Iberdrola prevé extraordinarios de 50.000 millones al vender Apex
El grupo Iberdrola prevé obtener un resultado extraordinario de 50.000 millones de pesetas (300,51 millones de euros) con la venta de su inmobiliaria Apex, de la que posee el 100% del capital social. La venta de la inmobiliaria, que Iberdrola ha valorado en 98.000 millones de pesetas (589 millones de euros), se llevará a cabo el año próximo, si bien en la compañía eléctrica no han decidido todavía si será una desinversión total o parcial.
Iberdrola ha puesto fecha, el año 2002, para la venta de Apex. Que la compañía eléctrica terminaría por vender su filial inmobiliaria era algo con lo que se contaba en el sector. Iberdrola ya se había planteado inicialmente una desinversión parcial en Apex mediante la colocación de la inmobiliaria en Bolsa. La salida de Apex al mercado de valores ha sido siempre uno de los objetivos anunciados para la sociedad al comienzo de cada uno de los últimos ejercicios, pero no ha llegado a producirse.
Sacar Apex a Bolsa se repitió como objetivo en enero de 2000, pero se añadió una posibilidad alternativa: vender una participación de la inmobiliaria a un banco de negocios que proporcionara a Apex un núcleo estable en el que Iberdrola se mantendría como accionista de referencia.
La indefinición estratégica de Iberdrola para con su filial inmobiliaria no ha impedido a Apex aprovechar el auge inmobiliario de los últimos cuatro años para pasar de una cifra de negocio de 4.591 millones de pesetas (27,59 millones de euros) en 1997 a 28.322 millones de pesetas (170,22 millones de euros) de cifra de negocio en 2000. En resultados, el crecimiento en los últimos cuatro ejercicios ha sido del 216,74%. El beneficio neto, de 1.326 millones de pesetas en 1997, se situó en 4.200 millones de pesetas al cierre del ejercicio 2000.
La excepcional fase de crecimiento del mercado inmobiliario y, también, la aportación de fondos por su accionista (los fondos propios de Apex han pasado entre 1996 y 2000 de 25.971 millones de pesetas a 50.186 millones de pesetas) han transformado la inmobiliaria en una compañía diversificada geográficamente y han equilibrado su cartera de activos.
En el área patrimonial, Apex cerró el ejercicio 2000 con un patrimonio de 285.765 metros cuadrados de superficie en explotación, de los que 135.168 metros cuadrados corresponden a oficinas; 118.055 metros cuadrados, a industrial; 21.793 metros cuadrados, a comercial, y 10.749 metros cuadrados, a residencial.
La actividad promotora es otro de los pilares de Apex. La compañía inició el año pasado 2.429 viviendas. Además, llevó a cabo en 2000 la promoción de tres edificios de oficinas, un hotel y una nave logística. En cuanto a suelo, la cartera de Apex era a 31 de diciembre de 4,7 millones de metros cuadrados de superficie, con una edificabilidad total de 1,6 millones de metros cuadrados.
La decisión de Iberdrola de desinvertir en Apex llega en un momento en el que el mercado inmobiliario empieza a dar síntomas de desaceleración. En vivienda, los expertos coinciden en que se aprecia un cierto nivel de saturación y detectan síntomas de que el ciclo alcista ha llegado a su fin: variación a la baja en el ritmo de ventas y descenso en las cifras de visados y de licencias.
Oficinas
En oficinas empiezan a confluir oferta y demanda y los precios tienden a la estabilización, mientras que en comercial la principal incógnita radica en el efecto que el menor crecimiento económico pueda tener en el consumo. En cuanto al segmento industrial, sigue la pujanza de los centros logísticos y las estimaciones apuntan a que los precios van a continuar creciendo.
También hay coincidencia en que el proceso de fusiones y compras sigue abierto en el sector. Desde las propias compañías se reconoce que hay que ganar tamaño. Si en 2001 Vallehermoso ha rematado la absorción de la antigua Prima, Urbis se ha fusionado con Dragados Inmobiliaria y Bami ha completado la absorción de Zabálburu e Inmopark, los analistas apuestan por nuevos movimientos. Iberdrola ha anunciado que moverá ficha en 2002. También los accionistas de Filo preparan la entrada de uno o varios socios en el capital de la inmobiliaria.