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Junta de Auna para eliminar trabas al traspaso de acciones

El grupo de telecomunicaciones Auna ha convocado para el próximo 15 de octubre una junta extraordinaria de accionistas para modificar sus estatutos sociales. El cambio, que tiene como objeto eliminar trabas en la transmisión de acciones, se produce en un momento de posibles replanteamientos inversores por parte de los accionistas. Fuentes de la operadora justifican la modificación para acabar con las trabas que se impusieron a los accionistas en la privatización de Retevisión.

Los ejecutivos y los accionistas de Auna se han embarcado en un proceso acelerado de adaptación de la operadora española de telecomunicaciones a los complejos momentos que vive el sector, y cuando además uno de sus principales accionistas, Telecom Italia, revisa su política global tras el cambio de su accionariado.

En pocas semanas, han puesto en marcha un número elevado de iniciativas. La más significativa de ellas, ya que puede tener un efecto en el equilibrio de fuerzas entre los propietarios, actuales o futuros, es la convocatoria de una junta extraordinaria para el próximo 15 de octubre.

El punto estrella del orden del día es la propuesta de modificación de los estatutos sociales con el fin "de cambiar el régimen de transmisión de las acciones, para suprimir las trabas existentes". Propuesta que también se traducirá, si se aprueba, "en la supresión de la existencia de dos series de acciones".

Fuentes oficiales de la empresa explican que en la actualidad Auna cuenta con dos tipos de títulos. Los de la serie A, con un número superior a los 20,5 millones, carecen actualmente de limitaciones en su transmisión y fueron emitidos en el momento de creación de Auna, para poder llevar a cabo los planes de expansión del grupo.

Por el contrario, la serie B, que suma 3,5 millones de acciones, tiene un origen anterior, hace cinco años, en el proceso de privatización de Retevisión, empresa que dio lugar al grupo Auna. Una de las principales características de estos títulos es la limitación a su venta, condición establecida por el Estado en la bases de la privatización.

Las fuentes oficiales citadas explican que el mantenimiento de estos dos tipos de acciones es en la actualidad un anacronismo. En consecuencia, aseguran, que la eliminación de las trabas de las acciones de la serie B es una medida justa que puede beneficiar a los accionistas que no las poseen, por no haber formado parte del núcleo inicial, pero que están o pueden estar implicados de igual manera en el esfuerzo inversor.

Pactos de accionistas

No obstante, fuentes de los accionistas consultadas aseguraron que se mantiene en vigor otros pactos existentes entre los principales accionistas, Endesa, Fenosa y Telecom Italia, a los que se ha unido el Banco Santander Central Hispano. æpermil;stos dan derecho de tanteo ante cualquier eventual movimiento de títulos.

Los movimientos de Endesa antes del verano, y Telecom Italia más recientemente, anunciando un replanteamiento estratégico en sus negocios han dado relevancia a la junta extraordinaria y a la eliminación de las trabas a la transmisibilidad de las acciones.

Los nuevos responsables de la operadora transalpina, que se replantea sus posiciones en Italia y en el exterior, están revisando la política seguida por el anterior hombre fuerte del grupo, Roberto Colaninno. Tanto el nuevo ejecutivo, Enrico Bondi, como el presidente, Marco Tronchetti, que representa a Pirelli, cuestionan además la viabilidad de algunos de los negocios, como la televisión de pago y las telecomunicaciones por cable, en los que están embarcados, entre otros, su participada española.

Consejeros

Otra posible iniciativa relevante en el reciente día a día de Auna es la entrada en el consejo del grupo de telecomunicaciones de un representante del Santander Central Hispano. Fuentes del banco aseguran que esa incorporación no se producirá este mes. Fuentes del grupo de telecomunicaciones apuntan que ese nombramiento se puede producir en la junta extraordinaria del 15 de octubre y que el candidato con más posibilidades para ocupar el cargo es Joan David Grimá. Procedente del BCH, Grimá es el responsable de empresas del grupo resultante de la fusión con el Santander.

Por otro lado, el consejo de administración de la compañía decidió el pasado 13 de septiembre que la totalidad del desembolso del dividendo pasivo (5.000 pesetas por acción) correspondientes a 12,9 millones de acciones, 65.000 millones de pesetas, se ingresen directamente en la caja de la empresa.

Según fuentes de la compañía este ingreso viene derivado de las dos ampliaciones de capital que la compañía aprobó realizar el pasado 21 de marzo por importe de 288.397 millones de pesetas. Esta ampliación se desdobló para acometerla en dos fases. Una primera de 102.786 millones de pesetas y otra de 102.786 millones con el objetivo de situar los fondos propios en 437.188 millones.

 

Quiero amplía capital 15.000 millones para sobrevivir

La cadena de televisión digital terrestre Quiero, participada por Auna, Planeta, Mediapark y el grupo americano Carlton, ha convocado una junta extraordinaria para el próximo 19 de octubre, con el fin de aprobar una nueva ampliación de capital.

Según fuentes de la empresa la inyección ascenderá a unos 15.000 millones de pesetas (90,15 millones de euros), que la compañía precisa para mantener su actividad y reforzar su plan de desarrollo.

Hasta hoy únicamente el grupo Auna ha decidido acudir a la ampliación y cubrir su parte. Este grupo, a pesar de ser mayoritario en el capital (según la pagina web de Quiero posee el 49%), nunca ha querido controlar la gestión. Tampoco lo ha hecho después de que, hace medio año, la familia Lara, propietaria de Planeta, renunciara expresamente a la dirección de la cadena, tras reducir su participación del 15% al 11%. Fuentes conocedoras de la situación aseguraron que ni Planeta, ni Mediapark, que posee el 15%, acudirán a la ampliación.

El resto de los socios ha señalado que meditan su decisión y no la harán pública hasta la fecha de la celebración de la junta.

Desde que Planeta abandonó la gestión, la única cabeza visible en el día a día de Quiero es el consejero delegado, Ildefonso de Miguel, quien ha asumido el control ante el vacío de poder.

Auna, por su parte, ha asegurado públicamente que "está dispuesta a asumir sus compromisos en la cadena". En consecuencia, ha encargado a su consejero delegado, Miguel Iraburu, la búsqueda de soluciones que clarifiquen el futuro de la cadena. Iraburu ha mantenido distintos contactos con diversas empresas competidoras de Quiero para analizar la situación.

En los últimos días ha trascendido el interés del grupo constructor francés Bouygues, quien podría estar negociando con el grupo Auna su entrada en el capital de Quiero.

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