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El Gobierno acelera el plan para el desarrollo económico sostenible

El deseado marco político para un nuevo modelo de crecimiento económico que no comprometa la calidad de la vida de las próximas generaciones despegó ayer. El presidente del Gobierno, José María Aznar, acudió en persona a respaldar la presentación del proyecto para una estrategia española de desarrollo sostenible, que previsiblemente se concluirá el año que viene. Ecologistas y socialistas le acusan de intentar "lavar" su imagen después de la aprobación del plan hidrológico nacional.

Cinco miembros de las organizaciones ecologistas Greenpeace, Amigos de la Tierra, Adena, Ecologistas en Acción y Sociedad Española de Ornitología vituperaron ayer los planes del Gobierno de hacer converger sus agendas de Economía y Medio Ambiente en una estrategia de desarrollo sostenible, es decir, que concilie de forma racional el crecimiento económico con la explotación de los recursos naturales. Una conciliación que la Unión Europea (UE) considera de máxima urgencia -dicen que significará una tercera revolución industrial- y que ya está en marcha en ocho países miembros.

El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, anunció que, para elaborar las directrices de la estrategia española, el Gobierno creará una comisión interministerial de coordinación en el seno de la consejería de Asuntos Económicos.

Tras la intervención del ministro y durante la proyección de un vídeo, los ecologistas prorrumpieron en gritos y abandonaron el acto informativo. Un acto que se organizó -de forma significativa- en los jardines de la Moncloa, bajo la pérgola fotovoltaica, y coincidiendo con la aprobación del polémico plan hidrológico nacional en el Senado precisamente en la víspera.

Los ecologistas albergan el temor de que la estrategia de desarrollo sostenible sirva sólo para "lavar la negativa imagen ambiental del Gobierno" y denuncian "la inexistencia de objetivos y líneas de actuación concretas". El sindicato Comisiones Obreras se había manifestado también en contra de la celebración del acto.

En su apoyo acudió, asimismo, la secretaria de Medio Ambiente del PSOE, Cristina Narbona, que calificó dicho proyecto de una "gran operación de imagen que costará a los españoles 7.000 millones de pesetas". Recordó también que los populares no aceptan las iniciativas de sostenibilidad que les han presentado hasta la fecha, entre ellas impulsar el plan nacional de energías renovables.

La agenda europea parece propiciar la repentina premura del Gobierno por confeccionar las directrices de desarrollo sostenible. De hecho, Aznar explicó que en la cumbre de Barcelona del año que viene, bajo el turno de la presidencia española de la UE, se evaluarán los aspectos medioambientales "por primera vez y junto a las reformas socioeconómicas". Y añadió: "Nos sentimos muy orgullosos de poder liderar durante esos seis meses, la contribución de la UE a la cumbre mundial sobre desarrollo sostenible, más conocida como Río+10, que se celebrará en Johanesburgo en septiembre del próximo año".

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