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Divisiones en la OPEP ante la conveniencia de aprobar nuevos recortes de la producción

El ministro venezolano de Petróleo, Álvaro Silva, condicionaba los futuros movimientos al "resultado del recorte.

La entrada en vigor del recorte de un millón de barriles diarios en la producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha sido recibida con indiferencia en los mercados. La media semanal del brent, referencia en Europa, apenas ha superado los 26 dólares por barril.

Los datos han causado inquietud entre algunos miembros del cartel. Ayer mismo, el ministro venezolano de Petróleo, Álvaro Silva, condicionaba los futuros movimientos al "resultado del recorte". Sin embargo, pocas horas después el secretario general de la OPEP, Alí Rodríguez, descartaba cualquier cambio en la producción hasta el año próximo. Las declaraciones del secretario están en la línea de las recomendaciones de EE UU, que ya ha advertido a la OPEP de los riesgos de aprobar nuevas reducciones.

La organización ha recortado tres veces su producción en lo que va de año, retirando del mercado 3,5 millones de barriles diarios, de manera que sus cuotas actuales de producción son de 23,2 millones de barriles, casi el 40% de la oferta mundial de crudo. El objetivo de los recortes es el de mantener la fortaleza de la cotización. Una meta lograda sólo a medias. El precio medio del brent ha sido este verano de 24 dólares por barril, en claro contraste con los 26,8 dólares del verano de 2000.

Los factores son varios: la desaceleración económica mundial ha repercutido en la demanda, que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) cifra para 2001 en 76,4 millones de barriles diarios, apenas medio millón más que el año pasado. Los altos precios de 2000, con picos de 35 dólares por barril, han llevado a los Gobiernos a estimular el uso de energías alternativas como el gas natural; a los países no OPEP, a aumentar su rendimiento para participar de los beneficios, y a reabrir pozos que antes no se consideraban rentables. Conclusión, el mercado se encuentra sobreabastecido en un contexto de caída de la demanda.

Esta evolución del mercado se ha dejado sentir en los ingresos petroleros, de los que dependen los miembros de la OPEP, países con enormes disparidades entre la elite que participa del negocio y los ciudadanos corrientes.

Los ingresos de la OPEP ascendieron en el primer semestre de 2001 a 118.192 millones de dólares (130.000 millones de euros), un 2,4% menos que el mismo periodo de 2000, según la revista Petrostratégies. Excluyendo Irak, cuyo negocio está controlado por la ONU, Indonesia y Venezuela fueron los países que más perdieron, un 9,1% y un 6,4%, respectivamente. No extraña que Venezuela esté más atenta al mercado que a las indicaciones de EE UU.

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