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POLÍTICA#LAS ELECCIONES VASCAS

PP y PSE comparten las mismas metas en sus ofertas económicas

Los programas económicos con los que el PP y los socialistas vascos concurren a las urnas coinciden en los grandes objetivos y son hasta tal punto intercambiables que no supondrían obstáculo alguno en su aplicación desde un hipotético gobierno conjunto. La renovación del Concierto Económico desde unas bases sólidas de permanencia, la mejora de la política fiscal y la recuperación de las zonas industriales más deprimidas son ejes comunes. La oferta económica del PNV nace lastrada por la gestión de lo que se ha dado en llamar el 'bienio negro'.

s un hecho que la economía vasca, con tasas de crecimiento del 4,6% en los últimos años, superiores a la media del resto de España, se ha ido instalando de forma progresiva en un ciclo de saneamiento sustentado en el mayor peso del sector industrial, la creciente tendencia exportadora y el aumento de la inversión. La oferta que el lehendakari Juan José Ibarretxe hace a sus electores descansa en la consolidación de estos logros y, sobre todo, en la reducción del desempleo, aún en tasas del 12,5% frente al 9% del resto de España y al 8% de la Unión Europea.

El compromiso económico del PNV choca, sin embargo, con la pesadilla que para los empresarios vascos, los auténticos creadores de riqueza, han supuesto los dos últimos años de gestión nacionalista, estériles en cuanto a la creación de perspectivas de futuro en lo que el presidente de la patronal, Román Knörr, define como situación de "emergencia institucional y sociopolítica".

La base sobre la que se asienta la oferta nacionalista no es otra que el reconocimiento del derecho a la autodeterminación como punto de partida de "un nuevo escenario para la paz y la convivencia", del que podría surgir la mejora de la competitividad, nuevas políticas sectoriales de promoción económica, el desarrollo de la denominada sociedad de la información y la elaboración de una política fiscal y financiera al servicio del crecimiento.

La renovación del Concierto Económico es el eje central sobre el que giran las principales propuestas electorales del PP y el PSE. Dicho objetivo es el que suscita mayores recelos en el supuesto de que el PNV volviera a formar gobierno, sobre todo a partir de las advertencias que ha lanzado al nacionalismo el presidente del Gobierno central, José María Aznar. Se trata de una baza que el candidato popular, Jaime Mayor Oreja, está aprovechando al máximo en la campaña electoral desde unos supuestos que asume también el programa del candidato socialista, Nicolás Redondo Terreros. Ambas ofertas coinciden en el compromiso de sacar adelante con carácter de urgencia el noveno Concierto Económico con el fin de regular de forma más fluida las relaciones financieras y tributarias entre las Haciendas vascas y la Administración central.

El PP promete mejorar la tributación de las personas mayores de 65 años, reformar la fiscalidad de las familias, facilitar la compra de vivienda mediante rebajas impositivas, reformar la tributación de los trabajadores autónomos y simplificar el impuesto sobre la renta en la línea marcada por la reforma acometida en el resto de España en 1998.

Sin precisar tanto como la del PP, la oferta socialista para el 13 de mayo refleja también la necesidad de aplicar una política fiscal beneficiosa para las inversiones empresariales en innovación y la creación de proyectos generadores de empleo, sobre todo de jóvenes y mujeres. El PSE propone también un plan de lucha contra el fraude fiscal, que su programa sitúa por encima de los 400.000 millones de pesetas anuales.

No se encuentra en la oferta popular ni en la socialista promesa o compromiso alguno que sean incompatibles, ni siquiera en la parcela del gasto social. Si bien la candidatura de Jaime Mayor Oreja parte de la necesidad de salvaguardar, como en el resto del Estado, la estabilidad presupuestaria, en ella se dedica un amplio apartado a la política social a través de un conjunto de iniciativas orientadas a la creación de puestos de trabajo, la reducción de la siniestralidad laboral y la atención a las zonas industriales más deprimidas, todo ello desde la premisa de que ha sido el terrorismo etarra el que ha empobrecido "moral y económicamente" y ha dificultado el progreso del País Vasco. El PSE coincide también con el PP en denunciar el perjuicio que la actividad terrorista ha ocasionado a la economía vasca y la desconfianza generada por ella entre el empresariado.

Este vínculo no está presente en ninguno de los capítulos de la oferta electoral del PNV, en los que se elude cualquier asomo de autocrítica por el rumbo marcado desde el Gobierno vasco a partir del acuerdo de Estella. Objetivos tan elogiables como la recuperación del sector turístico o la consolidación del crecimiento económico a través de una mejora de la competitividad son defendidos en la oferta nacionalista sin analizar previamente la influencia negativa que sobre la sociedad vasca en general tiene el azote terrorista.

Esta actitud que los partidos constitucionalistas califican de ciega está también presente en la forma en que el PNV enfoca en su programa la internacionalización y la proyección exterior de la economía vasca. La apuesta por el aumento de la base exportadora en Euskadi (la segunda comunidad inversora en el extranjero) y el fomento de la dimensión internacional de las empresas vascas se realiza desde el nacionalismo sin tener en cuenta la extorsión permanente de ETA. Por esta razón, entre otras, el programa del PNV es a los del PP y PSE como el agua y el aceite.

 

Recetas de amplio espectro para crear empleo

Las fórmulas que los principales partidos vascos plantean en sus programas para combatir una tasa de paro superior al 12% son bastante genéricas tanto en el caso del PP como en los del PSE y los nacionalistas. La oferta que acompaña a Jaime Mayor Oreja se basa en la promoción de un plan integral que parte de la asunción inmediata por el futuro Gobierno vasco de las políticas activas de empleo.

Dicho plan, se advierte en el programa, se elaborará de acuerdo con los empresarios y los sindicatos y también contará con el concurso de la Administración central. El PP se compromete a fomentar la contratación indefinida, desincentivar la temporal, favorecer la movilidad territorial e incluso paliar la situación de aquellos trabajadores que fueron expulsados del mercado laboral a partir de las grandes reconversiones industriales.

Los socialistas se marcan como objetivo aumentar las tasas de ocupación de la mujer y de los jóvenes mediante la creación de otro plan de empleo específico. Coinciden con el PNV en respaldar la jornada de 35 horas mediante su vinculación a la creación de empleo y también en la necesidad de reordenar y repartir el tiempo de trabajo, herramientas que no incluye la oferta electoral del PP.

La candidatura de Redondo sí coincide con la del PP en reclamar para Euskadi la transferencia urgente de las políticas activas en los términos que prevé el Estatuto, con el fin de promover un único servicio público e integrado de empleo.

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