Rusia y Filipinas no combaten el blanqueo de dinero
Rusia, Filipinas y Naurú pueden enfrentarse a sanciones internacionales a partir del próximo 30 de septiembre si no adoptan medidas para luchar decididamente contra el blanqueo de dinero. Así lo advirtió ayer el Grupo de Acción Financiera (Gafi), que aprobó la nueva lista negra de países no cooperantes en la materia.
El actual presidente del Gafi, José María Roldán, advirtió ayer a Rusia, Filipinas y la pequeña isla de Naurú que si para el 30 de septiembre no han modificado sus legislaciones para combatir el blanqueo de capitales, el organismo tomará "contramedidas" encaminadas a "proteger el sistema financiero" internacional del dinero ilícito.
En estos momentos, las sanciones se quedan en simples recomendaciones de los Gobiernos que participan en el Gafi para que las instituciones financieras de sus países disminuyan sus negocios con los centros incluidos en la lista negra. Así, por ejemplo, lo anunció ayer Francia.
Sin embargo, Roldán advirtió que las sanciones pueden endurecerse en el futuro, como la exigencia de reclamar información confidencial antes de realizar negocios con estos países y advertencias a las empresas para limitar sus negocios con estos países.
El Gafi es un organismo independiente impulsado por el G-7 que está integrado por 29 países, más la Unión Europea y el Consejo de Cooperación del Golfo. En junio de 2000 publicó su primera lista negra de países no cooperantes en la lucha contra el lavado de dinero. Bahamas, Panamá, Islas Caimán y Liechtenstein han abandonado ahora esa lista, aunque el Gafi ha advertido que seguirá de cerca su evolución para que no abandonen los esfuerzos realizados.
Rusia expresó ayer su malestar por la decisión del Gafi y destacó los esfuerzos realizados por el Gobierno para conseguir la aprobación de medidas legislativas contra el blanqueo de capitales. Oficiales de la ONU han cifrado el lavado de dinero en Rusia en unos 194 billones de pesetas anuales y el presidente ruso, Vladimir Putin, ha cifrado en casi cuatro billones anuales la fuga de capitales de Rusia, la mayoría con destino a Naurú.
En esta ocasión, la reunión del Gafi ha estado marcada por las dudas surgidas en torno a la decisión de la nueva Administración estadounidense de combatir el blanqueo de capitales a nivel internacional. Las dudas expresadas por el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, sobre las medidas propuestas por el Gafi desataron el temor de sus socios a una relajación de EE UU en la cooperación internacional en la materia.
Negociación con EE UU
Ayer, sin embargo, O'Neill se apresuró a hacer público su apoyo a la decisión del Gafi y a expresar el compromiso de su Gobierno de combatir enérgicamente el blanqueo internacional de dinero.
Declaraciones al margen, la realidad es que el informe hecho público ayer en París insiste en "la necesidad de reforzar las legislaciones nacionales en materia de identificación de los clientes de los bancos", un aspecto que el Congreso de EE UU ya rechazó reforzar el año pasado.
Habrá que esperar, pues, a las negociaciones que se desarrollen de aquí a septiembre para conocer el alcance del compromiso de Estados Unidos, que tendrá un primer reflejo en la publicación de su Estrategia Nacional contra el Lavado de Dinero para 2001.