Uruguay y Paraguay critican la competencia desleal en Mercosur
Desunión en la cumbre semestral del Mercosur. Los socios pequeños, Uruguay y Paraguay, acusan a Brasil y Argentina de adoptar medidas unilaterales para proteger su comercio interno. Los países del Mercosur se ven ahora obligados a impulsar medidas que refuercen su unidad, antes de que el bloque siga perdiendo credibilidad.
La situación económica de Argentina centrará la cumbre de presidentes de los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay). Argentina ha abandonado esta semana la paridad con el dólar para las operaciones comerciales en el exterior al incluir el euro dentro del sistema de convertibilidad. La medida ha sentado mal entre los socios del grupo, ya que amenaza seriamente su competitividad.
El ministro paraguayo de Exteriores, José Antonio Moreno, expresó ayer, en el discurso inaugural de la cumbre, la necesidad de "redefinir" el objetivo del Mercosur. Moreno explicó que "la posibilidad real del acceso a los mercados" es el principal obstáculo para que el bloque se convierta en un auténtico mercado común.
El Mercosur es el tercer bloque comercial del mundo, produce anualmente 1,17 billones de dólares (más de 225 billones de pesetas) en bienes y servicios y agrupa a 218 millones de ciudadanos. Pero las diferencias entre sus miembros pueden desintegrarlo.
Los empresarios paraguayos han llegado a pedir al Gobierno que salga del bloque y el Ejecutivo uruguayo se ha visto obligado a acelerar la devaluación de su moneda. Con todo, en la reunión del Consejo del Mercosur, compuesto por los ministros de Exteriores y de Economía de los países miembros, se sucedieron los llamamientos al fortalecimiento del bloque. Moreno propuso incluso crear un tribunal permanente que arbitre las diferencias entre los países del grupo.
Explicaciones de Cavallo
El ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, llegó ayer a la capital paraguaya seguro de que logrará convencer a sus socios de que los cambios en la convertibilidad "no son una amenaza para el bloque".
Cavallo adelantó en marzo la propuesta de añadir el euro al dólar en el sistema de convertibilidad del peso argentino. Se esperaba que la medida fuera tomada cuando euro y dólar alcanzasen la paridad.
Pero el Gobierno argentino se ha adelantado. Los diputados y el Senado han aprobado esta semana que el valor del peso para operaciones comerciales en el exterior sea igual a la media de la suma del dólar y el euro, que vale un 15% menos que la moneda estadounidense. Esto supone una devaluación de hecho del peso argentino.
Ahora el temor de los países vecinos y de la comunidad internacional es el que el siguiente paso sea la devaluación total del peso.
La decisión de Cavallo ha complicado aún más las relaciones con Uruguay, que ya estaba molesto por la decisión argentina de fijar precios mínimos a la importación de productos textiles. El Gobierno aprobó esta medida para defender a la industria local del ramo, y Uruguay lo considera como una traba más a sus exportaciones. El país no puede permitirse el lujo de ser el país más caro de la zona; el mercado regional representa la mitad de sus exportaciones y el 90% de sus ingresos por turismo.
Uruguay y Paraguay están molestos también por la incapacidad de Brasil para frenar la caída libre de su moneda, el real, que ha perdido un 25% de su valor en lo que va de año. El banco central del país aprobó el miércoles una subida de 1,5 puntos de las tasas de interés hasta el 18,25%. Los analistas creen que el incremento será insuficiente para frenar la depreciación del real.
Hoy los presidentes del Mercosur intentarán reconciliarse y demostrarse mutuamente la importancia que conceden al Mercosur como bloque frente a EE UU.