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Un ajuste fiscal es más urgente en España que en Irlanda, según un experto de Harvard

A diferencia de Irlanda, España registra un crecimiento de la productividad "anémico" -del 1% al 1,5% anual- y una inversión "deslucida". Por tanto, hace más falta realizar un ajuste fiscal en España que en el tigre verde, según un estudio realizado por el influyente economista de Massachusetts Institute of Technology (MIT), Olivier Blanchard.

Tras la inaudita decisión de censurar el Presupuesto irlandés el pasado lunes, "España será el próximo país en la lista" de Bruselas, dijo Blanchard en una conversación telefónica con Cinco Días.

Es más, "no parece que haya muchas ganas por parte del Gobierno [español] de generar el superávit que permitiría una reducción del ratio de la deuda al PIB", afirma en el estudio titulado Country Adjustments in Euroland (web.mit.edu/blanchar/ www /). "Más bien, los recortes de impuestos adoptados en 1999 indican todo lo contrario", asegura.

El consejo de ministros de Finanzas, animado por el comisario de Asuntos Económicos Pedro Solbes, recomendó el pasado lunes importantes modificaciones en el Presupuesto irlandés, de acuerdo con las directrices sobre política macroeconómica acordadas el año pasado, notablemente la necesidad de disciplina fiscal en las economías más calientes de la zona, como Irlanda, España, Finlandia, Holanda.

Blanchard, un economista francés radicado en Harvard desde hace más de 10 años, centra su estudio en España e Irlanda, ya que son, junto con Finlandia, los países de mayor inflación de la zona euro. Por eso, se considera que sus economías son más vulnerables al peligro de recalentamiento en caso de que el BCE adoptase una política monetaria más expansiva.

Según casi todos los criterios de rigor fiscal y fortaleza económica, Irlanda saca mejores notas que España. España tiene un déficit presupuestario del 0,3% del PIB; frente al enorme superávit irlandés. El stock de deuda pública irlandesa es la mitad, en términos del PIB, que el español y se reduce a un ritmo casi 11 veces más rápido que la española. España tiene un déficit por cuenta corriente equivalente al 3,3% del PIB; Irlanda tiene un superávit por cuenta corriente del 0,9% del PIB.

La economía española sí sale mejor parada en inflación, pero la debilidad del euro ha tenido un impacto más inflacionista en Irlanda -ha importado precios más altos desde sus principales socios comerciales, el Reino Unido y EE UU-, y economistas del Ministerio de Finanzas irlandés aseguran que se beneficiará más que nadie de la apreciación de la divisa.

En todo caso, dice Blanchard, ante la necesidad de elegir entre las subidas de precios o las políticas fiscales restrictivas para lograr un aterrizaje suave, Irlanda puede permitirse el lujo de mantener un elevado diferencial de inflación respecto a la media de la zona euro, ya que la demanda externa desempeña un papel muy importante en su crecimiento. "Cuanto más la demanda externa es la fuente del recalentamiento, es más natural utilizar la inflación para volver al equilibrio", afirma. Por eso, "la contracción fiscal, es decir, el aumento del superávit, puede que no sea imprescindible".

España, en cambio, con un déficit por cuenta corriente cada vez más abultado, no dispone de otro freno que el ajuste fiscal, advierte Blanchard. "Comparado con Irlanda, el ajuste debe centrarse mucho más en la demanda interna que en la externa", afirma, y añade: "Por el lado fiscal, es obvio que hay margen para un superávit más grande y una reducción de la deuda".

En todo caso, pese a la insistencia de Pedro Solbes, aunque hubiese una excesiva laxitud fiscal en Dublín o Madrid, no queda nada claro que la estabilidad macroeconómica de la zona euro se vería amenazada, dice John Fitzgerald, director de Instituto de Investigación Económica y Social de Irlanda.

La inflación sigue en niveles muy bajos en los principales países de la zona y el déficit fiscal de Alemania, Francia e Italia se sitúa en torno al 1% del PIB. Es más, dados los vientos gélidos que soplan en estos momentos desde EE UU y Japón, "no hay peligro de recalentamiento en la zona euro y no hace falta un ajuste fiscal", dice Fitzgerald.

"Nosotros creemos que desde el punto de vista del ciudadano irlandés sí sería aconsejable un Presupuesto más restrictivo. Pero no hay externalidades y, por lo tanto, ésta es una cuestión para los Gobiernos nacionales y no para Bruselas", añade. Lo mismo pasa en el caso español, añade.

Sin embargo, como destacó ayer en declaraciones a Reuters, Nevile Hall, un analista de CSFB en Londres, todo indica que Solbes y la comisión "pretenden aumentar la presión ejercida por los diferentes miembros de la zona para que la coordinación de la política económica europea tenga más garras".

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