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Fiat triplica beneficios, pero el automóvil vuelve a las pérdidas

Un balance trimestral para mirar de cerca. Eso es lo que el Grupo Fiat presentó ayer a sus accionistas en el marco de su junta general. El beneficio neto de 193 millones de euros triplicó el conseguido el año anterior (56 millones de euros), pero el detalle de las cuentas muestra, sin embargo, la vuelta a las pérdidas del negocio principal: el de fabricación y venta de coches.

La división de automoción supone algo más del 46% de la facturación de la empresa italiana. Fiat Auto perdió 16 millones de euros frente a los 20 millones de euros que ganó el año pasado. La facturación mejoró un 3%, hasta llegar a 14.725 millones de euros, pero sólo las actividades de su división de seguros, que ganó cinco millones de euros, frente a las pérdidas de 21 millones del año anterior, y la de maquinaria para la agricultura (55 millones de euros de beneficio frente a los 10 millones de pérdidas en 2000) han podido compensar las pérdidas del área automovilística para dejar el resultado operativo en 125 millones de euros, un 10,6% más.

Según la propia compañía, "estos resultados se han conseguido a pesar de la menor demanda en muchos de los mercados del grupo". Fiat califica esta caída como "una ligera inflexión", derivada del menor volumen de ventas experimentado en el mercado occidental y Polonia (donde es el líder). Parte de este retroceso se ha producido también por los costes de retirada de los modelos Bravo y Brava, cuyas ventas han estado apoyadas en fuertes descuentos. El margen en el negocio de automóviles ha estado tradicionalmente por debajo del de sus competidores.

En 2000 el margen operativo fue del 1,5%, frente al 6,5% del Grupo PSA (Peugeot Citroën) o el 3,8% de Volkswagen, según Bloomberg. No obstante, la empresa presidida por Paolo Fresco mantiene el optimismo. En el segundo semestre del año lanzará el Fiat Stilo y el Lancia Thesis, coches que podrán competir en un mercado de Europa Occidental en crecimiento y en Brasil, cuya evolución, según la compañía, es óptima. La empresa de propiedad de la familia Agnelli prevé acabar el ejercicio con un beneficio operativo de 1.100 millones de euros y 1.800 millones en 2002.

Según el consejero delegado, Paolo Cantarella, el problema ha sido la caída del mercado del norte de Europa, ya que se han reducido los costes de fabricación, se están reduciendo los inventarios y se han elevado los precios.

Parte de los beneficios previstos para este año provendrán de la esperada buena evolución de su filial de maquinaria agrícola CNH (Case New Holland) una vez que se ha avanzado en el proceso de consecución de sinergias tras la compra de la estadounidense Case por parte de la filial italiana de Fiat. Cantarella y Fresco se comprometieron a mejorar la evolución del grupo y se han marcado 2002 como "su Maastricht".

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