pidió la aprobación de un plan de reforma del sector de la energía que presentó como la solución a los problemas eléctricos del Estado.

Sin embargo, no se pronunció sobre el cierre de la cámara del Congreso, que necesita votar ésta y otras leyes que se consideran clave en la guerra contra el terrorismo y la lucha contra la recesión.

Leyes clave bloqueadas

La clausura de la cámara puede tener un fuerte impacto psicológico para el país. Además, a efectos prácticos, congelará algunos debates y votaciones que se consideran determinantes en la guerra contra el terrorismo y la lucha frente a la recesión.

La Cámara tenía previsto votar hoy mismo un plan de estímulo fiscal valorado en unos 100.000 millones de dólares que cuenta con el beneplácito de Bush. Además, los legisladores estaban dando también los últimos retoques a la ley antiterrorista reclamada insistentemente por el presidente y por el fiscal general, John Ashcroft.

Plan sanitario español

La alarma suscitada en los demás países ante el ataque sufrido por Estados Unidos ha puesto en marcha diversos planes sanitarios de respuesta al carbunco. En España, el Ministerio de Sanidad inició ayer la distribución de un protocolo médico en todo el Sistema Nacional de Salud en el marco del Plan de Respuesta Sanitaria.

El protocolo para la respuesta ante la hipotética aparición de carbunco respiratorio establece la automática derivación a las urgencias hospitalarias de todos los casos sospechosos que puedan aparecer en los servicios de atención primaria, según informó Europa Press.

Asimismo, establece una clasificación de todos los agentes biológicos susceptibles de ser utilizados en una acción terrorista por su peligrosidad y describe los patógenos susceptibles de ser utilizados en una hipotética acción de bioterrorismo.

El plan recomienda a los médicos que ante cualquier cuadro sintomático no frecuente o la sospecha de que un paciente pueda padecer esta enfermedad, se acuda a las urgencias de un hospital.

 

Las tropas estadounidenses están listas para entrar en Afganistán

La radio oficial iraní aseguró ayer que los soldados estadounidenses habían llegado ya a la ciudad afgana de Kandahar. Las fuentes iraníes sostenían que los soldados habían sido desembarcados desde helicópteros cerca de la ciudad afgana que EE UU considera el feudo del régimen talibán.

Posteriormente, fuentes oficiales del Pentágono informaron ayer que las fuerzas especiales que protagonizarán la segunda ofensiva militar contra Afganistán se encontraban ya a bordo del portaaviones Kitty Hawk, listas para una intervención con helicópteros.

Estos datos parecen confirmar el anuncio realizado el pasado lunes por la Alianza del Norte, donde se aseguraba que la primera fase de las operaciones sobre Afganistán había llegado a su fin y que EE UU se disponía ahora a apoyar la ofensiva de la oposición afgana.

En su operación, Washington contará con Irán como aliado. El Ministerio iraní de Asuntos Exteriores aseguró la cooperación de su país en el rescate y salvamento de los soldados estadounidenses durante su intervención en Afganistán, en un movimiento que los analistas interpretan como el intento de evitar que el conflicto afgano pueda extenderse a este país.

Gran Bretaña, el principal aliado estadounidense, aseguró ayer que la acción militar se limitará a Afganistán, pero las dudas subsisten. El ministro británico de Exteriores, Jack Straw, aseguró a sus socios de la Unión Europea que la operación se limitará al territorio que dirige el régimen talibán e insistió en el compromiso de la Alianza del Norte a no entrar de inmediato sobre la capital, Kabul, con el objetivo de facilitar su participación en un futuro gobierno de unidad nacional.

Sin embargo, el presidente de EE UU, George Bush, aseguró más tarde que la guerra contra el terrorismo durará más de dos años y que se llevará a cabo en varios frentes.

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