Los ataques terroristas contra EE UU desencadenan una crisis mundial
Estados Unidos sufrió ayer el ataque terrorista más grave y masivo de su historia. Tres aviones con pasajeros fueron secuestrados y estrellados contra los centros neurálgicos del poder económico y militar del país: las Torres Gemelas de Wall Street y el Pentágono en Washington DC. Un cuarto avión fue estrellado en los alrededores de Pittsburg. El presidente George Bush decretó el estado de máxima alerta, y advirtió que los atentados no quedarán sin respuesta. A última hora de la noche de ayer se sucedieron bombardeos en Kabul, la capital de Afganistán, pero se desconocía el origen. La comunidadinternacional se vio conmocionada y causó el pánico en los mercados financieros
Estados Unidos sufrió ayer una avalancha de ataques terroristas contra los centros neurálgicos de su poder económico (las Torres Gemelas de Nueva York) y militar (el Pentágono en Was-hington).
Al cierre de esta edición, ningún grupo había reivindicado los atentados, pero los observadores políticos señalaron de inmediato como primer sospechoso al terrorista de origen saudí Osama Bin Laden.
En cuanto a las víctimas, la cifra seguramente ascenderá a miles, porque en las Torres Gemelas trabajan 50.000 personas y se reciben unos 100.000 visitantes cada día. El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, dijo que el número de muertos será "imposible de soportar por ninguno de nosotros".
La tragedia empezó a las 8.45 de la mañana (hora de Nueva York), cuando un avión de pasajeros que había sido secuestrado se estrelló contra una de las torres del World Trade Center. Dieciocho minutos más tarde, cuando todas las cámaras de televisión miraban hacia el edificio en llamas, un segundo avión de pasajeros secuestrado se empotró contra su torre gemela.
A las 9.30, el presidente George Bush dijo desde Florida que Estados Unidos había sufrido "un aparente ataque terrorista". Trece minutos más tarde, un tercer avión se estrelló contra la sede del Pentágono en Washington, despejando cualquier duda sobre el origen terrorista de los incidentes.
A las 10.10, un cuarto aparato se estrelló en los alrededores de Pittsburg (las autoridades creen que se dirigía hacia la residencia de Camp David, que está a unas 85 millas del lugar donde cayó el aparato).
Dos de los aviones secuestrados eran de American Airlines y otros dos de United Airlines.
La ola de atentados hizo que el pánico cundiera por todo el país. En Washington fueron desalojados los edificios del Congreso, el Tribunal Supremo, el Departamento de Estado, el del Tesoro y las sedes del FBI y la CIA.
Además fueron desalojados las torres Sears de Chicago, la sede de General Motors en Detroit, la de Coca-Cola en Atlanta, los parques de atracciones de Disney en Florida y California, y todos los edificios considerados como posible objetivo de un ataque terrorista.
Las autoridades cancelaron todos los vuelos nacionales e internacionales, y pusieron en estado de máxima alerta las fronteras con Canadá y México.
En Manhattan, los ataques contra las Torres Gemelas (que se derrumbaron completamente poco antes del mediodía) fueron presenciados por miles de personas que acudían a su puesto de trabajo.
Incapaces de respirar con la humareda, los peatones huían a ciegas, cubriéndose el rostro con la ropa. Algunos se tiraron a las aguas del río Hudson para eludir la avalancha de cemento.
El alcalde Rudolph Giuliani ordenó la evacuación de la zona sur de la isla y pidió al resto de los ciudadanos que permanecieran en sus casas y oficinas. Pero muchos intentaban bajar hacia las torres para recoger a sus hijos de los colegios o encontrar a sus familiares.
La sede de Naciones Unidas y los gestores del Rockefeller Center pidieron a sus miles de empleados que se fueran a sus casas.
Sin embargo, el metro dejó de funcionar a los pocos minutos, los puentes y túneles que unen Manhattan con los demás barrios estaban cerrados al tráfico y comunicarse era prácticamente imposible porque la mayoría de los teléfonos fijos y móviles estaban sin servicio.
El presidente George Bush, que estaba de visita en Sarasota (Florida), fue trasladado a una base aérea de Louisiana y de allí a otra de Nebraska.
Bush ordenó ayer "una investigación a gran escala" y prometió que los culpables "serán cazados y castigados". Por la noche tenía previsto volver a Washington DC para reunirse con los miembros del Consejo Nacional de Seguridad y dar un discurso televisivo con el que intentaría calmar a los ciudadanos.
A última hora de la noche de ayer se produjeron bombardeos en Kabul, la capital afgana, aunque se desconocía el origen de los mismos.
Robert Natter, comandante de la flota del Atlántico, comparó los ataques sufridos ayer por EE UU al bombardeo de Pearl Harbour por parte de los japoneses durante la II Guerra Mundial.
Y la agencia Efe informó ayer que el grupo terrorista japonés Ejército Rojo se responsabilizó del ataque en una llamada anónima a un semanario jordano.
Al cierre de esta edición, el mundo seguía esperando noticias oficiales desde la Casa Blanca y Bush pensaba darlas a las 9 de la noche (tres de la madrugada en España).