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Oferta de 3,2 billones por la mayor empresa de diamantes del mundo

Un consorcio formado por la minera Anglo American, la multibillonaria familia Oppenheimer y el Gobierno de Botsuana lanzaron ayer una oferta de compra por la mayor compañía minera de diamantes del mundo, De Beers. El valor de la transacción se eleva a 17.600 millones de dólares, 3,2 billones de pesetas.

Era cuestión de tiempo y tanto la familia Oppenheimer como la dirección de la minera Anglo American han decidido que ese momento ha llegado. La OPA que el consorcio ha lanzado sobre la diamantera, que controla el 80% del mercado mundial de estas gemas, se venía fraguando desde que hace un par de años el consejero de Anglo American, Anthony John Trahar, expusiera públicamente el lastre que significaba para la evolución en Bolsa de ambas compañías su actual estructura accionarial.

De Beers, presidida por Nicholas Oppenheimer, dispone del 35,4% de Anglo American (empresa fundada por su abuelo Enrst en 1917) y a su vez Anglo es propietaria del 32,3% de De Beers.

Según la oferta propuesta por el consorcio, De Beers se convertirá en una compañía privada que dejará de cotizar en el mercado de Johannesburgo a mediados de año.

Nicholas Oppenheimer dejará su puesto de vicepresidente de Anglo y se convertirá en director no ejecutivo de la compañía, pero mantendrá su puesto en la presidencia de la diamantera en la que su familia aumentará su participación del actual 2,6% hasta el 45%. Anglo también incrementará hasta el 45% su participación en la empresa y el Gobierno de Botsuana, donde tiene sus mayores yacimientos, quedará con el 10%.

Los socios solicitarán al Dresdner Bank de Luxemburgo y a UBS Warburg, que asesora al consorcio, un crédito de 8.400 millones de dólares para financiar la OPA.

Asuntos de familia

Nicholas Oppenheimer, de 55 años, aseguraba ayer en el transcurso de una teleconferencia que a la familia "nos gusta poner nuestro dinero allí donde tenemos influencia". El penúltimo de la dinastía Oppenheimer se revela con esta operación como un gestor más interesado en los negocios fundados por su abuelo a principios de siglo de lo que creían quienes siguen sus pasos en la empresa.

Nicholas, que llegó a la presidencia de De Beers Consolidated Mines hace dos años y a la vicepresidencia de Anglo en 1983, comenzó su carrera como asistente de su padre, Harry, en 1968 y fue él quien asistió a la ruptura del cartel de la empresa en un mercado, el de los diamantes sin tallar, valorado en 8.000 millones de dólares. Su aparente distanciamiento de los negocios y su afición por el críquet contrastaba con la energía de sus predecesores.

Su abuelo, Ernst, estableció en 1917 Anglo American y tres años más tarde Consolidated Diamond Mines de Suráfrica, empresa que rivalizaba con De Beers, por el control de los diamantes.

De Beers fue creada en 1893 por el británico Cecil Rhodes, el fundador de Rodesia, la actual Zimbabue. Unos años después de la muerte de Rhodes, Oppenheimer lanzó una OPA sobre su competidora y en 1929 estableció el cruce de participaciones entre empresas para mantener a raya a los rivales en este negocio impidiendo la toma de una participación mayoritaria en cualquiera de los dos. Su nieto Nicholas y sus sucesores al frente de Anglo han terminado por asegurar el control de la diamantera, con una estrategia distinta a la de su fundador, y dejarla en las manos de la familia que además posee el 5,1% de Anglo. El acuerdo para hacer la OPA sobre De Beers estaba atado hace semanas, pero los socios han querido dejarlo sin fisuras políticas. Su salida de Bolsa es un fuerte revés para el mercado de Johannesburgo, que pierde así su mayor empresa. Por ello, Oppenheimer Trahar y el consejero delegado de De Beers, Gerard Rafle, se reunieron en la cumbre de Davos con el presidente surafricano, Thabo Mbeki, para informarle de su proyec-to. De momento, la mayor parte de los organismos del país han dado su plácet a la operación.

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