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Las empresas no financieras aumentaron sus beneficios un 22,7% en el año 2000

Tal y como ya avanzó en la anterior encuesta el Banco de España, los beneficios de las empresas no financieras cerraron el ejercicio pasado con una mejora del resultado neto del 22,7% del valor añadido bruto, lo que demuestra que, pese a una cierta desaceleración en la actividad, las compañías españolas continúan manteniendo elevadas ratios de rentabilidad.

Los datos recopilados por la Central de Balances correspondientes al cuarto trimestre de 2000 demuestran cómo tras un año 1999 de crecimiento de la actividad más moderado que en el periodo precedente (como consecuencia de la crisis financiera internacional), en el primer semestre del ejercicio pasado se retomó con fuerza la senda expansiva.

No obstante, dicha recuperación comenzó a dar muestras de desaceleración en el tercer trimestre, pérdida de dinamismo que se ha confirmado en el último trimestre de 2000.

La buena noticia para las empresas españolas es que esta desaceleración no ha afectado a las ratios de rentabilidad, que siguen siendo elevadas.

El valor añadido bruto (VAB) del total de las empresas de la Central de Balances Trimestral creció un 8,6% nominal en el conjunto del año, hecho que se vio sustentado por el buen comportamiento de la demanda interna y en la recuperación de la demanda exterior, tal y como demuestra la positiva evolución de las empresas manufactureras.

No obstante, el Banco de España subraya que es conveniente depurar de los datos el efecto que ha tenido el elevado precio del petróleo sobre los resultados de las empresas dedicadas al refino.

Así, el crecimiento nominal durante el año 2000 del VAB de las empresas de la muestra, excluidas las de refino, se elevó al 5,3%, frente al 8,6% antes reseñado para el agregado total, siendo su evolución en cada uno de los trimestres del año respecto al mismo periodo del año anterior del 6,1%, 5,6%, 4,7% y 4,5%, respectivamente.

El resultado económico bruto de explotación de las empresas no financieras, que mide el excedente, cerró el ejercicio de 2000 con un avance del 11,2%, un ritmo que contrasta con el 1,6% de incremento del año anterior.

Un resultado "también sesgado al alza" debido al aumento del crudo durante el año, y añade que, si excluyendo esas empresas, la tasa se situó en el 5,5%, más del doble del registrado en 1999, cuando creció un 2,6%.

La ligera atonía registrada en los últimos meses del año por la demanda interior está influida, según destaca en su estudio el Banco de España, por el efecto sobre la confianza general, unas mayores tasas de inflación y también por la caída de las cotizaciones bursátiles y su consiguiente efecto sobre la riqueza de los tenedores de títulos.

Por sectores, la Central de Balances subraya el buen comportamiento de las empresas manufactureras, que se han visto muy favorecidas por la recuperación de las economías del entorno europeo y por la evolución del tipo de cambio del euro frente al dólar.

Sin embargo, en el lado opuesto es reseñable cómo el sector comercio, después de unos años de fuertes incrementos de su VAB, reflejó en 2000 un avance del 2,3%, sensiblemente inferior al 6,9% registrado en 1999. La caída en esta tasa se explica por el efecto negativo que sobre las compañías comercializadoras de carburantes tuvo el incremento del precio de sus consumos intermedios, lo que se tradujo en reducciones de márgenes y VAB.

Crece el empleo fijo

En lógica con la expansión de la actividad empresarial, el Banco de España valora significativamente la consolidación del crecimiento sostenido del empleo en el núcleo de las grandes empresas no financieras, ya que en el cómputo global el empleo creció un 2,2%.

Tal y como ocurre con la actividad productiva, el empleo presentó en la última parte del año incrementos más moderados, fiel reflejo de la mayor cautela con que afrontaron las empresas el último trimestre de 2000.

Un ejercicio más siguió siendo el empleo temporal el que creció con mayor intensidad (un 11,1%). Sin embargo, la Central de Balances destaca cómo por primera vez respecto a los ejercicios precedentes se obtiene una tasa de variación positiva en la evolución de las plantillas fijas, que fue del 0,6% en el cómputo total del año.

A pesar de lo inapreciable del incremento, el Banco de España sostiene que la subida supone un importante cambio de tendencia, sobre todo por darse en un agregado de empresas como el que compone la muestra de la Central de Balances, afectado en los últimos ejercicios por procesos de ajuste de plantilla, como el sector eléctrico y de comunicaciones.

El hecho de que el sector comercio, a pesar de su menor actividad, haya incluso intensificado la tasa de creación de empleo (en 2000 fue del 7,8%, frente al 6,4% registrado en 1999) confirma que dicho menor crecimiento del VAB no se debe tanto a una pérdida real de dinamismo como al efecto que han tenido los precios de los combustibles sobre esta actividad.

En cuanto a las remuneraciones medias, o los gastos de personal por trabajador, éstas aumentaron un 2,9% en el conjunto del año, lo que representa una tasa cinco décimas superior a la registrada en 1999.

En este sentido, la Central de Balances también pone de manifiesto cómo el repunte de la inflación registrado en el último trimestre de 2000 fue compatible con el mantenimiento del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que un 52,4% de las empresas que componen la muestra aumentó las remuneraciones de sus empleados al menos en idéntica cuantía que la inflación, siendo este porcentaje mayor al de 1999, cuando lo hizo el 51,1% de las empresas.

Estas cifras demuestran que en la medida en que se mantiene un crecimiento equilibrado de los costes salariales, se hacen compatibles sus incrementos con la generación de producto, empleo e inversión. Prueba de ello es que el 63,9% de las empresas de la muestra mantuvo o aumentó su plantilla en 2000, frente al 61% de 1999.

 

Los gastos financieros crecieronun 27,1%

El último trimestre de 2000 confirmó la tendencia iniciada meses antes. Después de siete años de continuos descensos, los gastos financieros cerraron el ejercicio pasado con un notable incremento del 27,1%. Este cambio de tendencia es el resultado de, por un lado, el repunte de los tipos de interés y, como consecuencia de esto, un empeoramiento en el coste de la financiación soportado por las empresas; y por otro lado, de los aumentos en las necesidades de financiación de las compañías, necesitadas de mayores recursos para desarrollar su actividad.

En cualquier caso, el efecto de este notable incremento de los gastos financieros sobre el total de los resultados empresariales es notablemente inferior que el que se habría producido hace una década, puesto que el año 2000 representó el 3,4% sobre el total de la producción, menos de la mitad del peso que tenía esta partida en el inicio de la década de los noventa.

Apalancamiento

El Banco de España sostiene que debe tenerse en cuenta que en el año 2000 se intensificaron las operaciones de internacionalización de las empresas del sector de telecomunicaciones y de producción de energía eléctrica, mediante la adquisición de participaciones en nuevas empresas y la toma de control de otras que formaban parte del grupo de empresas.

Para la rentabilidad ordinaria del activo, se pasó de un 8,5% en media para el cómpu-to global del año 1999, al 9,6% del año 2000. Este aumento en la rentabilidad vino acompañado del alza en el coste de la financiación, medida a través de la ratio de intereses por financiación recibida sobre recursos ajenos con coste.

Esta ratio pasó a ser del 5,2% en 1999 al 5,9% en 2000, incremento menor que el registrado en la rentabilidad ordinaria del activo, por lo que el apalancamiento (que mide la diferencia entre la rentabilidad del activo y el coste de la financiación) volvió a alcanzar un máximo histórico, indicador que refleja la excelente situación de los negocios empresariales.

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