El control de los vertederos abre la vía a una nueva tasa sobre la basura
La Directiva 31/1999/CE, de 26 de abril, sobre vertederos, obliga a todos los países miembros de la Unión Europea a trasponer sus mandatos en un plazo de dos años, que concluyó en julio. En España, ello supondrá una importante subida de las tasas de los vertederos. Los gestores de residuos urbanos consideran que su aprobación impulsará una tasa variable para cobrar el servicio de recogida de la basura doméstica, en función del volumen generado por cada familia.
Carlos Martínez Orgado, director ejecutivo del Club Español de Residuos, afirma que el proyecto de real decreto que traspondrá la directiva comunitaria está "a punto de publicarse". Esta pieza legal fue el centro de las expectativas de los asistentes al Curso sobre gestión de biorresiduos, que convocó el Club en Madrid la semana pasada.
Aunque las tarifas de los vertederos experimentarán un fuerte incremento, porque "imputarán los costes de su gestión hasta 30 años después del final de su vida útil", Carlos Martínez asegura que en el caso español no se añadirá una ecotasa al uso del vertedero, como recomienda la directiva. A su entender, "imponer ahora un impuesto iría contra corriente en el marco fiscal español", pero avisa: "Es importante que los empresarios planifiquen sus inversiones sabiendo que a largo plazo ese impuesto llegará". Todos los países comunitarios, a excepción de España, Portugal y Grecia, tienen ecotasas añadidas a las tarifas por el uso de los vertederos.
El Plan de Residuos Urbanos establece que España dispondrá de 250 vertederos para 2006, con capacidad de hasta ocho millones de toneladas de basura orgánica. Hoy este volumen asciende a 13 millones de toneladas, que van a parar a unos 130 vertederos legales y a los 3.500 puntos de vertido ilegales que ha detectado el Ministerio de Medio Ambiente. Evidentemente, dentro de cinco años no vamos a generar menos basura, pero tendrán que aprovecharse un 70% del conjunto de los desechos orgánicos.
Hoy sólo se recuperan en Europa unos 10 millones de toneladas de biorresiduos, con los que se elaboran 5,5 millones de toneladas de materiales de compostaje, sobre todo, abono agrícola, que se fabrica también a nivel doméstico, para utilizarlo en el jardín. El control de los vertederos es fundamental para "entrar a resolver la cuestión de la fiscalidad sobre la generación de residuos", explica Carlos Martínez.
Pesar cada bolsa
En Europa se han aplicado diversos métodos para cobrar a los ciudadanos una tasa variable por recogida de basura en función del volumen generado, porque se ha comprobado que con ello fomentan la separación de papel y envases, que facilita su reciclado. La mayoría de los países centroeuropeos ha probado directamente a pesar las bolsas de basura de cada comunidad de vecinos mediante dispositivos en los camiones de recogida.
En Flandes (Bélgica) y Holanda han probado también a cobrar en función del número de contenedores que llena cada edificio de viviendas. Otro sistema es que el ayuntamiento venda unas pegatinas o cintas para identificar las bolsas de basura según el tipo de desechos que contengan. Pero tras probarlo en Suecia, se ha descartado porque es fácil robar las pegatinas de la bolsa del vecino.
El sistema que más entusiasmo provoca entre los gestores de residuos urbanos españoles es el ensayado en Bruselas: cada familia usa una bolsa de color específico para cada clase de desperdicios y que incluye en su precio el coste de su recogida. Pero para ello sería necesario, primero, conocer lo que cuesta el servicio de recogida de basuras, que, según Carlos Martínez, salvo en el 10% de los 800 municipios españoles, se incluye en el impuesto de bienes inmuebles. El coste promedio en España es de 20.000 pesetas por tonelada.