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LIBROS

Con trampa, pero sin cartón

Título: Aves de raPPiña.Cómo se han apoderado los populares de empresas, medios de comunicación y organismos independientes. Autor: Jesús Mota Editorial: Temas de hoy Precio: 2.500 pesetas Páginas: 229

Esta es la segunda obra del autor sobre la particular manera de entender la economía de mercado que tiene el PP, y más concretamente José María Aznar y Rodrigo Rato. Tras cinco años de ejercicio del poder, los populares han dejado bien claro que para ellos el mercado es como una finca de su propiedad que debe de ser administrada por señoritos absolutamente fieles. Si La gran expropiación -primer libro del autor- era la crónica de un fracaso, Aves de raPPiña -que saldrá a la venta el próximo miércoles 16 de mayo- es una historia de "poder y de impudor", en palabras del propio Mota.

Esta obra se centra, básicamente, en la identificación y escenificación de la estrategia desplegada por Aznar y su núcleo estable, con Rodrigo Rato, Josep Piqué y Francisco Álvarez Cascos como punta de lanza, para ocupar las mayores parcelas posibles del poder económico español. Si en La gran expropiación se detallaba la conquista, camuflada bajo la fórmula de privatización, de Telefónica, Endesa, Argentaria, Tabacalera y Aristrain, y la ocupación de sus presidencias por amigos de Aznar y de alguno de sus ministros, en Aves de raPPiña se explica cómo tal operación pudo hacerse "con trampa, pero sin cartón", a la vista de los mercados, sin provocar apenas reacciones contrarias o inquietud social alguna. Una operación, además, que a buen seguro hará que sus autores pasen a los manuales económicos como los inventores de "la empresa política privada".

Al margen de la excelente evolución de la economía mundial, que actuó en esos años sobre la sociedad como una especie de anestesia de amplio espectro, los hombres del PP consideraron, y se aplicaron a la tarea con un fanatismo integrista, que lo esencial era crear un gran grupo de medios de comunicación entregado sin condiciones a José María Aznar y, en segundo lugar, desactivar o desnaturalizar todos aquellos organismos o instituciones que tuvieran, aunque sólo fuera de nombre, el menor atisbo de independencia.

En el libro se documentan los asedios a la CNMV, la Comisión Nacional del Sistema Eléctrico (CNSE), el Tribunal de Defensa de la Competencia y a sus correspondientes protagonistas del momento, Juan Fernández Armesto, Miguel Ángel Fernández Ordóñez y Amadeo Petitbó. Como en toda obra de esta naturaleza, cabe pensar que el autor no es neutral. En este caso, no obstante, pese a que se cumple la máxima, la espeluznante descripción de los hechos -muchos de ellos cotejables en la hemerotecas- pone de manifiesto que lo que importa no es desde qué punto de vista se narran, sino que, en todo caso y en un país democrático, se hayan podido producir.

Medios de comunicación

Otro tanto cabe decir del episodio de la configuración de un gran conglomerado de medios de comunicación afín al Gobierno. Sólo que en este caso se agotan los adjetivos con los que calificar los hechos. El libro los describe en dos vertiginosos capítulos y, acaso, el mejor resumen que se puede hacer de ellos es el título que les ha dado el autor: Tiempo de Terror y Periodistas en la parrilla.

En todo caso, un episodio en la vida de este país que no conviene olvidar, máxime cuando un Gobierno, con un secretario de Estado, Miguel Ángel Rodríguez, primero, y un ministro después, Francisco Álvarez Cascos, no dudaron en dividir la sociedad en dos bandos, los amigos y los enemigos, en aras de conseguir un fin mezquino.

Pero el libro también pone de manifiesto que el modelo del PP está empezando a entrar en crisis, aunque bien es verdad que una vez copado prácticamente todo el poder económico susceptible de merecer tal consideración. Y dadas las maneras tan personalistas en las que se ha basado esta especie de desamortización, que ha permitido según el autor "poner el cash flow de las grandes empresas españolas al servicio de Aznar", la quiebra no podía venir sino por los enfrentamientos personales.

Se abre la veda

El epicentro del terremoto que sacude ahora mismo al PP por dentro se sitúa en la figura del ex presidente de Telefónica, Juan Villalonga. La operación de caza y captura orquestada contra él por Aznar, Rato y otros personajes capitales de este modo de hacer las cosas fue un éxito, pero abrió la veda para otras operaciones similares.

Los casos de Repsol-Iberdrola-Endesa, con el BBVA de comparsa, o el de Ebro son paradigmáticos. Amigos de Aznar peleándose con amigos de Rato, y viceversa, por acaparar o defender sus parcelas de poder, con los respectivos padrinos actuando entre bambalinas, han convertido en una especie de vodevil la actividad empresarial española de los últimos meses. En una muy grosera estimación, fácilmente cotejable en las hemerotecas, estas peleas personales animadas por el intervencionismo político han hecho perder o han impedido ganar a los accionistas de las compañías afectadas más de tres billones de pesetas. Y la sociedad sigue mirando para otro lado.

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