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Un fallo judicial anula la subasta del nuevo móvil de Estados Unidos

La subasta de frecuencias para el nuevo móvil en Estados Unidos ha sido anulada. Un fallo judicial de un tribunal de apelaciones del distrito de Columbia ha resuelto que la puja que tuvo lugar en enero y en la que 21 operadoras desembolsaron 3,3 billones de pesetas está invalidada, ya que la FCC nunca debió adjudicar las frecuencias que subastó.

El nuevo móvil ha sufrido un nuevo revés. A la crisis de confianza de los inversores en esta tecnología, a la penalización bursátil y al endeudamiento de las operadoras que han apostado por él se unió ayer un fallo judicial que anula la subasta de Estados Unidos. Verizon Wireless (participada por Vodafone y por Verizon), AT&T, Cingular Wireless y otras 18 compañías han perdido sus derechos sobre unas frecuencias por las que pagaron 3,3 billones en enero, informa Bloomberg.

Un tribunal con tres componentes ha resuelto que la FCC (Federal Communications Commission, el regulador de las telecomunicaciones de Estados Unidos) se equivocó cuando en enero de 2000 reclamó el espectro radioeléctrico a NextWave por el impago de 815.000 millones que debía desde una subasta de 1996.

La subasta del pasado mes de enero puso a la venta 216 licencias de la quebrada NextWave, el 93% del total, que fueron a parar a 21 operadores. Estas compañías pagaron tres billones por ellas, y el resto, que siguen vigentes, añadió 300.000 millones a la puja.

El tribunal considera que la FCC violó las leyes federales de la bancarrota, "que impiden a la comisión, cualquiera que sea el motivo, cancelar las licencias de los ganadores que no han hecho a tiempo los pagos requeridos mientras están acogidos al capítulo 11 [artículo de la ley de quiebras que protege a la compañía frente a los acreedores]".

Desde 1996

La disputa legal entre el regulador de las telecomunicaciones y NextWave data de 1996, cuando el operador estadounidense ganó las frecuencias en una subasta en la que ofreció 4.700 millones de dólares (911.800 millones de pesetas al cambio actual). La compañía no hizo frente a sus pagos, después de acogerse a la suspensión de pagos en 1998. El año pasado la FCC reclamó las frecuencias, asegurando que sus nombres prohibían a NextWave incumplir cualquier pago.

La operadora y el Gobierno pelearon en los juzgados el valor de las licencias y las obligaciones de NextWave. Un juez mercantil dio la razón a la compañía telefónica. Una corte federal apoyó a la FCC.

Varias decisiones favorables llevaron al regulador de las telecomunicaciones a empezar a vender las frecuencias del operador, que fueron divididas para dar cabida a más competidores. El espacio radioeléctrico de NextWave es de gran calidad, ya que cubre los mayores mercados y no tiene ningún usuario. Así, en la puja que terminó en enero, Verizon llegó a pagar 776.000 millones de pesetas por dos de las tres licencias que la operadora en quiebra tenía en la ciudad de Nueva York.

La FCC tiene ahora dos alternativas, solicitar al tribunal la revisión del caso o acudir al Tribunal Supremo.

El alto tribunal podría ponerse manos a la obra la próxima semana, ya que el Departamento de Justicia de Estados Unidos está pidiendo al Tribunal Supremo que considere un pleito similar que tiene como protagonista a General Wireless, una compañía que también ganó licencias de móvil en 1996 y también se declaró posteriormente en bancarrota. Si la justicia accede a escuchar los argumentos, su decisión última puede determinar asimismo el caso de NextWave, ya que los dos conflictos tienen diversos aspectos coincidentes.

Casos similares

La decisión del tribunal de apelaciones supone un revés para Verizon, AT&T y el resto de compañías, que pensaban utilizar las frecuencias para mejorar sus servicios, dar nuevos productos y tener acceso a más usuarios.

En cualquier caso, las negociaciones podrían resolver el conflicto, sin tener que forzar a los ganadores a devolver las licencias, en opinión de varios analistas.

La subasta de Estados Unidos no fue la que más dinero recaudó. El Reino Unidos, con más de ocho billones de pesetas, o Alemania, con más de seis billones de pesetas, superaron al país americano en los ingresos para sus arcas. Sin embargo, sí que fue la puja más cara medida en coste del espectro por megahercio y usuario en la ciudad de Nueva York.

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