El FMI admite que el terrorismo agrava la crisis mundial
Límites de la recesión
Algunos medios indicaron ayer que el FMI considera un crecimiento inferior al 2,5% como signo de "recesión global". Pero el portavoz del fondo, Bill Murray, lo negó rotundamente: "En absoluto puede considerarse recesivo un crecimiento inferior al 2,5%. No tenemos una definición oficial, pero en cualquier caso la barrera estaría por debajo del 2%".
Así y todo, el panorama es inquietante en todas las regiones: retraso adicional en la recuperación de EE UU, debilitamiento de la confianza y la demanda interna en Europa, menor crecimiento en Japón, daños en Asia por el menor gasto en tecnologías de la información y más problemas de financiación para las economías emergentes, sobre todo en Latinoamérica.
El economista jefe del fondo, Kenneth Rogoff, intentó lanzar ayer un mensaje de optimismo diciendo que "los fundamentos económicos en todo el mundo son considerablemente más sólidos que hace unos años".
Pero el subconsciente le traicionó cuando dijo que la recesión en EE UU "ya es un hecho". Rogoff tuvo que retirar lo dicho de inmediato ("sabemos que el crecimiento será menor, pero no tenemos una idea exacta de cuánto será") y pidió disculpas por el tropezón diciendo que está más acostumbrado a dar clases en Harvard que a celebrar ruedas de prensa.
Por lo pronto, el informe augura un crecimiento del 1,3% para EE UU este año, frente al 1,5% previsto en abril. Y reconoce que la ofensiva terrorista amenaza con recortar la confianza de consumidores, empresarios e inversores.
Los daños directos causados por los atentados son "moderados" teniendo en cuenta el tamaño de la economía" estadounidense. Pero sus "efectos derivados en EE UU y las economías mundiales son mucho más difíciles de calcular".
La rebaja de previsiones para la zona euro es incluso más pronunciada: 1,8% de crecimiento para este año (un 0,6% menos).
En cuanto a Japón, el fondo reconoce que "probablemente ha caído en recesión por cuarta vez en los últimos 10 años". Las previsiones para este país son de contracción del 0,5% este año y crecimiento de sólo el 0,2% para 2002.
Rogoff calificó ayer como adecuada la "agresiva" respuesta de los países desarrollados a los ataques terroristas del día 11. Y se mostró convencido de que las medidas adoptadas, sumadas a la moderación del precio del petróleo, permitirán "una recuperación gradual hacia finales de año".
Los atentados, añadió, "no tienen por qué dañar sustancialmente el aumento de productividad de la economía de EEUU, que es de lo que depende su prosperidad".
Sin embargo, la mayoría de los economistas reconocen que la recesión es ya inevitable en este país. Y el propio secretario del Tesoro, Paul O'Neill, dijo ayer en un desayuno con empresarios celebrado en Nueva York que los ataques retrasarán la reactivación económica durante, al menos, durante un trimestre más.
En cuanto a las medidas para impulsar el crecimiento económico, O'Neill dijo que "debemos actuar con cuidado para no tener que arrepentirnos dentro de un año". Una frase con la que el secretario secunda plenamente el mensaje lanzado por el banquero central, Alan Greenspan, a los miembros del Congreso.
Incentivos temporales
La Reserva Federal está a favor de un paquete de incentivos de 100.000 millones de dólares (en torno a un 1% del PIB). Pero dicha cifra incluiría los fondos ya aprobados por el Congreso y cualquier otro nuevo incentivo en forma de ayudas directas o rebajas fiscales.
Algunos legisladores republicanos han pedido que se recorten los impuestos de ren-dimientos de capital. El banquero Greenspan, que tradicionalmente apoyaba esta medida, ahora dice que son preferibles medidas "temporales" que no pongan en peligro la estabilidad futura de la economía.
Y O'Neill parece favorecer una bajada de impuestos a la actividad empresarial que es apoyada de pleno por las patronales.
Problemas de financiación para las economías emergentes
El FMI asegura que en estos momentos "no hay ninguna región importante que sirva de apoyo a la actividad global". Y ello ha hecho que "empeoren aún más las condiciones de financiación para las economías emergentes, sobre todo en Iberoamérica".
El organismo espera que el PIB combinado de Iberoamérica crezca sólo un 1,7% este año (2% menos de lo que auguraba en mayo), debido al "creciente impacto de la desaceleración global, sobre todo en México y Chile" y "las dificultades económicas de Argentina, que han dañado a varios países vecinos". Además cita otros factores como "la incertidumbre política y la crisis energética de Brasil".
Los flujos de capitales hacia la región se han debilitado en la primera mitad del año y, con excepción del peso mexicano, casi todas las divisas están sufriendo presiones a la baja. En la mayoría de los países iberoamericanos "la mayor debilidad sigue siendo las necesidades de financiación externa, ligadas típicamente a grandes déficit públicos y una elevada deuda" (a menudo a corto y denominada en divisa extranjera).
Incertidumbre
Aunque los menores tipos de interés benefician a las economías en desarrollo, "las condiciones de financiación siguen siendo volátiles, reflejando en parte la persistente incertidumbre que envuelve a Argentina y Turquía". Además, todavía es-tán por ver "las implicaciones que una seria desaceleración en los países industrializados puede tener en la financiación de los mercados emergentes", porque ésta depende cada vez menos de los créditos bancarios y más de los mercados de bonos y accio-nes.- En Asia, la economía de China sigue mostrando gran "resistencia". Pero muchos países en desarrollo del continente asiático han sufrido un duro golpe por la desaceleración del crecimiento global, el declive en la demanda de tecnología de la información y el agravamiento de la situación en Japón.
Margen para más bajadas de tipos en la zona euro
El informe del FMI considera "apropiadas las recientes bajadas de tipos de interés en la zona euro". Y añade que hay margen para nuevos recortes "si las previsiones (de crecimiento) se debilitan más y si la inflación sigue comportándose de manera razonable".
La zona euro ha sido la región del mundo industrializado más afectada por la rebaja de previsiones hecha por el fondo. Sin embargo, sus perspectivas siguen siendo mejores que las de Estados Unidos y Japón.
El FMI prevé un crecimiento del 1,8% en la zona euro para este año. El dato supone una rebaja del 0,6% respecto a las previsiones de primavera. Pero supera con creces el 1,3% de Estados Unidos y la contracción del 0,5% augurada para Japón. La rebaja de previsiones para Europa ha estado provocada, sobre todo, por un "fuerte debilitamiento del crecimiento de la demanda interna, especialmente en Alemania". Para el año 2002 espera que la economía de la zona euro repunte un 2,2%.
En cuanto a la balanza fiscal, el FMI espera "que perman
ezca constante" porque las medidas de estímulo en países como Alemania se verán compensadas con ajustes en otros como Austria, España y Grecia.
El ajuste fiscal sigue siendo importante. Pero el organismo multilateral cree que la prioridad debe ser mantener la credibilidad del Pacto para el Crecimiento y la Estabilidad de la UE.
Las previsiones del fondo para la economía española son más moderadas que las del Gobierno de Madrid. Y, por tanto, menos optimistas que Rato.
El informe augura un crecimiento- del 2,7% para este año (frente al 3% previsto por el Ministerio de Economía).
Además, prevé una inflación del 3,6% (muy por encima del 2% previsto por el Gobierno) y una tasa de paro del 13% (frente al 12,7% de previsión oficial).