Bush refuerza la seguridad aérea para intentar revitalizar la industria
El presidente George Bush presentó ayer un plan con el que pretende reforzar la seguridad aérea y, de paso, revitalizar esta maltrecha industria tras los atentados del día 11. El Gobierno invertirá 90.000 millones de pesetas en mejorar la seguridad de las aeronaves y supervisará el control de pasajeros y equipaje.
Cabinas de control reforzadas, más agentes federales armados en vuelos comerciales, equipos para que los pilotos puedan vigilar la zona de pasajeros y sistemas que permitan a la torre de control provocar aterrizajes forzosos de forma teledirigida en emergencias.
El presidente estadounidense, George Bush, presentó ayer un plan con el que intenta reforzar la seguridad aérea y convencer a los ciudadanos para que vuelvan a subirse a los aviones. "¡Vuelvan a las aerolíneas!", "el terrorismo no logrará aterrorizar a América", dijo Bush ante una enardecida audiencia en el Aeropuerto O'Hara, de Chicago.
Tras los atentados terroristas del 11 de noviembre, millones de estadounidenses han decidido cancelar sus planes de vuelo. Y el sector ha anunciado más de 100.000 despidos en menos de tres semanas. "La vitalidad de la industria aérea es clave para la recuperación económica" del país, añadió Bush.
El Gobierno invertirá 500 millones de dólares (90.000 millones de pesetas) sólo en medidas adicionales para reforzar la seguridad en aviones.
Además, pondrá las tareas de control de pasajeros y equipajes "bajo supervisión" del Gobierno federal. Estas funciones son ejercidas ahora por empresas privadas.
Supervisión
El plan de Bush dice que "trabajadores federales uniformados gestionarán todas las operaciones" y que el Gobierno supervisará todas las funciones "incluida la compra y mantenimiento de los equipos". Pero también habla de que empleados públicos y privados "compartirán las tareas de seguridad". Con lo que es posible que muchos aeropuertos sigan utilizando empresas de seguridad privadas que trabajen bajo la supervisión del Gobierno.
Para poner en marcha el nuevo modelo, el Gobierno necesitará "entre cuatro y seis meses". Bush pidió ayer a los gobernadores de los 50 Estados que movilicen sus tropas de la Guardia Nacional para que patrullen los aeropuertos durante este periodo transitorio (el Gobierno federal correrá con los gastos). Y varios gobernadores respondieron apoyando la medida.
El plan no incluye la autorización a los pilotos para que lleven armas. Para demostrar a los ciudadanos que volar es seguro, el secretario de Transporte, Norman Mineta, utilizó ayer un vuelo comercial para ir a Chicago. Y Bush anunció ayer que "todos los miembros del Gobierno utilizarán mañana vuelos de aerolíneas para demostrar su confianza" en la seguridad.
Además, dos generales tendrán autorización para derribar aviones comerciales si se considera que son peligrosos.