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INTERNACIONAL

La Duma aprueba un aumento de la importación de residuos nucleares

La Cámara Baja de Rusia aprobó ayer una ley por la que Rusia podrá aumentar sus importaciones de residuos nucleares hasta las 1.000 toneladas al año. El Gobierno asegura que con esta medida recaudará casi 4 billones de pesetas en 10 años, pero sus críticos advierten que Rusia puede convertirse en el mayor basurero nuclear del mundo.

Hasta 2021, Rusia almacenará unas 20.500 toneladas de residuos atómicos, principalmente combustible nuclear usado, procedente de 14 países, entre ellos Japón, China, Taiwan, Alemania, los antiguos países de la Europa del Este y España. Por este servicio, el Gobierno ruso espera ingresar unos 20.000 millones de dólares (unos 4 billones de pesetas), que pretende destinar, paradójicamente, a proyectos ecológicos.

En la actualidad, el Estado ruso tiene una capacidad mínima para reciclar los residuos nucleares, pero desarrolla un proyecto para reutilizar el uranio del combustible usado, que presenta una concentración del 2,3% frente al 0,7% del mineral extraído de las minas. Según los planes del Gobierno, las plantas nucleares rusas sólo podrán empezar a reciclar masivamente los residuos almacenados a partir de 2021 y el proceso les llevará otros 20 años. Rusia está construyendo una planta nuclear en Irán, que también destinará a este fin.

La ley debe ser ratificada ahora por el Consejo de la Federación (Senado) y, posteriormente, por el presidente, Vladimir Putin, antes de entrar en vigor.

El proyecto ha desatado fuertes críticas entre la oposición liberal, los ecologistas y otros sectores de la sociedad rusa. Los liberales alertan del riesgo de que los ingresos procedentes del almacenamiento de la basura se destinen a otros fines y los residuos radiactivos permanezcan almacenados indefinidamente en suelo ruso.

Pavel Felgenhauer, experto en temas de defensa, señalaba ayer en el diario Moscow Times que los planes de Putin de desarrollar una nueva generación de armas atómicas sólo puede llevarlos a cabo si atiende el deseo de Occidente de almacenar sus residuos nucleares en Rusia.

Sin embargo, el ministro de Energía Nuclear, Alexander Rumyantsev, apuntó que Francia y Reino Unido ya se han repartido el mercado del combustible nuclear inservible y que Rusia tendrá que luchar duro para asegurarse una parte de ese negocio.

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